LauraSalgadoAlvarezSevilla es una ciudad con una rica historia y patrimonio cultural, lo que la convierte en uno de los destinos turísticos más populares de España. El turismo es un sector vital para la economía de la ciudad, ya que genera empleo, ingresos y contribuye al desarrollo de la comunidad local.
El turismo en Sevilla se concentra principalmente en su casco histórico, que está repleto de monumentos impresionantes, como la catedral de Sevilla, el Real Alcázar, la Plaza de España, entre otros. Estos lugares atraen a millones de turistas cada año, lo que, a su vez, impulsa el sector de la hostelería y los servicios relacionados. Todo esto lo vemos como algo muy positivo para la ciudad, pero, ¿es realmente tan enriquecedor para nuestra ciudad?
Desde hace algún tiempo hasta ahora se ha hecho muy popular hablar sobre el «turismo masivo», término que da nombre a los acontecimientos que últimamente se están dando en nuestra ciudad, es decir, las personas autóctonas de Sevilla, más concretamente de la zona centro y casco histórico, se están viendo obligadas a abandonar sus residencias debido al alto precio que están adquiriendo. Debido a ello, esas viviendas están siendo convertidas en apartamentos turísticos, lo cual está acabando con la identidad de nuestra querida Sevilla. El turismo masivo del que hablamos puede tener un impacto negativo en la cultura y la autenticidad de una ciudad o destino turístico, llegando a provocar en algunos casos la pérdida de la identidad local y la transformación de los barrios históricos en zonas turísticas comerciales, perdiendo así a su vez su carácter auténtico y su esencia.
En el caso de Sevilla, el turismo masivo está teniendo un impacto negativo en la «Sevillanía», es decir, en la identidad y la cultura local. Por ejemplo, algunos barrios históricos de Sevilla, como Santa Cruz, han experimentado una gran afluencia de turistas, lo que ha llevado a la proliferación de tiendas de souvenirs y restaurantes para turistas, en detrimento de los comercios y la gastronomía tradicionales.
Además, este suceso está provocando un aumento en los precios de la vivienda y del comercio, lo que hace que cada vez sea más difícil para los residentes locales mantenerse en la ciudad y para los pequeños negocios sobrevivir.
Por ello, considero que algo fundamental que se debe hacer es implementar medidas para gestionar el turismo de forma sostenible y responsable, para que el turismo pueda seguir siendo una fuente de riqueza y empleo para la ciudad, sin que esto signifique la pérdida de su identidad y su cultura local.
Ante esta situación, los sevillanos han comenzado a movilizarse para luchar contra el exceso de apartamentos turísticos y la especulación inmobiliaria que esto conlleva. Algunas de las iniciativas que se han llevado a cabo son: manifestaciones y protestas, en las que los sevillanos se han organizado para exigir medidas que limiten el número de apartamentos turísticos y protejan los derechos de los residentes locales; asociaciones vecinales que luchan contra la proliferación de los apartamentos turísticos y la gentrificación de los barrios históricos; y regulación municipal gracias a que el Ayuntamiento de Sevilla ha establecido una serie de medidas para regular los apartamentos turísticos y limitar su número en determinadas zonas de la ciudad.
Una seña de estos apartamentos son los candados que podemos ver cada vez con más frecuencia en las rejas de las ventanas de los apartamentos que se encuentran en las plantas bajas. Funcionan de manera que el turista recibe la contraseña en el teléfono móvil, la localización del candado y de esta manera ya puede abrir la puerta.
Ante esto, muchos de esos sevillanos que protestan han decidido tomar medidas drásticas tales como destrozar esos candados mediante pegamento y otro tipo de sustancias químicas con el fin de dejarlos inutilizados
