Elena Barea Pérez
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Rocío Jurado ha sido catalogada como la mejor cantante femenina de la España del siglo XX. Entre sus canciones de flamenco, copla andaluza, balada o bolero, se ganó el respeto de sus fans, tanto españoles como internacionales, hasta el día de su muerte. Sin embargo ¿es Rocío Jurado tan solo un testimonio de patrimonio musical que perdurará en la historia del imaginario español?
Hoy día, además del patrimonio musical, se está revalorizando el papel que jugó la andaluza en el discurso feminista de la dictadura y posterior transición a la democracia española. La chipionera reivindicó desde los primeros años de su carrera la importancia de la igualdad entre hombre y mujer, denunciando de forma abierta el machismo que sufría su época y soportando, además, feroces críticas. Rocío Jurado fue ejemplo de cantante empoderada y, además, de ama de casa muy poco convencional, ya que era ella la que estaba fuera de casa casi todo el año, dejando a su hija a cargo de su marido, cosa que hizo que fuese muy cuestionada como madre. Partidaria del divorcio (mucho antes de su legalización), defensora de la abolición de la prostitución y a favor de la educación sexual, auto calificada como progay, rompió con los esquemas católicos de la idea de mujer que defendía el régimen franquista sin miedo alguno.
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Sus principios feministas quedan reflejados en las letras de sus canciones. En Lo siento mi amor escuchamos:
Lo siento mi amor, pero hoy te lo voy a decir, aunque puede faltarme el valor al hablarte a la cara. Lo siento mi amor, pero ya me cansé de fingir, y pretendo acabar de una vez esta farsa. Lo siento mi amor, lo siento mi amor, lo siento mi amor: hace tiempo que no siento nada al hacerlo contigo, que mi cuerpo no tiembla de ganas al verte encendido. Y tu cara y tu pecho y tus manos parecen escarcha; y tus besos que ayer me excitaban, hoy no me dicen nada.
De esta forma, Rocío Jurado es la primera en cantar el egoísmo masculino en las relaciones sexuales de la época, rompiendo así el tabú de la esposa conformada, callada y sumisa. Sobre esta canción, Rocío Jurado comentó: son temas de la vida diaria que ocurren. Yo canto cosas reales, actuales.
También le canta, por primera vez, a la masturbación exclusivamente femenina, otro tabú para su época en su canción Amores a solas:
Mi mente volando, mis manos que juegan, me siento flotando. Mi cuerpo se entrega…
Vemos claramente cómo, Rocío Jurado, además del riquísimo patrimonio musical nos deja un patrimonio de ideas, en este caso feministas, muy adelantadas a la época y que muy poco se han valorado hasta la fecha. De esta manera, «la más grande» constituye un ejemplo andaluz de la liberación de la mujer y del movimiento feminista de la España del siglo XX y es conveniente que también se la conozca por ello.
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Para saber más dejamos esta recopilación de entrevistas y canciones de la plataforma YouTube:
https://www.youtube.com/watch?v=m5yiVNuWrYc.
