
Fig. 1. Mapa de
la finca del Rincón con sus edificaciones y terreno, propiedad del monasterio de
Guadalupe.
Siglo XVII. (Archivo
Histórico Nacional. Clero, MPD nº 37).
El Cortijo del Rincón,
del
Monasterio de Guadalupe1
José Maldonado Escribano
Universidad de Extremadura, España
Enmarcado dentro del proyecto de investigación nacional “La patrimonialización de un territorio: conformación de
paisajes culturales entre el Tajo y el Guadiana”, analizamos el proceso de
creación y desarrollo del Cortijo del Rincón, dentro del paisaje agrícola del
Monasterio de Guadalupe. A lo largo de la Edad Moderna dicha institución
religiosa se abasteció del aceite sacado de su olivar, así como obtuvo importantes
rentas gracias a su explotación. Incluso le sirvió como residencia campestre
temporal para monjes e invitados, completándose con las viviendas estables de
los trabajadores del latifundio. Destacan de él la capilla construida en la
segunda mitad del siglo XVI, que presenta un excelente retablo de azulejos
talaveranos que cubre toda la cabecera con una rica iconografía religiosa, de
buena calidad y conservación. Por otro lado, la bodega, de planta rectangular y
gran capacidad, es de las más atractivas que conocemos en Extremadura.
Estudiamos este complejo desde su origen hasta la actualidad, utilizando
fuentes inéditas de la Edad Moderna que se ocupan de él, libros de contabilidad
propios, además de mapas y planos realizados ya en el siglo XVII.
Palabras clave: Patrimonio rural, arquitectura residencial y agropecuaria,
casas de campo, Monasterio de Guadalupe, Cortijo del Rincón, Paisaje agrícola,
Extremadura.
Framed within the national research project
“The patrimonialization of a territory: shaping
cultural landscapes between the Tagus and Guadiana” analyze the process of creation and development of the Farmhouse of Rincón, within the agricultural landscape of the Monastery
of Guadalupe. Throughout the modern age religious
institution that supplied the oil
taken from his olive grove and obtained significant revenues through its exploitation. It even served
as a temporary residence for monks and guests,
completed with stable housing estates workers. It highlights
the chapel built in the second half
of the sixteenth
century, which presents an excellent
altarpiece of Talavera tiles
covering the entire head with a rich religious iconography, good quality and conservation. On the other
hand, the cellar,
rectangular and large capacity,
is the most
attractive we know in Extremadura. We study this complex
from its inception to the
present, using unpublished sources of the Modern Age dealing with it,
own accounting books, plus maps and plans made in the
seventeenth century.
Keywords: Rural patrimony, residential
and agricultural architecture,
country houses, Monastery of Guadalupe, Farmhouse of Rincon, agricultural
landscape, Extremadura.
1.
Este trabajo se enmarca en el Proyecto
de Investigación “La patrimonialización de un territorio: conformación de paisajes culturales entre el Tajo y el Guadiana en Extremadura” (HAR 2013-41961-P), financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad del Gobierno de España.
atrio nº 22 | 2016 ISSN: 0214-8293 | pp. 152-167
Introducción
El Monasterio de Guadalupe, además de ser uno de los principales centros religiosos, artísticos y culturales de Extremadura, poseyó durante la Edad Moderna y comienzos de la Contemporánea importantes complejos rurales diseminados por las cuencas de los ríos Tajo y Guadiana, utilizando en la mayoría de sus ejemplos estos cauces y los de sus afluentes para desarrollar una intensa explotación agropecuaria, al mismo tiempo que se sirvió de tales edificios para alojar a monjes, invitados y trabajadores durante temporadas concretas o de manera continuada.
Este paisaje agrícola está formado por la conexión de tales cortijos, granjas y casas de labor, en relación con las fincas donde se enclavan, haciendo partícipe un binomio extraordinario entre naturaleza y construcción, a la vez que hizo enriquecer las arcas guadalupenses y abasteció de productos a dicha institución religiosa, permitiendo una complejidad muy interesante que vemos en pocas casas de campo de esta comunidad autónoma2.
Granjas como las de Mirabel o Valdefuentes, más próximas al núcleo urbano de Guadalupe han sido ya analizadas y son verdaderamente conocidas por su riqueza artística que desde sus inicios conecta con el mecenazgo de los Reyes Católicos, convirtiéndose en conjuntos rurales muy en consonancia con el desarrollo directo del propio Monasterio3.
No obstante, el resto hasta hace unos años era menos explorado. Poco a poco, hemos ido estudiándolos y asegurando la calidad de los mismos4, descubriendo un panorama riquísimo de un patrimonio rural ligado a prósperos latifundios tanto en la Alta5 como en la Baja Extremadura.
Entre estos últimos recordamos ahora el Cortijo de San Isidro6, de amplias dimensiones y con capillas para la oración hoy desaparecidas, y la Casa de la Vega7, que aún conserva en su interior la talla medieval de una Virgen de la misma advocación dentro de una capilla remodelada a finales del siglo XVIII. Además, otros que existieron pero que hoy día se hallan perdidos en el término municipal de Don Benito8: la Casa del Palacio, próxima a la desembocadura del arroyo Matapeces en el río Ruecas, y la Casa del Arroyo de las Puercas, en las inmediaciones donde este caudal se une al del río Guadiana.
Del primer bloque, por otro lado, conocemos la Casa de la Burguilla9, en cuya ermita continúa venerándose hoy la imagen de Nuestra Señora de Burguilla, con gran parecido formal a la patrona de Extremadura, celebrándose su fiesta igualmente el 8 de septiembre; el Caserío de Malillo, en ruinas y con su lavadero de lanas asociado a una presa en la que todavía campea un blasón decorado con un jarrón con flores flanqueado por dos leones rampantes, emblema de la Virgen María y la Orden Jerónima; y el Cortijo del Rincón, que estudiamos en el presente artículo.
