
«Cuenta la leyenda que el rey ateniense Menesteo, tras participar en la guerra de Troya, descubrió que habían asaltado su trono y tuvo que emigrar. Navegó sin destino y llegó a la desembocadura del río Criso, actual Guadalete, donde fundó la ciudad de Puerto de Menesteo, hoy llamado El Puerto de Santa María bajo la cual, según apuntan algunos arqueólogos, se encuentra la verdadera Gadir, que significa ciudad amurallada. Hoy no quedan restos de esa muralla, pero el extenso e importante patrimonio monumental hacen que El Puerto de Santa María se conozca en nuestros días como La Ciudad de los Cien Palacios» Luis Suárez.
Las distintas civilizaciones que habitaron en la zona, entre ellas de romanos y árabes, dejaron su huella en lo que hoy se valora como un atractivo conjunto monumental.
Desde niña he oído contar a mi madre que El Puerto, era la ciudad de los cien palacios. No es que no la creyera, pero ¿dónde estaban esos palacios que yo no conseguía ver por ningún lado?
Y es que, el Puerto de Santa María, ciudad costera del sur de España, perteneciente a la provincia de Cádiz, albergó en un pasado a grandes personajes y mercaderes que arribaban hasta allí atraídos como consecuencia, , de la actividad comercial entre la zona y las Indias, en los siglos XVII y XVIII, sobre todo a partir del año 1717, año en el que la Casa de la Contratación de Indias se traslada de Sevilla a Cádiz, Esta ciudad lograría convertirse en una pieza angular y básica en el comercio con el Nuevo Mundo, papel próspero que auguraría una larga etapa de riquezas y fortunas, las cuales atraerían a una gran serie de burgueses y comerciantes tanto españoles procedían en buena parte de la aristocracia de origen vasco-navarro, como extranjeros representados en familias de comerciantes italianos o flamencos en la búsqueda de nuevos retos, además de ampliar sus círculos comerciales. Estos nuevos comerciantes tendrían un papel importantísimo tanto en la vida económica como en el propio gobierno local. Estas nuevas familias adineradas, poco a poco se establecerían y modernizarían la arquitectura de la nueva urbe.

A estos nuevos burgueses se les conocería con el nombre de ‘Cargadores de Indias’, actividad comercial que se va acentuando y desarrollando en nuestra ciudad hasta tal punto de crear un modo y estilo de vida particular, además de perseguir el tan ansiado objetivo de ennoblecerse a través de su enriquecimiento y vínculos matrimoniales con los miembros de la baja nobleza, los hidalgos. Asimismo, estos ricos señores comienzan a desarrollar la construcción de un nuevo tipo de inmueble arquitectónico, conocido como «Casas-palacios», con la finalidad de poder reflejar a la sociedad el alto estatus social y económico del que gozaban. Es por ello, que El Puerto se convierte definitivamente en un destino económico y comercial primordial para todas estas familias, como es el caso de los Araníbar, Vizarrón, Eguiarreta, Valdivieso, Voss, Rivas…, entre otras muchas.

A todos estos grandes mercaderes del comercio con las Indias les gustaba vivir en el centro de la ciudad, y poder disfrutar en esos elegantes edificios, morada de los grandes comerciantes de la época, de todos lo placeres y confort por aquel entonces que la ciudad le pudiera brindar.
Estos edificios de los Cargadores a Indias eran un tipo de vivienda doméstica que se adaptaba a todas las necesidades de tipo comercial que desarrollaban sus dueños, siendo a su vez el máximo símbolo de la prosperidad que ostentaban. Es importante resaltar que dichos edificios cumplían una triple función, es decir, funcionaban como vivienda de los señores, además de englobar las oficinas y los almacenes propios de sus respectivos negocios.

Finalmente, el Puerto posee un riquísimo patrimonio artístico y urbanístico en lo que a estos edificios se refier

e, numerosos ejemplos existen actualmente, desde el Palacio Araníbar, la Casa-palacio de Vizarrón, y el Palacio de Valdivieso, hasta el Palacio de Purullena, Casa de Roque Aguado o la Casa-palacio de Reynoso, entre otros muchos ejemplos. Sin embargo, el paso del tiempo y la dejadez de los diferentes estamentos políticos que han gobernado la ciudad en las ultimas décadas, han convertido en ruinas muchos de estas casas palacio de esta leal e ilustre ciudad de cultura, turismo y congreso de El Puerto de Santa María.
Para todos aquello que quieran saber más de estas casas palacio solo tiene que pinchar en el link que dejo aquí de Antonio García Prats
Valentín, muchas gracias por seguirnos y por tu comentario.
Intentaremos ir mejorando.
El apelativo de «Ciudad de los cien palacios» arranca de un artículo así llamado que escribió José de las Cuevas y Velázquez Gaztelu.