El informe arqueológico realizado anula totalmente la veracidad de la primera teoría que se tenía sobre los restos de una niña encontrados en 2021, en el Alcázar, y abre una investigación enfocada a las élites de la ciudad hispalense.

Imagen 1: Parte de los restos óseos del cadáver de la niña hallado en el Alcázar en abril de 2021. El País. 

De la investigación mencionada anteriormente podemos decir que los resultados desmontan la verdad, puesto que a priori, en 2025, los resultados eran de una niña de cuatro  o cinco años y rubia; y sin embargo, ahora los resultados apuntan a una menor nacida en el siglo XIX.

En cuanto a la historia de las investigaciones podemos decir que todo empezó en abril de 2021, cuando un equipo de arqueólogos encuentra en el palacio gótico Del Real Alcázar de Sevilla, el cuerpo de una niña de pelo rubio en el cráneo y cuya edad rondaba en torno a los cuatro y cinco años. La noticia empezó a difundirse rápidamente, ya que se trataba del primer enterramiento humano localizado en Sevilla en sus diez siglos de historia. Lo que se encontró fue: un pequeño sarcófago de plomo donde en el interior había un ataúd de madera casi desintegrada por la humedad y un esqueleto completo con restos de cuero de los zapatos y dos botones de nácar. Además, el  equipo de arqueólogos de Miguel Ángel Tabales, profesor de la Universidad de Sevilla y director de la actividad arqueológica en el Alcázar, decía que vivió en la Baja Edad Media, entre finales del siglo XIII y el XIV.

El hallazgo fue tan importante, que piden ayuda a los mejores de España, a un equipo de investigación formado por genetistas del departamento de Medicina Legal de la Universidad de Granada, y también, a expertos en Genética Forense de Santiago de Compostela.

Parte de los restos óseos del cadáver de la niña hallado en el Alcázar en abril de 2021, presentados este jueves en Sevilla.

Imagen 2: Parte de los restos óseos del cadáver de la niña hallado en el Alcázar en abril de 2021. El País.

Por consiguiente, en febrero de 2023, el equipo de investigación decide cerrar esta, ya que dan resultados que son totalmente diferentes a los del principio. Las tres dataciones realizadas mediante radiocarbono sobre los restos humanos, el calzado y ataúd, a su vez, coinciden en que la niña falleció y fue enterrada en la segunda mitad del siglo XIX, y que, según el arqueólogo que dirigía las investigaciones, podría pertenecer a la época del reinado de Isabel II, exactamente en 1860. 

Para finalizar, y como dato importante, Tabales, jefe de la investigación arqueológica, expone que se trata probablemente de un enterramiento secreto, o al menos, semiclandestino, situado bajo el altar mayor de la capilla, a los pies de la Virgen de la Antigua, a la que tenían gran devoción. 

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