RESEÑA
Revista de Historia del Arte, nº 31 (2025): 535-538 eISSN: 2659-5230. https://doi.org/10.46661/atrio.11180
Marco Dorta, Enrique
Cartagena de Indias: La ciudad y sus monumentos
Bogotá: Instituto Caro y Cuervo. Imprenta Patriótica; Cartagena de Indias: Fortificaciones Cartagena de Indias, Escuela Taller de Cartagena de Indias, 2021, 339 págs.
ISBN 978-958-9109-304
Durante el período colonial, Cartagena de Indias se convirtió en el principal puerto de la Nueva Granada desde el siglo XVI, en buena medida por su localización geográfica sobre la actual costa caribeña de Colombia, que la convirtió en un importante punto de entrada y salida de productos comerciales desde y hacia Europa.
Este papel protagónico dentro de la ruta comercial que la Corona española definió entre la Península y América, la puso en la mira de los intereses políticos, económicos y militares de otras naciones que a lo largo de los siglos la atacaron e intentaron invadirla, situación que obligó a protegerla. Con este fin fueron destinados a esta plaza a lo largo de dos siglos y medio destacados ingenieros militares que lideraron la construcción de diversas estructuras militares en piedra destinadas a asegurar su defensa. La convirtieron en una ciudad prácticamente inexpugnable.
El ejército español abandonó la ciudad en 1821 y desde entonces el conjunto defensivo de Cartagena de Indias, que había sobrevivido casi intacto a las luchas de la Independencia y a varias guerras civiles, empezó a ser alterado seriamente con varias intervenciones y demoliciones. La principal de ellas se inició en 1883 con la antigua calzada de la Media Luna, que comunicaba a la isla donde se levantó la ciudad con el continente, y el revellín que la protegía. Las demoliciones continuaron hasta 1924, año en que finalmente el gobierno colombiano tomó las primeras acciones legales para proteger este patrimonio.
Si estas edificaciones que se levantaron en piedra coralina para resistir los embates de las balas de morteros y cañones por poco desaparecen, la fragilidad del papel no corrió la misma suerte. Los planos, archivos y documentos que permitirían saber qué personas estuvieron detrás de estas obras de ingeniería militar o de las decisiones políticas, administrativas y económicas que ordenaron su construcción, en buena medida habían desaparecido. No siempre debido a los incendios, a la humedad tropical de Cartagena de Indias, como al particular comportamiento que se tuvo hacia este acervo documental. El fotógrafo cartagenero Amaranto Jaspe recordaba que siendo niño vio pasar una carreta llena de legajos y rollos que se iban a botar y de la cual se cayeron un par de papeles que decidió guardar, uno de los cuales resultó ser un plano elaborado por el ingeniero militar Antonio de Arévalo (1717-1800). “Quien sabe cuántos otros documentos de igual importancia se perderían en ese acto de fe” se lamentaba el historiador José P. Urueta[1].
La documentación histórica de Cartagena de Indias en buena medida desapareció y la que se conservó del período colonial se guardaba en el Archivo Nacional en Bogotá, en ocasiones inaccesible para los historiadores cartageneros. A pesar de ello, varios historiadores se preocuparon por rescatar y publicar este material para hacerlo más accesible como lo hizo José P. Urueta en los ocho tomos donde recopiló Documentos para la historia de Cartagena (1887), si bien, al revisar el Historial de Cartagena de las Indias (1943) escrito por Roberto Arrázola, sorprende que sus fuentes fueran obtenidas sólo de libros y documentos publicados en inglés. Otros historiadores como Soledad Acosta de Samper, prefirieron seguir una ruta literaria y novelesca para narrar episodios de la historia de esta ciudad como lo hizo en su libro Los Piratas de Cartagena (1886).