Se trata éste de un complejo de edificios organizados con una planta general rectangular alargada en torno a un patio central, ubicándose la vivienda principal de dos alturas, así como la capilla, la bodega y el molino de aceite hacia su lado norte, constituyendo todos ellos la parte principal del cortijo. Se completa con otras residencias secundarias y dependencias para la explotación agroganadera más otros inmuebles menores dispersos por la finca, que queda bien regada por los arroyos Cachán, Carbonilla, Gordo, de los Trampales y del Arcornocal, todos ellos pequeños cauces conectados a su vez con los ríos Gargáligas y Cubilar, afluentes del Ruecas y, por ende, del Guadiana.
Queda situado a unos 12 kilómetros hacia el sudeste del núcleo urbano de Logrosán, en el sitio denominado “La Raña”, dentro del Geoparque de Villuercas - Ibores - Jara, llegándose a él gracias a una pequeña carretera que sale del cruce de la EX-116 con la CC-22.6 y a justo 30 kilómetros al sur del de Guadalupe.
Como decimos, destacan de él las estancias residenciales, que fueron ocupadas por monjes, invitados y trabajadores de esta heredad, a pesar de que pensamos que se hallan alteradas debido al cambio de propiedad que, como veremos, sufre en el siglo XIX debido a la desamortización, siendo a partir de entonces desligado de las manos religiosas, pasando a civiles hasta el día de hoy.
La vivienda principal posee dos plantas, cuyos vanos adintelados fueron resaltados con piedra de granito tanto en las ventanas de ambas plantas como en la puerta de acceso, que se abre al patio que describíamos. En su interior sobresale algún salón más amplio con chimenea y habitaciones para el descanso, que completan esta pieza con otras estancias regulares. El resto son más sencillas, siendo igualmente tejadas a dos aguas, donde normalmente vivían núcleos individuales de unidad familiar.
La capilla es sin duda el espacio más cuidado artísticamente, a pesar de que asimismo su aspecto exterior también ha sufrido cambios. Se nos presenta con planta de una nave con doble altura, a la que se accede por una puerta resaltada también en granito y precedida por un pequeño pórtico soportado por dos sencillas columnas del mismo material. En lo alto se alza una espadaña rematada con un frontón y cruz superior.
Una vez que accedemos a su interior descubrimos lo más
sobresaliente del Cortijo del Rincón: un retablo de azulejería talaverana
interesantísimo de rica iconografía que se conserva bastante bien y que cubre
la cabecera de la capilla tanto en su frente como en el remate de las paredes
laterales, muy semejante a los que conocemos en el propio Monasterio diseñados
en las últimas décadas del siglo XVI, pintado al estilo Pisano.

Fig. 2. Vivienda principal del Cortijo del Rincón.
Queda presidido por una magnífica crucifixión en la calle central flanqueada a ambos lados por el arcángel San Miguel y San Juan Bautista, todo ello enmarcado por una estructura de corte clásico, columnas corintias, motivos vegetales y cabezas de ángeles alados, cerrándose en el ático con el Padre Eterno, que bendice desde el cielo y abraza la bola del mundo, acompañado por el Espíritu Santo. A sus lados observamos ya fuera del retablo el emblema de los Jerónimos, leones rampantes, en cartelas de cueros recortados sobre azulejos de color azul cobalto. En el piso bajo se abre una hornacina donde vemos una escultura copia de Santa María de Guadalupe, apareciendo San Bonifacio en el lado de la epístola, que completa el retablo en esa zona y que fue nombrado patrón desde la construcción de esta capilla en 1574, y habiéndose perdido la imagen que ocupó el lado del Evangelio. La predela se decora con motivos geométricos azules, amarillos y naranjas, los mismos tonos, junto al verde, que vemos en dicho conjunto a nivel general.
Las paredes laterales de la cabecera, que queda cerrada por bóveda de arista, están decoradas con azulejos semejantes a los anteriores, formando en cada caso tres pisos, con ocho figuras de santos en cada lado, conservándose prácticamente en su totalidad, entre los que vemos a los cuatro evangelistas (San Mateo, San Marcos, San Lucas y San Juan), San Pedro, San Pablo, San Andrés, Santiago, San Ildefonso, San Gregorio, Santa Inés, Santa Magdalena, Santa Bárvula o Bárbara, Santa Catalina de Alejandría o Santa Paula, cada uno con sus atributos y en algún caso detallando su nombre encima de la cabeza del representado.
En cuanto a sus dependencias agropecuarias, destaca una de las
mejores bodegas históricas de aceite que conocemos en Extremadura, de planta
rectangular con 24 columnas graníticas de orden toscano que soportan arcos de
medio punto rebajados formando bóvedas de arista en ladrillo. Como decimos, es
probablemente un ejemplo de los mejor diseñados, con más capacidad y mejor
conservados en nuestra comunidad de los que se diseñaron durante la Edad
Moderna. La justificación excepcional le viene, como veremos a continuación,
debido a que El Rincón fue el que abasteció de aceite durante siglos al
Monasterio de Guadalupe, además de venderse el excedente oleícola y aumentar
sus rentas con dichas transacciones10. Asociado a
ella posee un buen molino, también bastante bien conservado, que se sitúa al
otro lado de la vivienda principal, en una zona más baja y al que se accede
desde un lateral del patio.

Fig. 3. Fachada principal de la capilla del Cortijo del
Rincón.
Primeros
documentos, siglo XVI
Los primeros datos que conocemos de esta finca son un sello y un pergamino de mediados del siglo XVI. El primero de ellos está fechado en Roma a 20 de agosto de 1554 y se refiere a tres compulsorias de las resoluciones dadas a favor de las percepciones de las décimas de la dehesa del Rincón por el Monasterio de Guadalupe, por Federico Santucio, auditor de la Rota del pontificado de Julio III11.
El segundo, firmado por Lorenzo Sablone, notario apostólico, en la misma ciudad a 17 de junio de 155512. En este caso el citado jurisconsulto del palacio apostólico, Federico Santucio, ordena que los diezmos del Rincón y de Valdepalacios que “están secuestrados” los desembarguen y los den libres al Monasterio de Guadalupe y los recauden los frailes en tanto que el pleito se concluye, y si se resisten a su cumplimiento comparezcan en Roma dentro de sesenta días a dar cuenta de su actitud.
