Sofía Montero CorralesA pocos kilómetros de Sevilla, en la comunidad vecina de Extremadura, se encuentra la provincia de Badajoz, la que guarda algunos secretos arquitectónicos y artísticos que hoy voy a presentar. No es mi orgullo extremeño el que me impulsa a hacer esto, sino la vena curiosa y artística que hace imposible no descubriros estas dos joyas pacenses: el Monasterio de Tentudía y la ermita de la Virgen de la Ara.
El primero se encuentra en un cerro de la Sierra de Tentudía, a 9 kilómetros de Calera de León al sur de Badajoz. Data del s.XIII y su origen está ligado a una curiosa leyenda: las tropas del capitán Pelay Pérez Correa, maestre de la Orden de Santiago, se enfrentaban a un ejército árabe que no les daba tregua. Al punto de caer la noche, el capitán pidió ayuda a la Virgen exclamando: «Santa María, detén tu día», y así lo hizo, alargando las horas de sol para que los cristianos se proclamaran ganadores; en agradecimiento, Pérez Correa mandó construir la ermita.
Hecha de piedra y mampuesto, ha sido ampliada desde entonces por la Orden de Santiago, y con la construcción del Conventual en Calera de León, se convirtió en uno de los centros santiaguistas más importantes. El último cambio importante que sufrió la ermita fue en 1514 gracias al Papa León X, quien declaró monasterio al conjunto religioso; además, se construyó en ese mismo siglo un Colegio de Letras, que se mantuvo hasta el siglo XIX, cuando fue, poco a poco, olvidado.
Sin embargo, hoy en día recibe cada vez más visitas a sus interesantísimas estancias, como el claustro mudéjar (s.XVI), cuadrado y con paredes recubiertas de ladrillos rojizos; la sepultura recubierta de azulejos de Pelay Pérez Correa y el altar major, el cual combina el estilo Renacentista con elementos del mudéjar y nos cuenta la historia de la ermita.
Por otra parte, tenemos a la «Capilla Sixtina» extremeña: la ermita de la Virgen del Ara. Se encuentra a siete kilómetros de Fuente del Arco y a tan solo tres de la frontera con Andalucía y ha sido nombrada recientemente Bien de Interés Cultural.
Sus orígenes son un poco difusos. Aunque la primera vez que se oye hablar de este conjunto es a mediados del siglo XIV, gracias a Alfonso XI que la nombra como «un lugar de devoción y peregrinación a la Virgen María», no es hasta el siglo XV que la orden de Santiago se asienta en el lugar, hace ciertas añadiduras como la sacristía, el camarín, el coro y la arquería de las fachadas, y promueve una leyenda sobre el origen de la ermita.
Esta nos cuenta la historia del rey musulmán Jayón y su hija Erminda, quien al encontrarse con la Virgen María le ruega que le devuelva la vista a su padre. La Virgen le concede el milagro con la condición de que se conviertan al cristianismo; como agradecimiento se cambian de religión y construyen el templo.
En cuanto al edificio como tal, lo que se destaca y por lo que se la compara con la Capilla Sixtina es por los espectaculares frescos del siglo XVII de su interior y representan, como en el Vaticano, escenas del Génesis. Se sabe que fueron pintadas por seis pintores diferentes, al menos, procedentes de la escuela que tuvo Zurbarán en la localidad cercana de Llerena.
También destacan las figuras geométricas del zócalo del siglo XV, pintadas probablemente con minerales de las minas de Jayona, y las decoraciones del bajo coro, estas del siglo XIX, que muestran los puntos cardinales y los continentes.
Al igual que el anterior conjunto, cada día recibe más y más visitas, pero espero que este medio sirva para dar a conocer fuera de las fronteras de Extremadura, estas joyas escondidas en el paisaje extremeño, pues no solo debemos centrarnos en los monumentos principales de cada comunidad, sino dar una oportunidad a nuevos espacios y dejar que nos sorprendan.
Fuentes: https://www.turismobadajoz.es/monasterio-de-tentudia/
https://www.publico.es/culturas/ermita-virgen-ara-capilla-sixtina-olivar-extremeno.html
