Del 4 al 6 de Marzo se llevaron a cabo las V Jornadas Internacionales Mucho más que musas: mujeres creadoras en el arte iberoamericano. Tras tres tardes enteras de muchas conferencias, una acaba con la cabeza llena de ideas.
Que las mujeres leían más de lo que nos creíamos y la historia de las mujeres lectoras está intrínsecamente ligada a la historia de la novela y su consagración como género literario, que Dulcinea es mucho más que un personaje y es el motor del Quijote y representa una compleja dualidad metaliteraria, que las mujeres coleccionistas de arte prehispánico tuvieron un rol esencial en la aceptación del mismo como arte en sí, que aún no nos libramos del peso de la carga doméstica que vivimos todas y así lo hacen ver representaciones contemporáneas del mismo en muchas artistas.
Que nada de lo que nos cuentan en el colegio incluye a mujeres. Que una crece y se cree el relato contado, cuando en realidad la mitad de la especie humana apenas se menciona en la historia, y eso es una incongruencia que no se sostiene.

Que en Roma no sólo había escultores y que todo escultor, fuera del género que fuese, tenía un taller con ayudantes pero sólo se utiliza en contra de las escultoras, que ya existía la sororidad en el siglo XIX en iniciativas como ‘la Fronde’, que hubo mujeres esenciales en todos los ámbitos artísticos, como Colette en la fotografía, y sin embargo nos siguen sin apenas hablar de ellas y se sigue atribuyendo su talento al hombre más cercano que tuvieran en sus vidas. Que no querían publicar obras de mujeres artistas ni en el siglo XX y no era objetivo, porque escogían una obra, veían que era de una mujer, e inmediatamente adjudicaban el premio al siguiente hombre de la lista, como le pasó a la pintora Carolina del Castillo.

¿Qué nos han contado?

Si la historia del arte, y la historia, y la vida, están plagadas de artistas hombres machistas y maltratadores que silenciaron el talento de sus parejas, que las ‘mujeres de Picasso’ no eran mujeres de nadie, eran artistas, que el Guernica no fue sólo talento suyo y la composición la hizo Dora Maar. Si el urbanismo y el planteamiento urbano refleja la sociedad y sus roles de género, si el capitalismo está desplazando los valores sociales incluyendo los de género, y que todo eso lo dijo una mujer, Jane Jacobs. Si Olympe de Gouges ya lo dijo: ¡mujer, despierta! Y estamos bien despiertas y tenemos que seguir estándolo.

¿Cuántas mujeres hay detrás de cada hombre talentoso y con éxito? ¿Cuántas las hay solas?

Por las silenciadas, las valientes, las maltratadas, decapitadas, rebeldes, las artistas, las creadoras, las voces, las emprendedoras, las mujeres de este planeta tierra que han cambiado la historia y lo siguen haciendo día a día. Por todas ellas, por nosotras, porque ya está bien.

Porque los estudios de género son una de nuestras vías de salvación, para que se haga saber que nosotras también somos y hemos sido científicas, inventoras, escritoras, pintoras, escultoras, eruditas, filósofas, todo lo que hemos querido y podido ser.

Y un día después de este ocho de marzo, día de la Mujer Trabajadora, creo que se debe reconocer la labor de tantas mujeres investigadoras que están trabajando en la visibilización femenina. Creo que todos debemos sentarnos a reflexionar y repensar la historia que nos han contado, ese cuento de dos géneros opuestos con características opuestas. La mujer: débil, emocional, sensible, volátil. El hombre: fuerte, racional, insensible, estático. Tal vez sea  hora de que rompamos muchos esquemas.

Esa historia única tiene mucho peligro, como  apunta Chimamanda, escritora y activista de los derechos de la mujer, y debemos cuestionarla, refutarla y rehacerla de nuevo. Por ahora, esa historia está incompleta, lo que hace que nuestra educación lo sea también.

“Mediante el trabajo ha sido como la mujer ha podido franquear la distancia que la separa del hombre. El trabajo es lo único que puede garantizarle una libertad completa”- Simone de Beauvoir.
Sin olvidar todo lo que ha costado llegar hasta aquí, tantos siglos y esfuerzo de muchos, queda por delante un camino de trabajo y esfuerzo. Por todo lo que queda aún: a trabajar duro, compañeras. Trabajar para demostrar que hemos sido, somos y seremos: mucho, muchísimo más que musas.

Estudiante de último año del grado universitario de Humanidades en la Pablo de Olavide. Arte, literatura, ecologismo, crítica, sociología y mucho feminismo es lo que espero reflejar en todo lo que escriba.

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