Por su parte, las cuentas del Oficio del Rincón comienzan asimismo a registrarse por el Monasterio en la misma centuria, según conocemos por el legajo más antiguo conservado en Guadalupe referido a este ejemplo rural13.
Tales testimonios dan fe de que durante la etapa del
Renacimiento ya estaba funcionando dicho cortijo, hecho que nos lo confirma el
libro titulado Instrucción de un Passagero para no errar en el camino publicado en 1697
donde su autor, Diego Martínez Abad, dedica un capítulo extenso a nuestro
complejo14, afirmando, entre otras cosas que “El año de 1574, siendo Prior Fray Juan del
Corral, a 30 de Abril se mandó hacer la Iglesia y Capilla decente para San
Bonifacio, respecto de haberle tomado por abogado del Rincón, y en honor de
nuestra Señora, por haber sacadose por suerte entre
todos los santos en la celda baja”. Años antes “Siendo Prior Fray Sebastian de Ciudad Real, año de 1568, y mayordomo Fray Alonso de Talavera, por acto Capitular de 28 de mayo, se determinó hacer el
molino del Rincón”. Dos espacios sobresalientes y necesarios para entender
la complejidad que antes analizábamos de este tipo de granjas guadalupenses.
El punto 3 del capítulo que decimos lo dedica a explicar el origen de la adquisición de la finca allá por el siglo XIV. Trascribimos su texto:
“Esta gran dehesa,
con casa, y pertenencias, se compró a retazos y a maravedíes; la primera fue en setecientos maravedíes el año de 1372, sobre un embargo
de grano en que se tasó la fanega de trigo a veinte maravedíes, el centeno a diez y seis y la
cebada a ocho, y esta fue una gran parte que coge desde la casa, por aquellos
montes hasta el camino de las casas; Todos los
montes, casa y tierra de Gonzalo Martín, costaron 1.200 maravedíes, de esta suerte y de este modo se compró hasta la Aldea de Valdepalacios, con su señoría,
tributos, y privilegios del Rey Don Enrique Segundo otros, que todo se verá largamente en el libro de las escrituras.”
No obstante, su consolidación vendría dada ya en la siguiente centuria, tal y como nos explica Fray Pablo de Alhobera, en su Libro de hacienda15, obra de capital importancia para conocer el patrimonio de Guadalupe y sus extensas propiedades, en este caso publicada en 1641. En él que se recogen las tierras, dehesas, casas de labor y más posesiones que por entonces le pertenecían. Sobre El Rincón dice:
“Rincón de Pº Hernández.
Esta Dehesa es en los Aguijones de Trujillo y buena tierra, linda con
la Dehesa de Heruz y con la Dehesa de la Trinidad y
con la heredad de Miguel Gómez y con la heredad de la Torre de Gonzalo Díaz;
Hace 900 ovejas, son del Monasterio 700 ovejas que son siete novenos (7/9) de
toda la dehesa, la cual parte ubo de las personas siguientes:
Pedro Hernández, clérigo beneficiado en la iglesia de Santa María, hizo
donación a este Monasterio de ciertos bienes, y porque tenía un hermano que
pretendía todos sus bienes, se concertó con dicho hermano con este Monasterio
que le dio la tercera parte de la Dehesa del Rincón de Pedro Hernández y unas
casas porque desistiese este monasterio de los demás bienes de su hermano. Pasó
ante Alonso de Santa Cruz, escribano en Trujillo a 15 de Marzo
de 1449.
Fernando Alonso, vecino de Trujillo,
clérigo en nombre de Cervantes, vendió a este Monasterio 1/18 de toda la
dehesa, por el precio de 18.000 maravedíes. Pasó
ante Alonso Httez, escribano en Guadalupe a 30 de Abril de 1496.
Benito de Aguilar, vecino de Trujillo
vendió a este Monasterio en 8 de julio de 1496 un sesmo del tercio de
toda la dehesa, por el precio de 18.000 maravedíes. Pasó ante Alonso Httez. Escribano en
Guadalupe. Isabel de Vargas, mujer de García de Paredes, vecina de Cáceres,
vendió a este monasterio un tercio de toda la dehesa por el precio de 120.000
maravedíes. Pasó ante Juan Rodríguez
escribano en Cáceres a 21 de septiembre de 1496.
Esta dehesa se midió el año de 1588, por Alonso Hernandez,
medidor, vecino de La haba y por Lorenzo Velázquez a petición del Padre Fr.
Martín de Montánchez, con juramento que hicieron ante la Justicia, y
hallaron en toda ella 7200 cordeles de 25 varas, y dieron
a cada oveja 8 cordeles
y hace 900 ovejas paridas.”
Por último, de estos primeros momentos, es necesario recordar un hecho muy relevante para su historia, así como para el conocimiento de su desarrollo inicial: la muerte del último Maestre de la Orden de Alcántara, Arzobispo de Sevilla y Primado de España, Don Juan de Zúñiga, acaecida en este cortijo, de camino al Monasterio, en 150416.
Incluso hay quien afirma que los propios Reyes Católicos pernoctaron aquí los días 2 y 3 de abril de 1502 durante el viaje que hicieron desde Sevilla a Guadalupe: “En el mes de Febrero del año 1502 los Reyes Católicos se encontraban en Sevilla y quisieron hacer el viaje por el camino Real de Sevilla hasta Guadalupe… El miércoles 30 de Marzo partieron…, y el viernes siguiente llegaron…, a las casas del Rincón de los Frailes de Guadalupe que están cerca de la Venta de Valdepalacios. Estuvieron en El Rincón el sábado y el domingo, y el lunes siguiente 4 de abril atravesaban las rañas de Logrosán y Cañamero…”17.
