3 iglesias en Sevilla que no te puedes perder

Pasear por Sevilla es muy agradable. Aún más agradable es pasear sin rumbo y entrar en cada una de las preciosas iglesias por las que pasamos, por lo que hemos trazado una ruta muy breve por el centro de Sevilla para pasar al rededor de 1 hora disfrutando de nuestro maravilloso patrimonio.  La ruta nos tomará en total 16 minutos a pie, incluyendo los siguientes templos:

-Iglesia de los Terceros

-Iglesia de San Juan de la Palma

-Iglesia de San Antonio Abad

 

IGLESIA DE LOS TERCEROS

La Iglesia de Nuestra Señora de Consolación, más conocida como Iglesia de los Terceros es un templo barroco del siglo XVI, creada por la Orden Tercera Franciscana. Según entramos, somos recibidos por la portada principal bajo el sotocoro,  decorado con una yesería de gran calidad y que nos dirige la mirada inmediatamente al altar mayor.

A nuestra izquierda, podemos admirar la talla del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, obra anónima del S. XVIII.

Seguidamente, hay una pequeña capilla con un óleo sobre lienzo en un pésimo estado de conservación, en el que se aprecia una Virgen con un niño Jesús sentado en su regazo, pudiendo tratarse de una Virgen de Consolación, con algunas tallas policromadas de ángeles orando.

La siguiente capilla es usada para exponer el patrimonio de la Hermandad de la Cena, que tiene sede en dicha iglesia. El acceso a la capilla es únicamente con guía, que aunque es gratuita, son solo los martes y los sábados a las 12:15. Desde fuera podemos ver el paso procesional del Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia y los respiraderos del paso de palio de María Santísima del Subterráneo, junto a su manto procesional, sus coronas o algunas sayas.

Seguimos con la capilla Sacramental, decorada ricamente con pinturas al fresco en sus muros. Presidiendo la capilla, un retablo de estilo neoclásico de mármol jaspeado. En la calle baja, una virgen de advocación desconocida, en el centro, una Asunción Gloriosa y a la derecha, un santo de advocación también desconocida. En el ático, un crucificado. Además, actualmente, debido a obras en la iglesia de Omnium Sanctorum, podemos admirar también las imágenes del Santísimo Cristo de la Paz y María Santísima del Carmen Doloroso, titulares de la Hermandad del Carmen.

El último retablo del lado izquierdo del templo es el que preside María Santísima del Subterráneo, Reina de los Cielos y Tierra. Esta preciosa dolorosa es anónima, aunque atribuida a Juan de Astorga, siendo una talla de candelero. El ático del retablo tiene una escena de la Sagrada Entrada en Jerusalén, ya que originalmente pertenecía al Santísimo Cristo del Amor.

A su lado, otro pequeño retablo, de estilo barroco, que alberga a Nuestra Señora de la Encarnación, una imagen completamente tallada pero que habitualmente se viste con ricas ropas, aunque sus brazos son articulados.

La joya de la corona de este templo es su retablo mayor, uno de los mejores realizados en el s. XVII en Sevilla, realizado por Dionisio de Ribas y remodelado posteriormente por Francisco de Barahona, quien añadió el camarín rococo de la Virgen de la Consolación. La talla de la Virgen de la Consolación es controvertida, ya que hay quienes afirman que se trata de la talla original de la Virgen del Rocío. Lo más llamativo del retablo es la representación de la Sagrada Cena, un conjunto excelente realizado por Ortega Bru que ocupa casi en su totalidad el altar.

Seguimos y a la derecha del altar mayor vemos el retablo del Nazareno, escoltado por dos santos, aunque no hay información sobre la autoría de ninguna de las tallas o del propio retablo.

El siguiente retablo que veremos es el del Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia, una talla anónima del s. XVI realizada en pasta de papel. Este Cristo destaca por su tamaño, ya que la talla apenas llega a los 100cm de altura, sin embargo, es una de las tallas más valoradas a nivel artístico de nuestra ciudad por su antigüedad y calidad. A ambos lados del Cristo vemos las tallas de San Francisco de Asís y San Roque.

