El Cementerio de San Fernando de Sevilla puede considerarse como una de las numerosas joyas arquitectónicas que alberga la ciudad. A pesar de tratarse de una construcción que evoca a la tristeza o al dolor, posee una belleza única a la altura del patrimonio histórico de Sevilla.

Sus orígenes se remontan al año 1851, cuando Balbino Marrón, en ese momento arquitecto titular del Ayuntamiento de Sevilla, presenta su proyecto para edificarlo, el cual contenía múltiples novedades que hasta el momento no se habían aplicado en otros cementerios. Estas incluían unos trazados con calles, jardines, plazas y rotondas, debido a la influencia de otras regiones europeas. Sin embargo, debido a las posteriores ampliaciones y reformas, el proyecto de «cementerio jardín» planteado por Marrón no fue completado.

En 1853, el cementerio se abrió oficialmente, pero no será hasta finales del S.XIX cuando se vislumbre un conjunto más definido, ya que las obras en el recinto continuaban. En estos primeros años, cabe destacar la inclusión al conjunto del llamado «cementerio de disidentes», destinado en un principio a la comunidad protestante y a personas que habían cometido un suicidio. Actualmente, en él se localiza el cementerio judío de Sevilla, que presenta una separación con un portal. En su interior, se pueden observar diferencias en los enterramientos respecto al cementerio católico, por ejemplo, piedras colocadas en las tumbas como símbolo de eternidad, ya que, según la tradición judía, las flores son símbolo de vida. Además, solo se pueden ver enterramientos, ya que el rito judío prohíbe los mausoleos y las cremaciones.

Acceso al cementerio judío

Fuente: Ayuntamiento de Sevilla

En 1920, se lleva a cabo una ampliación del cementerio a cargo de Antonio Arévalo, debido al crecimiento de población de la ciudad. Además, a manos de Antonio Pérez Bergalí, en torno a la década de 1930, se inician unas labores de pavimentación y ajardinado y se hizo una reforma del paseo central y de la famosa rotonda del Cristo de las Mieles.

Durante la Guerra Civil Española, la presencia de tropas marroquíes aliadas propició la creación del cementerio musulmán que hoy en día se conserva. En este cementerio se puede observar la lápida fundacional del mismo, escrita tanto en árabe, con caracteres magrebíes, como en castellano. Además, en el límite sur de este conjunto se puso una palmera que señalaba la dirección de la quibla. En 1944 se cerró, pero en 1984 se reabrió a petición de la comunidad islámica de Sevilla. Este cementerio tiene una puerta de acceso independiente que combina el estilo neoislámico y el neomudéjar. Como elemento neoislámico podemos distinguir el vano de entrada, compuesto por una gran puerta de madera que se encuentra bajo un arco de herradura apuntado decorado con motivos geométricos, enmarcado a su vez en un alfiz con enjutas decoradas con rosetones de lacería. La puerta fue diseñada en el año 1936 por Pérez Bergalí. Como elemento neomudéjar destaca la cubierta con forma de tejado a cuatro aguas compuesto por tejas cerámicas, acompañado de unos remates con dos lanzas que atraviesan una media luna, creando el símbolo del islam. También hay que mencionar el azulejo decorado con motivos islámicos que presenta la entrada donde se lee: «Cementerio Islámico», uniendo las culturas de la cerámica islámica y sevillana.

Acceso al cementerio islámico

Fuente: Ayuntamiento de Sevilla

El cementerio cuenta con una capilla que data del último tercio del S.XIX, proyectada por el arquitecto Francisco Aurelio Álvarez Millán. Se trata de un edificio independiente que, siguiendo el diseño del resto del conjunto arquitectónico, está realizada en ladrillo visto. La capilla muestra una única nave con varias ventanas y óculos con vidrieras. Las ventanas centrales fueron cegadas con la intención de crear unas hornacinas para albergar las imágenes de San Fernando, a la izquierda, y la de San Pedro, a la derecha. El Altar Mayor está compuesto por un retablo sencillo hecho en yesería y presidido por la Virgen del Carmen. Sobre la puerta de acceso se puede observar un crucificado medieval del que se desconoce el lugar de procedencia.

