Patrimonio de la Humanidad desde 1984 y el monumento más importante de todo el Occidente islámico, la Mezquita-Catedral de Córdoba es un conjunto monumental de extraordinaria belleza y el símbolo de la ciudad. Es uno de los edificios más relevantes del arte omeya hispanomusulmán, e incluso expresión de los estilos gótico, renacentista y barroco de la construcción cristiana.

Su larga y rica historia es expresión de las diferentes civilizaciones que han pasado por Córdoba a lo largo de los siglos. Parece que había un edificio dedicado al culto de diferentes divinidades en el mismo lugar que hoy ocupa la Mezquita-Catedral desde la antigüedad. Bajo la dominación visigoda, a la mitad del siglo VI, se construyó la Basílica de San Vicente, una iglesia cristiana dedicada a San Vicente Mártir, que fue dividida y compartida entre cristianos y musulmanes tras la conquista islámica de la península ibérica.

Con el crecimiento de la población musulmana, el emir Abderramán I, en 785, adquirió completamente la basílica y la destruyó para construir la primitiva Mezquita Alhama. Se construyeron las primeras once naves longitudinales en dirección norte-sur. Aquí se reutilizan algunos elementos de origen romano o visigodo. Una de las peculiaridades de esta primera mezquita y también de las sucesivas ampliaciones, es su orientación sur, como la mezquita de Damasco.

La primera ampliación fue realizada por Abderramán II (821-852); se trataba de la ampliación de la sala de oración debido a la necesidad de un oratorio con mayor aforo para las celebraciones de los viernes. Era una sala de ocho tramos hacia el sur, con una clara influencia abbasí en la decoración. Sin embargo, fue Mohamed I a restaurar la puerta de los Visires, actual Puerta de San Esteban.

En el 929, Abderramán III se proclama califa y consolida el poder andalusí en la región, pasando a ser Córdoba la capital del mayor y más influyente reino islámico de occidente. Entre todos sus proyectos constructivos, amplió el patio y realizó un nuevo alminar.

No obstante, la ampliación más innovadora comenzó durante el reinado de Alhakén II con la derrota del antiguo mihrab de Abderramán II y la ampliación de la sala de oración 45 metros hacia el sur añadiendo doce crujías con el diseño original de doble arcada. Incluso, creó una macsura rectangular y rematada con tres cupulas nervadas alrededor del nuevo mihrab. Los materiales utilizados son ex profeso por la obre; se trata de fustes de mármol rosado y azules y se realizan capiteles denominados de pencas, resultando ser una esquematización de los órdenes clásicos.

La última gran ampliación fue realizada por Almanzor a finales del siglo X. Se optó por añadir ocho naves en dirección este, debido a la próxima ubicación del río Guadalquivir hacia el sur. Con esta adjunta, la mezquita de Córdoba se convirtió en la más grande del mundo fuera del Irak abasí.

Después de la conquista castellana de Córdoba en 1236, Fernando III de Castilla convirtió la mezquita en catedral y la dedicó a la Virgen María. Se decidió respetar la ampliación de Alhaken II, y por eso la primera Capilla Mayor se estableció en el espacio correspondiente al lucernario que daba entrada a su ampliación de la antigua mezquita, actualmente en la denominada capilla de Villaviciosa.

El primer añadido más relevante bajo el cristianismo fue la Capilla Real, construida durante el reinado de Enrique II (1372) en estilo mudéjar con una cúpula nervada y cubierta con decoración de estuco típica de la arquitectura nazarí en la época.

En 1523 Hernán Ruiz I proyectó y empezó la construcción de la Catedral de Córdoba. Después de su muerte, su hijo Hernán Ruiz II, Diego de Praves y Juan de Ochoa continuaron las obras de construcción. Se trataba de un edificio con plata a cruz latina, en el que había bóvedas góticas junto con otras protobarrocas y una cúpula renacentista. Los púlpitos a ambos lados del arco toral, de mármol y caoba, remontan al siglo XVIII. En este siglo destaca también la creación de la capilla de Santa Teresa, utilizada como Sacristía Mayor, y las sillerías de coro. En los siglos siguientes continuaron las modificaciones y las ampliaciones hasta llegar a la actual mezquita-catedral.

El primer minarete fue construido por Abderramán III en el siglo X, y ahora se conserva en el interior de la actual torre de campanas, pues que en el año 1593 el cabildo decide remodelarla ya que había quedado deteriorada a causa de una tormenta. En 1664, Gaspar de la Peña, realiza el campanil, y a escultura de San Rafael que se encuentra sobre la torre, es una obra de los escultores Bernabé Gómez del Rio y Pedro de la Paz.

Otro elemento importante de este conjunto monumental maravilloso es el Patio de los Naranjos. En época musulmana se utilizaba para algunas actividades públicas como la enseñanza, la administración de justicia y otras, mientras en época cristiana, viene desacralizado y pasará a presentar características de una plaza anexa a la catedral, utilizada como jardín, lugar de esparcimiento o incluso cementerio. Ya desde el siglo XVII se encuentran fuentes escritas que constatan la presencia de naranjos y otros árboles en el patio. Además, en el patio se encuentran muchas fuentes de gran belleza.

Estudiante italiana de Erasmus, fascinada de Andalucía y de su patrimonio cultural

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