Ana Sánchez MartínLa Semana Santa en Sevilla, una de las celebraciones religiosas más importantes y arraigadas en la ciudad, se ve enriquecida por la presencia imponente y venerada de la Esperanza de Triana. Esta icónica imagen mariana, venerada bajo la advocación de Nuestra Señora de la Esperanza, no solo es una figura religiosa, sino también un símbolo cultural y emocional para los sevillanos y devotos de todo el mundo.
La Esperanza de Triana, custodiada en la Basílica de Santa Ana, es objeto de una devoción ferviente que se manifiesta de manera extraordinaria durante la Semana Santa. Su procesión, que tiene lugar en la madrugada del Viernes Santo, es uno de los momentos más esperados y emotivos de toda la semana de pasión. La imagen, con su porte majestuoso y su mirada serena, recorre las estrechas calles del barrio de Triana, acompañada por miles de fieles que se agolpan para rendirle homenaje y implorar su protección.
En su salida a las calles, la Trianera ha gozado de un manto, en cierta manera, nuevo, que, para la sorpresa de quienes han trabajado en ellos, aguardaba mucha más historia que la simplemente tradicional. Y, es que, durante las labores realizadas en el manto recientemente reestrenado de la Esperanza de Triana, se halló en su interior un manuscrito datado en 1992, escrito por José Manuel Elena, perteneciente al taller de Sobrinos de Esperanza Elena Caro. En dicho documento se detallan diversos aspectos relevantes acerca del proyecto que la creación de una obra de tal envergadura supuso tanto para el taller como para la hermandad.
El manuscrito especifica la fecha de inicio y finalización de la obra, así como los nombres de quienes la diseñaron y bordaron. Además, se menciona que en aquel entonces el cargo de hermano mayor de la corporación lo ocupaba Alfredo Álvarez Mensaque, mientras que Juan Pablo II era Papa y fray Carlos Amigo Vallejo ostentaba el cargo de Arzobispo de Sevilla.
Como dato adicional, se proporcionan datos económicos de la época para contextualizar la magnitud de realizar una obra textil de tal calibre, incluyendo el precio en pesetas del kilo de pan o el coste de un ejemplar de periódico.
La obra mencionada, confeccionada con hilos de oro y sedas naturales por el taller de los Sobrinos de Esperanza Elena Caro, presenta un eje central que exhibe un ancla coronada. En su diseño se incluyen cabezas de ángeles y arcángeles enfrentando dragones elaborados en seda, así como dragones y guirnaldas decoradas con flores y frutas de girasol de diversos colores, entrelazadas con tallos vegetales y hojas. Destaca especialmente la guardilla, adornada con cabezas de dragones incrustadas en los entrelazados que la recorren.
El bordado se realiza minuciosamente, utilizando una variedad de técnicas que son dominadas por este taller, algunas de las cuales han caído en desuso. El conjunto está enmarcado por una nueva concha de encaje de bolillos elaborada con hilos de oro fino, creada por el artista encajero Alfonso Aguilar.
En definitiva, la presencia de la Esperanza de Triana durante la Semana Santa sevillana no solo reviste importancia por su significado religioso, sino también por su profundo arraigo en la identidad sevillana. Esta icónica imagen mariana se erige como un símbolo de unidad y devoción que une a personas de diferentes ámbitos y generaciones en torno a su figura, a la que su manto confeccionado con esmero y dedicación añade un valor artístico inestimable. Esta manifestación de fe y cultura, trasciende lo meramente religioso para convertirse en un fenómeno cultural y social que enriquece la vida de la ciudad y de sus habitantes.
FUENTES:
Pasión en Sevilla (2024) «Los detalles del manuscrito hallado en el manto de la Esperanza de Triana». ABC Patrimonio artístico, 14 de marzo. Disponible en línea: https://www.abc.es/sevilla/pasionensevilla/noticias-semana-santa-sevilla/detalles-manuscrito-hallado-manto-esperanza-triana-20240314141909-nts.html [Última consulta el 02/04/2024].