Siglo
XVII
Pocos años después de la edición del libro del padre Alhobera, según apunta Llopis Agelán en su obra, comenzaron a ampliarse en la segunda mitad del siglo XVII las labores agrícolas de las granjas de El Rincón, La Vega, Madrigalejo y La Burguilla18.
Quizás este hecho llevó a que desde el Monasterio se mandasen realizar unos excelentes planos de algunas de estas posesiones rurales, entre los que se encuentran el Mapa de la finca del Rincón con sus edificaciones y terreno19. Se conserva en el Archivo Histórico Nacional y en él vemos que ya por entonces estaba cercada, con una cruz en el exterior y una torre vigía, mientras que hacia el interior daban distintos edificios, como la iglesia o un granero. Se aprecia asimismo su cercanía al río Cubilar y la existencia de otros inmuebles en su paisaje, como la Venta de Valdepalacios, la casa de Moheda Oscura o las pequeñas construcciones de las Texoneras, más próximas a dicho caudal. Otras viviendas que completan el complejo son las de Navalcarazo o Arroyogordo, harto citadas en la documentación de la Edad Moderna que hemos manejado.
Asimismo, de la segunda mitad de esta centuria son las cuentas realizadas por el administrador del Rincón, organizadas todas ellas en un libro manuscrito fechado entre 1666 y 1694, en el que se incluyen detalladamente todos los ingresos y gastos por año de este cortijo y que será completado por otros que iremos citando en sucesivo20.
De esta manera, entre 1679 y 1708 se realiza otro, también guardado hoy en el Archivo del Real Monasterio de Guadalupe, pero que en este caso recopila información no sólo del “Oficio del Rincón” sino también de otras propiedades y casas de aquel21.
De los últimos años del XVII conocemos ya otra obra vital para nuestro cortijo: Instrucción de un Passagero para no errar en el camino (1697). En ella, como ya decíamos, podemos leer el capítulo XV dedicado por completo a este complejo agropecuario guadalupense, desarrollando 24 puntos diferentes a modo de consejos del autor sobre cómo debían administrar los frailes ordenadamente dicha finca22.
Así, en su punto 2 nos comenta que “La Casa está cercada de toda la Dehessa de Valdepalacios, en que está la aldea, el criadero de
puercos, la quesera de Navalcarazo, y Moheda Escura,
las Tejoneras, y Maxadillas de Casado,
la Casa de Arroyo Gordo, y más de treinta
y seis pedaços de pan llevar,
las viñas y olivar de Casa, un
molino de azeyte, un granero grande, un esquileo,
lonja y encerrados, una gran bodega, y un corral con su casa à parte criar
gallinas, y la Dehesa haze 8000 ovejas, 400 vacas,
700 puercos, 4000 cabras, sin otras muchas cosas que sustenta entre años.”

Fig. 4. Interior de la capilla del Cortijo del Rincón.
En los siguientes, 4 y 6, señala su autor que esta dehesa
tiene, entre otras cosas: “Gañanías (casa
donde se recogen los gañanes o mozos de labranza) que se quitaron por ser mas las costas que el
provecho, dar muchas huebras (tierra de labor que ara un par de bueyes al
día), haciendo las haciendas agenas. A esta peste se figuran los pegujales (pequeña
extensión de terreno que da el propietario) que hacen los criados y que se
deberían desterrar por ley común y por dañosos. Hay en esta casa un grandísimo
olivar, (…) que bien cuidada es una gran alhaja y para coger 2.000 arrobas de
aceite en un año con otro, aunque los libros de la hacienda solo se extienden a
mil arrobas.”
Se queja, por otro lado, en el punto 10 de que “un trabajo tiene este caserío (entre
otros) muy penoso, que es la abundancia
de huéspedes que a ella acuden de todos los estados.”
Otros puntos se refieren a la perrera, número de empleados, producción de grano (cien fanegas al año) y el consumo del mismo, estimado por Diego Martínez en 850 fanegas de trigo, 200 de centeno y 300 de cebada para el consumo humano y de animales, recalcando, como se ve una vez más, el mal gobierno de la finca.

Fig. 5. Interior de la capilla del Cortijo del Rincón.
Siglo XVIII
Durante el siglo XVIII, el Cortijo del Rincón supone una gran explotación para el Monasterio, principalmente de productos agrícolas destacando su obtención de aceite, que hizo incrementar sus rentas y abastecer no sólo a dicha institución religiosa sino también a otros cortijos de su propiedad, así como a compradores externos. Fruto de este hecho había sido la construcción de la bodega que comentábamos antes, desde donde se llevó el control de dicho producto, además de servir como almacén de alta capacidad si lo comparamos con otros conjuntos de este tipo en Extremadura. En este sentido tal espacio va a constituir uno de los principales ejemplos de su categoría en nuestra comunidad autónoma, siendo diseñado, como apuntábamos, de una manera regular y utilizando un orden y calidad bastante adecuados.
Así lo recoge Llopis Agelán en sus publicaciones cuando afirma que el cultivo de este gran olivar constituyó la principal actividad agrícola de El Rincón, sumándose a esta el molino de aceite, un granero grande, un rancho de esquilar, una bodega, una lonja y un corral23. Lo ubica todo dentro del despoblado de Valdepalacios, término de Logrosán, donde el Monasterio tenía por entonces la casería del mismo nombre más la que nos ocupa, distanciadas entre sí una legua y media de distancia. Insiste este investigador en que las granjas eran regidas por los monjes, quienes además vivían temporalmente en ellas, al igual que en las centurias anteriores y cuya figura de “monje-granjero” había sido adoptada por el Monasterio en la segunda mitad del XVII, que explotaba directamente buena parte de sus terrenos de labor24. Así, por ejemplo, en 1752 sumaban en total 94 dispersos entre todos sus cortijos extremeños, alcanzando la cantidad de 15 en el del Rincón, mientras que en otros era algo más elevada, como 18 en San Isidro o 32 en La Burguilla25. A su vez, para explicar el aumento de la producción oleícola de estos jerónimos en la Edad Moderna, Llopis Agelán incluye dos comparativas: 1.322,72 arrobas de aceite entre 1690-1699 frente a las 1.893,81 en 1733-1740; siendo la media anual del producido con su cosecha de 1.103,18 arrobas en 1733-1740 hasta 1.210,75 en 1779-178626.