Por último, llegamos a la capilla de la Encarnación, uno de los grandes estrenos de la ciudad en estos últimos años, ya que estuvo cerrada durante décadas. En esta capilla, veremos a la Virgen de la Encarnación, atribuida a Juan de Mesa, en un espléndido camarín muy recientemente reformado. A un lado, nos llamará la atención ver un reclinatorio protegido por rejas, y se trata ni más ni menos que de un reclinatorio usado por el mismísimo Papa Juan Pablo II en 1983 durante su visita a la ciudad de Sevilla.

Como hemos visto, la Iglesia de los Terceros es una maravilla un tanto desconocida, ¡pero aún hay mucho más!

 

Iglesia de San Juan de la Palma

Sin duda, una iglesia especial. Se inició su construcción sobre una antigua mezquita en el s. XIV, aunque la iglesia que conocemos hoy en día no concluyó hasta el s. XVIII, teniendo un característico estilo gótico mudéjar. Si bien es cierto que esta iglesia es de grandes dimensiones, la mayor parte de sus capillas están casi vacías y con una decoración muy escueta, aunque las grandes joyas que oculta este templo arregla este defecto.

Según entramos a la derecha, pasaremos por la tienda de recuerdos, donde venden objetos relacionados con la Hermandad de la Amargura, que tiene sede en esta iglesia. La primera parada será la capilla de Bautismo, realizadas en el siglo XVIII y originalmente eran de carácter funerario. En ella, encontramos una talla de San Juan Bautista y un lienzo de la Virgen con el Niño, además de parte de los respiraderos del paso de misterio de la Hermandad de la Amargura.

A continuación, encontraremos la capilla Sacramental, ricamente decorada y con dos grandes protagonistas. Lo primero que vemos es la Inmaculada Concepción, una talla del siglo XVIII expuesta en un camarín ricamente decorado. El estilo mudéjar, aunque en perfecto estado de conservación es sorprendente y nos transporta al esplendor del estilo. Lo más destacable de esta capilla es la talla de Nuestro padre Jesús del silencio en el desprecio de Herodes, atribuida a Pedro Roldán a finales del s. XVII. Su camarín, aunque es más sencillo, resalta la belleza de la talla con una bóveda con frescos.

Una vez salimos de la capilla sacramental, veremos una talla de tamaño natural de Santa Ángela de la Cruz. La iglesia de San Juan de la Palma está muy ligada a las Hermanas de la Cruz y ahí radica el gran hermanamiento y la cesión de un relicario con el hábito de Santa Ángela de la Cruz.

Nuestra siguiente parada deslumbra por si misma, el altar mayor, de estilo rococó. Este fue comprado a mediados del s. XX al convento de San Felipe de Carmona. Lo primero que nos llamará la atención será el camarín en su cuerpo central. Este camarín ricamente decorado con azulejos alberga a María Santísima de la Amargura y San Juan Evangelista, ambas tallas de Hita del Castillo, del s. XVIII. Una curiosidad que muy poca gente conoce es que cada sábado, al finalizar la misa de tarde, el camarín de la Virgen de la Amargura abre al público durante unos minutos, teniendo la oportunidad de poder observar las magníficas tallas muy muy cerca.

A ambos lados del camarín vemos una talla, el Niño Jesús realizado por Francisco Dionisio de Rivas y San Juan Bautista niño, atribuido al taller de los Rivas. En la hornacina del ático del retablo, otra talla de San Juan Bautista.

En el lateral derecho del retablo mayor, vemos la Capilla de la Virgen de la Cabeza.  El retablo es barroco y de 3 calles, presidido en una hornacina por la talla de la Virgen de la Cabeza, del s. XX. La talla de la Virgen era una copia de la original, que se encuentra en Andújar, sin embargo, tras un desgraciado incendio, se perdió la Virgen de la Cabeza de Andújar y mandaron hacer una réplica de la Virgen que se encontraba en esta iglesia, en San Juan de la Palma.