Capilla del cementerio

Fuente: Ayuntamiento de Sevilla

En la puerta de acceso al cementerio, es destacable el retablo cerámico realizado por Antonio Morilla Galea en 1976 dedicado a la imagen titular de la Hermandad de la Soledad de San Lorenzo, María Santísima en su Soledad, colocado allí como conmemoración de la visita realizada por dicha imagen al cementerio en 1965 cuando se dirigía al barrio de San Jerónimo para las Misiones Generales. Hoy en día, es tradición depositar a los pies del azulejo las coronas de flores tras los entierros.

Retablo cerámico de María Santísima en su Soledad

Fuente: Ayuntamiento de Sevilla

Al hacer un estudio de este cementerio no puede faltar nombrar la imagen del Cristo de las Mieles. Es un crucificado realizado en el año 1895 por el célebre escultor sevillano, Antonio Susillo. Tanto la imagen como la cruz están hechas de bronce, aunque el tratamiento aplicado a dicho material hace parecer que se trata de madera. La escultura se encuentra en la calle principal del cementerio, la calle de la Esperanza, recorrida por cipreses, por lo que, al entrar en el recinto, se puede distinguir a lo lejos, en el centro, subida a una montaña de rocas imitando al bíblico monte del Gólgota.

Según la leyenda, tras la muerte de Susillo, varias personas que pasaron junto al Cristo presenciaron cómo este lloraba miel, de ahí su nombre. Sin embargo, se cree que fue debido a una colmena de abejas que se encontraba en el interior de la escultura, que es hueca, para evitar que tuviera un peso excesivo. Finalmente, los restos de Susillo fueron trasladados a los pies del Cristo en 1940, ya que, en un primer lugar, fue enterrado en otra parte de este mismo cementerio.

Cristo de las Mieles

Fuente: Ayuntamiento de Sevilla

En el Cementerio de Sevilla se conocen las impresionantes sepulturas de célebres personajes relacionados con Sevilla. Son numerosos los visitantes que reciben estos panteones, ya sea por admiración a la persona o por su belleza arquitectónica o escultórica.

Algunos de estos ejemplos son:

Panteón del torero Joselito «El Gallo»

Fuente: Ayuntamiento de Sevilla

 

Panteón del torero Francisco Rivera «Paquirri»

Fuente: Ayuntamiento de Sevilla

 

Sepultura del torero «Espartero»

Fuente: Ayuntamiento de Sevilla

 

Panteón del pintor José Villegas Cordero

Fuente: Ayuntamiento de Sevilla

 

Panteón-Capilla de la familia Rodríguez de la Borbolla

Fuente: Ayuntamiento de Sevilla

 

Capilla-Panteón de López-Solé

Fuente: Ayuntamiento de Sevilla

Podemos decir que, sin duda, este cementerio esconde muchos secretos e historias que merece la pena conocer y que no pueden quedar a un lado.

 

Bibliografía:

Ayuntamiento de Sevilla. Historia y Descripción. https://www.sevilla.org/servicios/cementerio-municipal/historia-y-espacio-cultural/historia-y-descripcion

Ayuntamiento de Sevilla. Estudio del Cementerio. https://www.sevilla.org/servicios/cementerio-municipal/historia-y-espacio-cultural/estudio-del-cementerio

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Información básica sobre protección de datos Ver más

  • Responsable Universidad Pablo de Olavide.
  • Finalidad  Moderar los comentarios. Responder las consultas.
  • Legitimación Su consentimiento.
  • Destinatarios  Universidad Pablo de Olavide.
  • Derechos Acceder, rectificar y suprimir los datos.
  • Información Adicional Puede consultar la información detallada en la Política de Privacidad.