Como estudiante valenciana que reside en Sevilla desde hace casi cuatro años, debo decir que, cuando llegué a la capital andaluza, no fue hasta unos meses más tarde cuando me enteré, y además de manera casual, de la existencia de una torre casi idéntica a la famosísima Torre del Oro en la calle Santander. Es más, nunca hubiese dicho que se situase tan cerca de ella y de otros monumentos tan conocidos como el alcázar o la catedral. En contraposición a la anterior, a esta se la denomina la Torre de la Plata, haciendo referencia a su color debido a la técnica que se empleó haciendo uso de la cal.

 

 

 

 

 

 

 

 

Fotografías: elaboración propia

 Tal y como nos cuenta Diario de Sevilla (https://www.diariodesevilla.es/sevilla/Torre-Plata-monumento-sevillano_0_1751825061.html), un periódico que transmite información de la ciudad hispalense, la torre fue construida en el siglo XIII por los almohades, y formó parte, junto con la Torre del Oro, de la muralla que en aquel momento protegía la ciudad de Sevilla. En dicho edificio había dos estancias: la planta inferior cubierta por una bóveda de crucería perteneciente al estilo gótico, y la planta principal que da lugar a la cubierta superior.

Cuando la muralla de Sevilla perdió su función de defensa de la ciudad, esta torre cambió a su vez su cometido, y pasó a ser el soporte de otras casas y establecimientos que se construyeron e incluso llegó a ser una vivienda misma.

Pese a su reciente restauración, este sigue siendo un monumento olvidado entre los presentes, o al menos ignorado desde el punto de vista histórico-monumental. Y es que, desde mi punto de vista, han influido dos factores cruciales: la falta de promoción que se le ha hecho y el entorno perjudicial que le rodea, que se trata ni más ni menos de un aparcamiento de coches. Además, bajo del propio parking se encuentran restos arqueológicos de lo que en su día fue el Corral de las Herrerías Reales, por lo que no se trata solo del maltrato de un monumento, sino de todo el conjunto monumental del mismo. Este corral se construyó como consecuencia de la escasez de viviendas que se produjo en la ciudad y por el dinero que costaban, por lo que fueron típicos los corrales de vecinos en los que convivían varias familias. Estos disponían de distintas viviendas situadas alrededor de un patio cuyos servicios compartían todos y cada uno de sus miembros.

Afortunadamente, tal y como se observa en el siguiente vídeo, el ayuntamiento de la capital ya ha tomado conciencia de la situación y ha iniciado unos procesos de intervención que conseguirán en un futuro poner de relieve la verdadera importancia de este patrimonio.

Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=4aOOqzEr4tU&t=70s

Precisamente por su importancia histórica y monumental, he considerado imprescindible añadirla a esta nueva sección, para aportar un granito de arena en la promoción de patrimonio desconocido de la ciudad, al menos desde mi perspectiva como migrante.

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