A continuación vemos el retablo de Nuestra Señora de Montemayor que alberga la talla de Francisco Buiza en 1956 de Nuestra Señora de Montemayor, quien es patrona de Moguer.

La iglesia de San Juan de la Palma es uno de esos templos con vida, muy tradicionales de nuestra ciudad. Un lugar de recogimiento y silencio en la calle Feria, una de las más transitadas y populares de la ciudad, sirviendo como estandarte de las tradiciones de la ciudad y unión y convivencia de hermandades en un mismo templo.

 

Iglesia de San Antonio Abad

En la calle Alfonso XII, en pleno corazón de Sevilla, rozando Sierpes, Tetuán y las Setas, se abre un pórtico un tanto extraño que da lugar a un patio, estamos entrando a San Antonio Abad, conocida popularmente como «La catedral del Silencio».

Según entramos, veremos en el patio algunas pequeñas hornacinas con algunos santos de gran devoción, como San Cayetano o Santa Rita de Casia. Sin embargo, el más popular y siempre con un gran número de fieles a su alrededor, San Judas Tadeo, patrón de las causas difíciles y desesperadas, siendo muy tradicional ofrecerle flores y prender velas rojas para pedir su ayuda en momentos complicados, no siendo raro que haya más personas pidiéndole a San Judas Tadeo en el exterior que fieles en el interior de la iglesia.

Una vez nos adentramos en su interior, nos sorprenderá el presbiterio tan ricamente decorado con pinturas murales y bóvedas de cañón igualmente decoradas, teniendo una sensación de gran amplitud y quedaremos maravillados ante la belleza de sus pinturas, obras de Juan Espinal y Domingo Martínez. La estructura de la iglesia es algo atípico, ya que se compone de dos naves paralelas.

 

El retablo principal es de estilo barroco del s. XVII, con columnas salomónicas y presidido por Nuestro Padre Jesús Nazareno del Silencio. Esta es obra de Francisco de Ocampo en el s. XVII y llama la atención su característica forma de agarrar la cruz, contraria a la representación popular. Esta talla es muy expresiva y causa gran devoción en la ciudad. A ambos lados del Cristo, vemos las tallas de San Antón, obra de Ruiz Gijón y Beato Juan de Prado.

Dentro de esta misma nave hay una hornacina que contiene a una Inmaculada Concepción, escoltada por Santa Ana y San Joaquín.

Pasando a la siguiente nave, veremos la capilla mayor, donde encontraremos el altar de María Santísima de la Concepción, una maravillosa talla de Sebastián Santos acompañado por un San Juan Evangelista de Cristóbal Ramos. El altar es impresionante, ricamente decorado con las bambalinas del que fue el antiguo paso de la Virgen de la Concepción.  Si tienes la oportunidad de visitar la iglesia en tiempo de Cuaresma, podrás ver montado su actual paso de palio, inspirado en la Catedral de San Marcos de Venecia y realizado enteramente en plata, siendo una joya en si mismo, aunque debido a su grandísimo peso, es popularmente conocido como «La tetera», por el sonido que hacen los costaleros al levantarlo.

En el lado izquierdo, vemos una hornacina que contiene un crucificado y dos ángeles pasionarios, y en el muro opuesto, una talla de San José con el Niño Jesús. Ocupando una parte de esta, hay una imagen del Arcángel San Miguel que aparentemente es de nueva adquisición y no he podido lograr encontrar información respecto a su autor, fecha y estilo, pero que de igual manera os comparto porque me impactó de una manera muy positiva dicha talla, de una gran calidad.

Esto ha sido todo, espero que podáis visitar estas iglesias y conocer mejor el inmenso patrimonio que nuestra ciudad posee. Como hemos dicho, todas están muy cerca de la otra y en total, no tardaréis mucho más de una hora en visitarlas todas en detalle. Los templos elegidos tienen unos horarios de apertura muy razonables y amplios, por lo que podría visitarlos casi cualquier día a casi cualquier hora.

 

BIBLIOGRAFÍA:

*TODAS LAS IMÁGENES SON DE ELABORACIÓN PROPIA*