En cuanto a los mapas históricos que recogen nuestro ejemplo durante la segunda mitad del siglo XVIII incluimos ahora el Mapa realizado para el deslinde desde Logrosán a las Villuercas27, dibujado por Juan Ruiz Arenas, comisionado del Real Acuerdo, donde leemos “Rincón Caserío” en uno de sus extremos, comunicado mediante camino con “Valdepalacios Despoblado”, próximo al río Ruecas y al núcleo poblacional de Logrosán.
Semejante es el firmado por Tomás
López en 176628, en el que se
puede leer con claridad “Rincon”, conectado en esta ocasión con “Navalcazazo”,
fincas bien regadas por el río Cubilar, afluente del anteriormente mencionado.
Este geógrafo incluye, además, dentro de la Sargentía de Trujillo29 estos datos sobre lo que estudiamos: “Rincón, oy sólo
casería de los Padres de Guadalupe, a 9 leguas de Trugillo,
a 2 de Logrosán y a 1 legua de otra casería llamada
Malillo de dichos padres de Guadalupe y a otra ½ legua de la casería de Nabal Carazo de los mismos padres, en llano pero entre montes y pasa a sus ynmediaciones
el río Cubillar y el lugar de Zorita a 3 leguas.”
E igualmente sobre
“Valdepacios”30: “(...) Por lebante hai dos caserías
propias del Real Monasterio expresado, una distante de la yglesia de Valdepalacios una legua y se llama Navalcarazo, la otra casería
se llama Rincón distante de dicha yglesia media legua. Al mediodía, distante dos leguas, está
el lugar de Navalbillar de Pela y al poniente, otras
dos leguas buenas, el lugar de Madrigalejo; entre
mediodía y poniente el lugar de Azedera, distante
otras dos leguas mui largas y dos regulares a otra casería que llaman el
Cortijo, propia de dicho Real Monasterio, que está en el mismo camino para Azedera de la que dista media legua corta. Alrededor todo
es monte de enzina y jara, madroño y romero y mui
abundante de todo género de caza. (...).”
Por su parte, desde el Interrogatorio de la Real Audiencia, conservado en el Archivo Histórico Provincial de Cáceres, conocemos según la respuesta nº 1 para el término de Logrosán31 las mismas propiedades guadalupenses que venimos citando en los anteriores documentos, incluyéndose además ahora también en el mapa realizado para acompañar los legajos referidos al partido judicial de Trujillo de finales de la centuria dieciochesca32.
Siglo
XIX
Ya en el publicado en 1819, firmado por el conocido Tomás López33, continuamos localizando el “Rincón” de manera semejante a los precedentes, en una ideal ubicación distante del Monasterio, pero al mismo tiempo lo justamente próximo a él para el control de su explotación y el desarrollo de estancias temporales de sus monjes.
El siglo XIX va a ser decisivo para el declive del Cortijo del Rincón debido a la desamortización practicada en su primera mitad. Antes de desarrollarse ésta, hemos analizado pormenorizadamente un libro de cuentas fechado entre 1819 y 1834 guardado en el Archivo Histórico Nacional, en el que quedan detallados según ingresos y gastos todas las partidas económicas realizadas al año en este complejo agropecuario y residencial que estudiamos34, semejante a los que ya citábamos para siglos pasados. Así ahora sabemos, gracias a su lectura, de los gastos que tenía anualmente la casa (vino, vinagre, aguardiente, bacalao, chocolate, azúcar, bizcochos, jabón, vasos de cristal, cuchillos, limonada, azafrán, carne, verduras, sábanas de lienzo, calabazas, bota para el vino, almendras, limones, miel, papel…), su cuenta de aceite y sal, de los bueyes, del rebaño lanar, de cerdos, en relación con los criados, herrar y esquilar la caballería, colmenas, muebles, molineros, pastores, lana comprada…, además del dinero destinado a obras de reparación y mejoras que en cada anualidad se registraban en este libro contable por el administrador del Rincón.
Así, Fray Felipe de Belalcázar, durante 1819 y 1820, en primer lugar, y desde 1830 a 1832, en segundo, se encargó de dicha labor, recogiendo en su primera etapa el arreglo de las puertas de Moheda Oscura por un valor de 83 reales, ascendiendo a más de 427 los pagados a los albañiles que “hicieron cuanto ocurrió en la casa” y a 136 los que se llevaron “los maestros que compusieron la tenada e hicieron otros reparos”.
En los años de 1824, 1826 y 1833 es Fray Sebastián de
Villanueva el administrador y durante su gestión se pagaron 340 reales “al maestro
vidriero, por vidrios para poner todas las vidrieras de esta casa”,
“en levantar el terrado
de las Necesarias, componer la cocina, vaciadero y tenada” otros 136, “por dos piedras de molino
traídas desde La Haba” unos 180 y por
“11000 tejas a 7, 8 y 10 el 100, 905 reales”.
Otro administrador fue Fray Vicente del Baterno, quien justo en 1825 recoge como obras en El Rincón “hacer dos cubos nuevos, componer otros, garrucha y cadena de la noria” por un valor de 34 reales y 17 maravedíes, además de otros 118 reales que costó “levantar la casa de Moheda Oscura y gallinero” y que fueron entregados al albañil y su peón que se encargaron de hacerlo.

Fig. 6. Bodega para el almacenamiento de aceite del
Cortijo del Rincón.
Y el cuarto, Fray Agustín Gómez, que firma la contabilidad en 1827, recoge varias obras como el arreglo de la viga del molino, que costó 56 reales; “componer la cañería y Pilar llamado de Sevilla” unos 12; y otras diversas que sumaron 103.
