Llega el final de este mes de marzo. Un mes que empezamos saliendo a la calle y luchando por conseguir esa ansiada equidad entre los dos géneros de nuestra especie, los que por desgracia parecen dividirnos más que acercarnos. Paradójicamente, lo empezamos de manera multitudinaria, en las calles, y lo terminamos en nuestras casas, aislados socialmente. Pero hay muchas formas de lucha, ya sea activa o pasiva, en todos los ámbitos. Quedándonos en casa estamos luchando contra este virus que azota la humanidad a día de hoy, aunque nos parezca a veces que no. Y de manera divulgativa, aquí desde el sofá de mi casa, me gusta pensar que publicando este artículo estoy de alguna manera también luchando, dándoles un poco de voz a todas las mujeres que han sido silenciadas como artistas a lo largo de la historia. 

Así que hoy, desde mi sofá, espero estar luchando doblemente. 

 

Aunque no salgan en los libros de historia, existieron muchas artistas, en todos los periodos. En la edad Moderna, en Sevilla proliferaban los talleres artísticos. Nos llegan nombres como los de Valdés Leal, Pedro Roldán, Murillo… Pero casi ninguno femenino. ¡Y los hubo! 

 

 

En este momento, las mujeres seguían necesitando de la existencia de un taller en la familia para poder colaborar en él, en la mayoría de los casos. Así fue para Luisa Roldán ( Sevilla 1652- Madrid 1706),  La Roldana, hija del escultor Pedro Roldán. Aunque más bien, habría que presentar a Pedro Roldán, en referencia a su hija. Pedro Roldán, padre de la célebre escultora Luisa Roldán. Porque si en algo coinciden la mayoría de expertos es en que la hija superó con creces la técnica del padre, y sin embargo nos llega más el nombre de él que el de ella. 

Su figura se ha hecho más conocida en los últimos años gracias al personaje que la representa en la serie La Peste, de Moviestar+. Luisa Roldán constituye un ejemplo de desafío de la autoridad y de los roles de género, ya que se casó en contra de la voluntad de su padre, con el hombre que ella eligió. 

Al salir del hogar familiar, formó su propio taller que ella dirigía y en el que su marido ayudaba en calidad de ayudante. Poseer el taller permitió que contemos con una gran colección de obras  suyas. A pesar de enmarcarse dentro del contexto de escultura barroca sevillana tradicional, desarrolló un estilo propio, aportando aspectos novedosos al barroco del momento. La investigadora Muñoz López apunta a una feminización de los personajes que ella retrata, incluso aquellos que retrató siendo escultora de cámara de Carlos II y Felipe V, algo muy interesante. 

Luisa Roldán es un ejemplo de doble lucha, un desafío como mujer y un desafío como escultora.

Una mujer tan artista como los artistas masculinos que llenan los libros. Ni menos ni más, Luisa Roldán merece también, por igual, lo que le corresponde: un lugar en la historia, un lugar en el arte. Un lugar en nuestras clases, en nuestros libros. 

El estudio mencionado: Muñoz López, P. (2006). Espacio de creatividad femenina en el arte español. En Mujeres, espacio y poder coord. por Mercedes Arriaga Flórez (443-460). Sevilla: Arcibel. Print. Disponible también en línea: https://books.google.es/books?id=BdBJ-pyBnJoC&printsec=frontcover&hl=es#v=onepage&q&f=false 

Estudiante de último año del grado universitario de Humanidades en la Pablo de Olavide. Arte, literatura, ecologismo, crítica, sociología y mucho feminismo es lo que espero reflejar en todo lo que escriba.

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