El pasado 16 de febrero visité la exposición dedicada al renacimiento sevillano que ha tenido lugar en el Museo de Bellas Artes de Sevilla.

Esta ha sido una visita enriquecedora que me ha hecho acercarme un poquito más a comprender lo que realmente fue y supuso el Renacimiento para Sevilla, cuando esta ciudad era una de las localidades más importantes del mundo y se concentraron aquí miles de obras de arte, de las que solo una pequeña parte sigue conservando el prestigio y la importancia que merecen.

En cuanto a la organización y estructuración de la exposición, considero que ha sido un gran trabajo de recopilación de obras esenciales, que estaban debidamente referenciadas y que contaban con una breve descripción que ayudaba a interesarte por las obras y entender tanto el contexto en el que fueron realizadas como el mensaje que pretendían trasmitir. Esto hace que la exposición sea atractiva para cualquier persona, puesto que sin tener ninguna noción de arte, la exposición logra sumergirte en la época renacentista, acercándote a sus gentes y sus intereses.

Una de las cosas que más me ha gustado de la exposición es el haber descubierto nuevas obras que se han convertido en algunas de mis obras favoritas. Me quedo especialmente con la representación de tres mujeres, concretamente tres santas: Santa Justa, Santa Rufina y Santa Catalina.

Aunque quizá la presencia de Santa Justa y Santa Rufina no haya sorprendido a más de un sevillano, a mí, cordobesa que aún desconoce parte de la historia de la ciudad, me llamó la atención verlas en la pintura de Hernando de Esturnio y haber ido conociendo su historia a lo largo que avanzaba en la exposición.

Archivo:Santas Justa y Rufina, de Hernando de Esturmio (Retablo de la  capilla de los Evangelistas de la catedral de Sevilla).jpg - Wikipedia, la  enciclopedia libre

Por otro lado, me llamó la atención el cuadro de Santa Catalina, de Murillo, ya que a pesar de no ser una de sus obras más conocidas, posee muchas de las características propias del autor. Una de las cosas que más me llamó la atención el uso de los colores, la pincelada fina utilizada para los detalles y por supuesto, la mirada de Santa Catalina, que parece observar directamente al espectador.

Santa Catalina de Alejandría, de Murillo | Archidiócesis de Sevilla

Sin duda recomiendo este breve paseo por el Renacimiento artístico de Sevilla, que no deja indiferente a nadie y nos ayuda a comprender la dinámica de la época.

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