Todas ellas se repiten en los borradores de cuentas de arrendadores, caseríos, ganados, memoria de la música, pan y cuentas de procuración35, que se hacen por los mismos años y quedan firmados por los citados padres administradores.
De manera puntual, entre otras muchas acciones, en el de 1824 el citado Fray Sebastián de Villanueva recoge el ingreso de 2000 reales por el arrendamiento y molino del Rincón por parte de Julián Fernández Marquina, cuyo cauce fue limpiado cuatro años más tarde.
Entre 1827 y 1834, por último, se hacen en otro libro distintas cuentas de ganados, colmenas, molinos, dehesas, casas y recreaciones del Monasterio36. En ellas, por ejemplo, localizamos el arreglo del molino antes incluido en 1831 y otras tantas obras coincidentes con las recogidas en el libro de contabilidad principal del cortijo que ya veíamos.
Por su parte, después de todo este tiempo, la desamortización del XIX va a suponer, tal y como ya apuntábamos, el final del Cortijo del Rincón de la manera en que había sido ideado desde su origen por el Monasterio de Guadalupe, ya que como consecuencia de tales hechos va a ser vendido a manos civiles, transformándose radicalmente su concepción primigenia que había durado varios siglos de la Edad Moderna. En relación con este proceso conocemos algunos legajos que se refieren al Rincón, entre los que sobresalen los inventarios realizados para su subasta como bienes nacionales.
De tal manera, en el que firman Manuel Berenguer, de la Comisión de la Contaduría de Arbitrios de Amortización de la provincia de Cáceres, Miguel Santoja y el mayordomo de la extinguida comunidad, Fray Felipe Rosado, en cumplimiento de la orden del intendente de 12 de marzo de 1836, leemos en relación con las fincas rústicas y en particular con la nuestra37: “Un olivar que dentro de sus muros contiene 500 fanegas de tierra poblada de 16000 olivos y una pequeña Alameda, una casa de donde toma su nombre este cortijo y un Molino de Aceite; todo administrado por la comunidad, situado en termino de Trujillo, fue vendido”.
Mucho más interesante es el que realiza el prior Fray Cenón de Garbayuela el 29 de abril de 1836 donde se describe tanto el Monasterio, su sacristía, el camarín de la Virgen, la capilla del Cortijo de San Isidro, la del Rancho de Malillo, la del Hospital, la de la Granja de Valdefuentes o la de Mirabel, entre otras38. Este hecho nos acerca al estado en que, por entonces, se encontraba la ya conocida capilla del Cortijo del Rincón, descrita en dicho documento de la siguiente manera en la que se detallan particularmente los enseres y bienes muebles que poseía:
“Altar principal.
No tiene retablo y sí la pared vestido de azulejos se halla un nicho.
Una efigie de San Bonifacio sin ninguna particularidad que sea notable.
Tres sacras.
Un atril de bronce con su misal. Un pequeño crucifijo de bronce. Dos
candeleros de bronce.
Una campanilla.
Un ostiario de cobre.
Un par de vinageras y platillo de estaño.
Un caliz con copa y patena de plata y árbol
de hierro.
Otros dos altares con dos cuadros por retablo de buena pintura, uno de
Nuestra Señora de Guadalupe y otro de la asunción, son grandes con marcos de
madera pintados y estropeados y forman arco.
Un atril de bronce con su misal.
Unas porta santos de madera viejas. Un facistol ídem.
Un confesionario viejo.
Una campana pequeña, o esquilon bueno.
Una mesa con cajón que contiene las ropas siguientes:
Dos manteles regulares.
Dos casullas blanca y encarnada. Otra id. Negra.
Dos alvas.
Dos amitos.
Dos cíngulos.
Tres estolas.
Tres manípulos.
Una bolsa de corporales con dos pares de estos.”
No hemos localizado en el Archivo Histórico Nacional, por otro lado, un inventario citado en otros documentos39, y que de poderlo leer nos haríamos una idea cercana de otras partes y estancias del cortijo, así como de otros. Nos referimos al “Inventario general de ganado, bienes y efectos de los caseríos de San Isidro, Rincón, Malillo, Vega y otros en averiguación de ocultaciones y dilapidaciones, compuesta por 211 folios útiles” y al “Estado comparativo de los inventarios de los Cortijos de San Isidro, el Rincón y Malillo (129 folios útiles)”, cuyos originales se encuentran lamentablemente perdidos hasta el momento.
A pesar de que el proceso desamortizador impulsado por Mendizábal fue el que realmente hizo vender los bienes del clero regular entre 1836-1837, aún unos años después, incluso después de la desamortización de Espartero en 1841, continuamos leyendo en el Viaje del Capitán Samuel Edward (Cook) Widdrington (1843), que El Rincón “pertenece al convento de Guadalupe”40. Se refiere a esta casa de campo como espaciosa y cómoda, con un amplio terreno cultivado a su alrededor y abundancia de pastos, hallando en su paisaje el “Quercus quexigo”, “Quercus cookii” y el “Teucrium” bicolor, una preciosa especie que tiene las hojas de color verde mar y las flores azules y que él dice haberla visto por vez primera aquí en estado silvestre. Por aquellos años parece ser que el famoso olivar del Rincón constaba de 14.800 pies cuando se llevó a cabo el proceso de venta señalado en la cuarta década del siglo XIX41, algunos menos de los contados antes.
Ya Pascual Madoz en su Diccionario
de mediados de siglo sí que afirma que “perteneció
a los monjes de Guadalupe”42, añadiendo
que se sitúa a dos leguas de la villa de Logrosán,
bajo la siguiente descripción: “Tiene
muchas habitaciones admirables, en particular la destinada para bodegas, cuyas
tinajas, que son muchas y grandes, están puestas con mucho orden, simetría y
firmeza. De unos vasos a otros hay un conducto para recibir el aceite. Tiene
además un lagar, que se emplea exclusivamente en labrar la aceituna de 16000
olivos cercados que hay al pie.”