La paradoja que encierra el libro Cartagena de Indias: La ciudad y sus monumentos, es que su autor el historiador del arte Enrique Marco Dorta (1911-1980), si bien tuvo acceso a los documentos históricos que sobre Cartagena de Indias reposaban en los archivos españoles, por dificultades económicas no pudo visitarlos mientras investigó y redactó la tesis que le sirvió de base para el futuro libro. La primera e ineludible escala fue el Archivo General de Indias en Sevilla, cuya puerta cruzó con este fin en 1935 y allí como él mismo lo menciona:
encontré, a flor de tierra, las trazas de las principales obras de fortificación, planos de la ciudad en distintas épocas, los diseños de algunos edificios civiles y religiosos, es decir, un acervo de material gráfico de primera importancia para la historia monumental y artística de la plaza fuerte más importante de las Indias[2].
Luego de terminar su trabajo de tesis, Marco Dorta pudo visitar por primera vez América gracias al auspicio de la Junta de Relaciones Culturales de España, que le financió su desplazamiento con el fin de conocer las obras realizadas en este continente durante la monarquía hispánica. Arribó a Cartagena de Indias el 5 de octubre de 1940 y permaneció allí durante tres meses que aprovechó para corroborar la información planimétrica obtenida en España con la ciudad y sus edificaciones construidas, muchas de las cuales se mantenían en pie y por esa razón los pudo medir y fotografiar.
Esta visita le permitió complementar su tesis doctoral que finalmente salió publicada en 1951 bajo el título de Cartagena de Indias. La ciudad y sus monumentos, en una edición que sorprendió en su momento, no sólo por la sólida información documental que sustenta el texto, como por las imágenes cartográficas y fotográficas que lo acompañan y que con rapidez lo convirtieron en uno de esos libros inevitables para todos aquellos interesados en la historia y el patrimonio construido de esta ciudad. El libro se publicó en España y se convirtió en una rareza editorial en Colombia y por esa razón fue reeditado en 1960 y 1988.
El texto aborda el desarrollo urbano y arquitectónico de la ciudad en siete capítulos, en donde se explican las razones geográficas para la elección del lugar de su fundación, así como los esfuerzos para asegurar su protección en los siglos XVI, XVII y XVIII y la manera como la ciudad aprendió de los ataques liderados por el francés Pointis en 1697 y el inglés Vernon en 1741. Así mismo describe los procesos constructivos de los principales edificios civiles y religiosos.
Las estructuras defensivas y el patrimonio construido que con tanto celo Marco Dorta documentó en su libro, desde el año 2012 están bajo el cuidado de los aprendices de la Escuela Taller de Cartagena de Indias, institución que se creó justamente en el marco de un proyecto de cooperación entre España y Colombia. Además de las intervenciones físicas que se adelantan en las fortificaciones, su labor incluye la puesta en valor de estas estructuras cuyo origen, historia e importancia en ocasiones son desconocidas para muchos y, por esa razón, reimprimir el texto de Enrique Marco Dorta, nuevamente agotado, tenía sentido.
El trabajo editorial se inició en 2019 con varias premisas en mente. La primera de ellas fue que los documentos anexos incluidos en la primera edición del libro y que habían sido suprimidos en las dos siguientes debían incorporarse nuevamente. Adicionalmente, se tomó la decisión de realizar una impresión con linotipos, como se hizo en la primera edición del libro, aprovechando el hecho de que estas máquinas aún están en funcionamiento en la Imprenta Patriótica del Instituto Caro y Cuervo. Se mantuvieron los prólogos a las ediciones anteriores, así como un texto del arquitecto argentino Ramón Gutiérrez, quien atesora parte del archivo fotográfico de Enrique Marco en el CEDODAL en Buenos Aires. El único cambio notable fue incorporar las reproducciones a color del material cartográfico que en su momento acompañaron la primera edición, lo cual permite mostrar la riqueza documental que Marco Dorta había alcanzado a recopilar y que no ha perdido vigencia.
Alberto Escovar Wilson-White
Universidad Pablo de Olavide, Sevilla, España
[1] José P. Urueta y Eduardo G. De Piñeres, Cartagena y sus cercanías. Guía descriptiva de la Capital del Departamento de Bolívar (Cartagena: Tipografía de Vapor “Mogollón”, 1912), 38.
[2] Enrique Marco Dorta, Cartagena de Indias: La ciudad y sus monumentos (Sevilla: Escuela de Estudios Hispano-Americanos de Sevilla, 1951), xix.