Desarrollo y seguimiento

Por ello, para el despliegue y seguimiento del plan, se ha optado por una metodología ágil, la cual provee de un enfoque iterativo a la gestión de iniciativas y acciones, centrándose en trabajar en pequeños lotes y de manera transparente y colaborativa, obteniendo respuestas lo más rápido posible. Ello se obtiene fomentando la colaboración, la responsabilidad y la autonomía de los equipos, así como dotando a los proyectos de rapidez y flexibilidad para adaptarse a las condiciones cambiantes. La metodología ágil confiere mayor importancia a las personas e interacciones que a los propios procesos y herramientas. Asimismo, prioriza el resultado sobre la documentación exhaustiva y antepone la respuesta al cambio frente al seguimiento estricto de un plan prefijado e inamovible.

La adopción de este tipo de metodología es, en sí misma, parte de la propia transformación digital, ya que supone un cambio sustancial en el modelo de Gobernanza TI.

Por otro lado, aunque el contexto sea cambiante y, en algunos aspectos, poco previsible, sí es posible identificar
algunos riesgos que pueden comprometer el éxito de las iniciativas. Entre estos elementos de riesgo, caben destacar el apoyo institucional, la motivación e implicación de las personas participantes en cada iniciativa, así como los recursos, económicos y humanos, disponibles. El seguimiento ágil de las diferentes iniciativas, con continuas retrospectivas que ayuden a la revelar barreras no identificadas en las etapas iniciales, permite gestionar estos riesgos y reducir sus efectos. Para implementar esta gestión dinámica del cambio, se hará uso de herramientas de tipo PMO (Porfolio Management Office), las cuales proporcionan la interactividad y transparencia necesarias en el desarrollo dinámico de las iniciativas y acciones.