Poco después debió realizarse el Mapa de la provincia de Cáceres43, firmado por Emilio Valverde Álvarez, comandante graduado y capitán de infantería, donde ubicamos perfectamente el “Caserío del Rincón” entre los cauces del río Ruecas y el de Gargáligas.
Por último, en los Nomencladores de la segunda mitad del XIX leemos sobre el “Rincón de Valdepacios” como una casa de labor a 13,3 kilómetros del Ayuntamiento de Logrosán, compuesto por una vivienda de dos pisos habitada constantemente en el publicado en 186344; mientras que en el de 1892 se refiere como un conjunto de 7 edificios de un piso más otro de 2, albergando una población a 31 de diciembre de 1887 de 108 personas45.
De esta manera, como hemos ido analizando, se fue formando un paisaje particular, un paisaje agrícola transformado por la ubicación en la finca de El Rincón de un cortijo que lo varió, que lo hizo cambiar para siempre, evolucionando a lo largo de los últimos siglos y que nos llega poco alterado hasta el día de hoy. Bien merece ser reconocido, por tanto, al igual que otros estudiados en dos recientes libros publicados por la Junta de Extremadura46 y que esperamos sea el comienzo de muchos futuros.
2.
MALDONADO ESCRIBANO, J., Arquitectura en las dehesas
de la Baja Extremadura, Cáceres,
Universidad de Extremadura, 2010.
3.
Sobre ellas puede
verse: ANDRÉS, P., Guadalupe, un centro histórico de desarrollo artístico y cultural, Institución Cultural “El Brocense”, Cáceres, Institución
Cultural “El Brocense”, 2001, págs.
221-234: “‘Locus Amoenus’: Las granjas de descanso para
monjes e invitados”, donde se estudian
básicamente los ejemplos de la Granja de Mirabel y la de Valdefuentes, así como se citan otras;
vid. igualmente sobre
ellas: MOGOLLÓN CANO-CORTÉS, P., “El mudéjar guadalupense”, Norba Arte, nº 6, Cáceres, 1986, págs. 29-41;
MOGOLLÓN CANO-CORTÉS, P., “Guadalupe: el histórico Palacio
de Mirabel”, Revista Guadalupe, nº
705, año 1900-1993, págs. 123-124.
4.
MALDONADO ESCRIBANO, J., “El paisaje
rural del Monasterio de Guadalupe. Sus granjas, cortijos
y casas de campo diseminados por las cuencas
de los ríos Tajo y Guadiana en Extremadura”, Paisajes culturales del agua, Cáceres,
Servicio de Publicaciones de la Universidad de Extremadura, Ministerio de Economía y Competitividad (HAR2011-14107-E), Vicerrectorado de Investigación, Transferencia e Innovación de la Universidad de Extremadura, 2017,
págs. 101-123.
5.
MALDONADO ESCRIBANO, J., “La cuenca
del río Tajo y sus casas de campo
en la Alta Extremadura”, Patrimonio cultural
vinculado con el agua. Paisaje, urbanismo, ingeniería y turismo, Cáceres,
Editora Regional de Extremadura, Universidad de Extremadura, Ministerio de Economía y Competitividad (HAR2011- 14107-E), 2014, págs. 171-188.
6.
MALDONADO ESCRIBANO, J., “Fundación y levantamiento del Cortijo de San Isidro
por el Monasterio de Guadalupe: 1733-1737”, Norba Arte, , nº 27, 2008,
págs. 111-122.
7.
MALDONADO ESCRIBANO, J., “La Casa de la Vega (Villar
de Rena, Badajoz):
un cortijo del Monasterio de Guadalupe”, XXXV Coloquios
Históricos de Extremadura, Trujillo, C. I. T. Trujillo,
2007, págs. 333-359.
8.
MALDONADO ESCRIBANO, J.,
Vivir en el campo
extremeño. Cortijos y casas de labor en Don Benito, Don Benito, Ayuntamiento de Don Benito,
2008, págs. 74-80.
9.
MALDONADO ESCRIBANO, J., “Dominios del Monasterio de Santa María de Guadalupe en la cuenca
del Tajo: la dehesa
y Casa de la Burguilla”, Las Artes
y la Arquitectura del Poder, Castellón, Universitat Jaume I, 2013, págs. 1052-1064.
10.
De esto nos informa, entre otros, LLOPIS
AGELÁN, E., Una gran “empresa” agraria
y de servicios espirituales: el Monasterio jerónimo
de Guadalupe, 1389- 1835, Documento de Trabajo nº 9518,
Facultad de Ciencias
Económicas, Universidad Complutense de Madrid, 1995.
11.
Archivo Histórico Nacional. Sellos 96/33.
12.
Archivo
Histórico Nacional. Clero. Perg. 413/1.
13 Archivo del Real Monasterio de Guadalupe. Legajo
143. Cuentas de la administración del Oficio del Rincón con estados de cosechas, principalmente de granos y algunas cartas
de poder (1502-1764). Faltan bastantes años intermedios (en adelante citado como Cuentas de la Casa del Rincón).
14.
Archivo del Real Monasterio de Guadalupe. MARTÍNEZ
ABAD, D., Instrucción de un Passagero para no errar en el camino, Madrid,
1697.
15.
Archivo del Real Monasterio de Guadalupe. Códice-Manuscrito 128. Libro de la hacienda que...
Guadalupe tiene en heredades, dehesas,
rentas, juros, y otros
aprovechamientos. Ordenado en 1641 por fr. Pablo de Alhobera.
16.
Archivo del Real Monasterio de Guadalupe. Códice
13, Historia de Nuestra
Señora de Guadalupe
(H. 1700-1710), cap. 10, ff. 587 r y vº: “Por el mes de Jullio de este año (1504)
murió en nuestra
casa del Rincón
el Arzobispo y Cardenal de Sevilla, Don Juan de Zúñiga. Tráxose a nuestra casa y se enterró en la capilla
de San Martín”. Citado
por GARCÍA, S., “Isabel I de Castilla, Fernando V de Aragón y Juan de Zúñiga en Guadalupe”, Actas del V Centenario D. Juan de Zúñiga
(1504-2004), Badajoz, Asociación para la protección del patrimonio de La Serena
“Don Juan de Zúñíga”, 2006, págs. 159-192.
