Segunda sesión de Mujeres en el Arte Contemporáneo: Mujeres en el arte del siglo XXI – Los límites del arte y artistas multifacéticas

Esta segunda sesión de las jornadas de Mujeres en el Arte Contemporáneo de la Universidad Pablo de Olavide, versa sobre las Mujeres en el arte del siglo XXI, de nuevo en voz de la doctora Eunice Miranda Tapia. En un recorrido por las principales exponentes de la escena artística de nuestro siglo, se evidencia una vez más la capacidad multidisciplinar y multifacética de las artistas.

Si uno se pregunta a sí mismo, ¿sabríamos decir al menos tres nombres de mujeres artistas del siglo XXI? En otras etapas históricas como la Edad Media o la Edad Moderna, las mujeres sufrían un sinfín de obstáculos (que hoy día existen, pero se han reducido considerablemente) para dedicarse al mundo del arte y tener un cierto prestigio. Estas trabas hacían que sólo en condiciones puntuales unidas entre sí o no, como talleres artísticos familiares, un determinado nivel económico o una determinación de hierro, las mujeres pudieran crear arte y que su nombre resonara en su época y en la nuestra actual.

Pero, ¿qué excusa tenemos para no poder nombrar a mujeres artistas de nuestro tiempo, ahora que hay tantos nombres femeninos en el arte? La exclusión de la mujer en el relato artístico sigue siendo un problema de base, en todas las etapas históricas de las que nos hablan en la educación, ya sea secundaria, bachillerato o universitaria. Y, como apunta la obra ‘Glass Ceiling‘ (2015) de la artista mexicana Teresa Serrano (1936- ), una de las tantas de las que se hablan en esta segunda sesión, el techo de cristal sigue estando ahí.

Porque aunque se haya democratizado el acceso a la educación artística, ahora mucho más accesible que antes, y el feminismo y la emancipación de la mujer alcancen cada día más conquistas, la realidad es que cuanto más alto se mira, menos nombres femeninos se encuentran. Recordemos el cartel de Guerrilla Girls del que hablábamos en el reportaje (puede leerse aquí) sobre la primera sesión de Mujeres en el Arte Contemporáneo, que denunciaba la escasa presencia femenina en los museos aún ahora (apenas el 5%/6%). Y como se dice en la segunda sesión, solo 5 de cada 100 artistas representados en ARCO, la prestigiosa feria anual de Arte Contemporáneo en Madrid, son mujeres.

Pese a todo, las artistas parecen fortalecerse y usar la opresión que sufren para convertirla en arte, en todas sus formas, uniendo técnicas, materiales, formatos y relatos para expresar y denunciar social y políticamente los estereotipos de género, el patriarcado, la violencia machista, la necesidad de reconocer las labores que las mujeres desempeñan, etc.

El arte siempre ha servido, para aquellos que así quisieron emplearlo y más en las últimas décadas, como mecanismo de acción social. Es natural por tanto que el colectivo femenino lo use para denunciar su propia situación y todo lo que ser mujer implica. Destacan la soltura, ingenio y rotundidad que emplean para hacerlo. Estas cualidades se ven acentuadas en las artistas de este siglo, debido a la enorme variedad de recursos de todo tipo (tipologías artísticas, tecnología, espacios, materiales) que existen a su alcance y son combinados con tanta maestría.

Asimismo impresiona enormemente hasta qué niveles se aventuran las artistas para que su mensaje llegue y suene más. Ya en la anterior sesión contábamos, por ejemplo, con el caso de Marina Abramovic (1946- ), que incluso llegó a dejar en manos del público hasta dónde eran capaces de llegar durante seis horas si ella dejaba total libertad para que usaran objetos que iban desde una rosa hasta una pistola, en su célebre performance conceptual titulada ‘Ritmo 0’ en el año 1974, realizada en un estudio de Nápoles. En esta segunda sesión contamos con numerosos ejemplos en los que las artistas ponen en riesgo su propia integridad y salud física para evidenciar una injusticia, como es el caso de la obra conferencia-performance ‘Autosabotaje‘ (2009) de Tania Bruguera (1968- ), artista cubana, en la que usa el arte como elemento político para evidenciar una realidad: realiza una ruleta rusa consigo misma (disparando una pistola cargada con una bala al azar), un paralelismo con la política cubana que sería así también una ‘ruleta rusa’.

Regina José Galindo (1974- ), artista guatemalteca, cruza los límites también de su propia integridad física en su performance ‘Perra’ en la que, según palabras de la propia autora en su web (http://www.reginajosegalindo.com/perra/); “escribo la palabra PERRA con un cuchillo sobre mi pierna derecha. Una denuncia de los sucesos cometidos contra mujeres en Guatemala, donde han aparecido cuerpos torturados y con inscripciones hechas con cuchillo o navaja”, inscripciones que rezaban la misma palabra.

Este tipo de autosacrificio para denunciar la opresión que reciben las mujeres me trae de vuelta el suicidio público de la sufragista Emily Davinson de 1913. ¿Hasta dónde tenemos que llegar las mujeres para que se nos escuche? ¿Hasta cuándo tendrán que sacrificar su propia integridad física las artistas, por ejemplo, para que se las escuche?

Como en la anterior sesión, dejo mi propia selección de las obras que más me han llegado, aparte de las ya mencionadas: ‘La piñata’ (2011) de Teresa Serrano , ‘Recorte por la línea’ de Regina José Galindo, ‘Higuer Ground ’ de Kate Gilmore , toda la obra de Cindy Sherman sobre la construcción de la identidad femenina, la artista Kiki Smith y ‘I’m desperate’ de la serie ‘Signs that say what you want them to say and not Signs that say what someone else wants you to say’ de Gillian Wearing.

La mayoría de estas artistas difícilmente pueden ser encasilladas o clasificadas en un solo estilo o corriente. A modo de cierre, una imagen que recoge algunos de los recursos que las mujeres artistas del siglo XXI usan, extraída de la conferencia de esta segunda sesión de Mujeres en el Arte Contemporáneo. La enumeración de los mismos  habla por sí sola del talento y carácter polifacético de estas artistas que tan ingeniosamente combinan en sus creaciones artísticas :