17.
GIL MONTES, J., “Historias de aquí. El último viaje de los Reyes Católicos
por las Villuercas” en https://logrosanaldia.net/2014/03/03/la-historia-de-aqui-el-
ultimo-viaje-de-los-reyes-catolicos-por-las-villuercas/
(Consultado 17-6-2016).
18.
LLOPIS AGELÁN,
E., Una gran “empresa” agraria…, op.cit., pág. 20.
19.
Archivo Histórico Nacional. Dibujos y planos, núm. 37.
20.
Archivo del Real Monasterio de Guadalupe. Códice-Manuscrito 135. Cuentas del administrador del Rincón, propiedad
del Monasterio de Guadalupe, desde 1666 a 1694.
21.
Archivo del Real Monasterio de Guadalupe. Legajo
150. Cuentas del Oficio
del Rincón, así como de otras propiedades y casas del Monasterio (1679-1708).
22.
Archivo del Real Monasterio de Guadalupe. MARTÍNEZ
ABAD, D., Instrucción de un Passagero para no errar en el camino, op.cit.
23.
Archivo del Real Monasterio de Guadalupe. Cuentas
de la casa de El Rincón, Legajo
143 y códice 152. Citado
por: LLOPIS AGELÁN,
E., Una gran “empresa” agraria…, op.cit., pág. 41.
24.
Instrucción de un passagero para no errar el camino...
(1697), op.cit., págs. 222-223. Citado
por LLOPIS AGELÁN,
E., Una gran “empresa”
agraria …, op.cit., pág. 42.
25.
Archivo del Real Monasterio de Guadalupe. Legajo
44: “Razón de los bienes de este Real Monasterio, según comprende para dar relación
de ellos cuando el
Catastro”.
26.
Archivo del Real Monasterio de Guadalupe. “Hojas de Gracias” y Legajo 143: Cuentas de la Casa de El Rincón. Citados por LLOPIS
AGELÁN, E.: Una gran “empresa” agraria…,op.cit., págs. 45, 99.
27.
Archivo Histórico
Provincial de Cáceres.
MPD nº 33. Procede de Real Audiencia, Leg.
572, nº 46.
28.
Servicio Geográfico del Ejército. Cartoteca Histórica. Mapas de Extremadura, nº 5. Mapa de la provincia de Extremadura realizado por Thomás López,
basado en el mapa manuscrito de Luis Joseph Velásquez y del Maestre
de campo Luis Venegas, 1766.
29.
Biblioteca Nacional
de España. Manuscrito MS 20241-125. Tomás López: “Trujillo”.
30.
Biblioteca Nacional
de España. Manuscrito MS 20241-127. Tomás López: “Valdepalacios”.
31.
Archivo Histórico Provincial de Cáceres.
Interrogatorio de la Real Audiencia. Partido de Trujillo, Logrosán, respuesta 1.
32.
Archivo Histórico Provincial de Cáceres.
MPD nº 6. Plano del Partido
de Trujillo. Procede de Real Audiencia, Leg. 10, nº 30.
33.
Servicio Geográfico del Ejército. Cartoteca Histórica. Mapas de Extremadura, nº 12. Mapa de la provincia de Extremadura, realizado por Tomás López, 1819.
34.
Archivo Histórico
Nacional. Clero. Libro 1576. Libro de cuentas de la Casa del Rincón
(1819-1834).
35.
Archivo
Histórico Nacional. Clero. Leg. 1426 (1-17).
36.
Archivo
Histórico Nacional. Clero. Leg. 1425.
37.
Archivo Histórico Nacional. Clero. Leg. 1429 / 2 – a).
38.
Archivo Histórico
Nacional. Clero. Leg. 1431-2º/5. Copia del mismo también
lo encontramos en el legajo
1429 / 1-e) localizado en el mismo archivo.
39.
Archivo Histórico Nacional. Clero. Leg. 1431 – 2º/5.
40.
MAESTRE, Mª D., 12 Viajes por Extremadura (en los libros
de viajeros ingleses
desde 1790 a 1843), Plasencia, 1990, págs. 530-531: Viaje de Capt. Samuel
Edward (Cook) Widdrington (1843).
41.
MERINO, J. P., La desamortización en Extremadura, Madrid,
1976, pág. 105.
42.
MADOZ, P., Diccionario
Geográfico-histórico-estadístico de España
y sus posesiones de Ultramar, Madrid, 1845. Citamos
la edición para
Extremadura: Diccionario histórico-geográfico de Extremadura, Cáceres, 1955 (4 tomos),
Tomo IV, pág. 100: “Rincón
(Caserío del)”.
43.
Archivo Histórico Provincial de Cáceres.
MPD nº 49.
44.
Biblioteca Nacional de España. Nomenclátor que comprende las poblaciones, grupos,
edificios, viviendas, albergues, etc., de las cuarenta y nueve provincias de España; dispuesto por riguroso orden alfabético entre las provincias, partidos judiciales, ayuntamientos y entidades de población, Madrid,
Imprenta de José María Ortiz, 1863,
Tomo 1, Nomenclátor de la Provincia de Cáceres, Logrosán, pág. 169.
45.
Biblioteca Nacional de España. Nomenclátor de las ciudades, villas, lugares, aldeas
y demás entidades de población de España en 1º de Enero de 1888, formado por la Dirección
General del Instituto
Geográfico y Estadístico, Madrid, Imprenta de la Dirección
General del Instituto Geográfico y Estadístico, 1892, Cuaderno décimo,
Provincia de Cáceres,
Logrosán, pág. 17.
46.
CANO RAMOS, J. et al., Paisajes
culturales de Extremadura I y II,
Mérida, Dirección General
de Bibliotecas, Museos
y Patrimonio Cultural, Junta de Extremadura, 2016.
Fecha de recepción: 20/06/2016 Fecha
de aceptación: 15/09/2016