RESEÑA

Revista de Historia del Arte, nº 27 (2021): 334-337. "https://doi.org/10.46661/atrio.5279"

López Guillamón, Ignacio, y César Chaparro Gómez, eds.

Encuentro Internacional. De Flandes a Extremadura: Humanismo y naturaleza en los tapices de Badajoz

Cáceres: Fundación Academia Europea e Iberoamericana de Yuste, 2020. 403 págs.

ISBN 978-84-948078-9-3

En 1556, el rey que apostó por una Europa sin fronteras, diversa pero unida, abandonaba su Flandes natal poniendo rumbo a su último destino. De igual manera que el emperador Carlos, los tapices protagonistas de esta publicación son de origen flamenco, viajaron por media Europa y acabaron su recorrido en Extremadura, donde han descansado por centurias. Casi cinco siglos después, siguiendo la estela de una cultura transfronteriza, los tapices extremeños han reunido a eminentes especialistas de diferentes lugares del continente, celebrándose así este destacado encuentro internacional.

En la publicación que nace de este encuentro, para comenzar, César Chaparro, catedrático de Filología Latina en la Universidad de Extremadura, detalla cómo son imprescindibles la mitología y la emblemática para la tarea de mirar y admirar una obra de arte. En el Renacimiento coinciden los mitos paganos con los bíblicos, y así se patenta en los tapices de Badajoz, donde es protagonista Penélope, aunque junto a ella se representan emblemas cristianos como el pavo real o el ave fénix.

A continuación, Margarita García Calvo, doctora en Historia del Arte, nos adentra en las “tapicerías de Alfonso V de Portugal”, conservadas en la colegiata de Pastrana. Estas muestran hechos contemporáneos con nutridas composiciones de personajes, arquitecturas, fauna y flora, y es por eso que, además de una obra de arte, es un auténtico documento histórico, por mostrarnos la realidad de un acontecimiento a través de una calidad textil y una riqueza decorativa sobresalientes.

Siguiendo con el estudio botánico, la doctora en Historia del Arte, Pilar Bosqued, detalla la variada vegetación que abunda en la tapicería flamenca que decora cenefas o es protagonista. Unas veces aparecen ejemplares noreuropeos que no casan con paisajes mediterráneos, y otras especies americanas o asiáticas aportan cierto exotismo a escenas europeas. Aunque la vegetación se represente con total realismo no se hace con rigor, pues su intencionalidad suele ser estética, una forma de hermosear el tapiz.

La doctora en Historia del Arte Elena Vázquez Dueñas, de la Universidad Complutense de Madrid, nos tiende sobre el papel la original serie de cuatro tapices, de los que se conservan solo tres, tejidos a partir de pinturas de El Bosco. Con detalle y precisión, utilizando registros en inventarios, descifra el origen estético de los paños escurialenses a partir de pinturas, dibujos y grabados del pintor flamenco y su discípulo Brueghel el Viejo.

En otra línea, José Matesanz del Barrio, doctor en Historia del Arte en la Universidad de Burgos, aporta la razón de que Castilla y León sea el territorio con mayor cantidad de tapices flamencos. Las conexiones entre Flandes y Castilla en el siglo XV son múltiples, siendo clave el consumo textil flamenco en Castilla, símbolo de riqueza y prestigio social. Se nos da relación de los orígenes de las colecciones reales, nobiliarias y eclesiásticas que hoy conforman parte del patrimonio nacional.

Sobre el consumo compulsivo de tapicería flamenca en la Castilla del siglo XVI, trata la doctora en Historia del Arte Victoria Ramírez, de la Universidad en Internet (UNIR). La sentencia “para ser noble en la España de la Edad Moderna, primero hay que aparecerlo”, resume gran parte de este comportamiento. Significó poder, magnificencia y pertenencia a un linaje. Sin embargo, a finales del siglo XVII pasaron de moda debido al auge de la pintura, y en el siglo XIX empezaron a malvenderse a una nueva burguesía americana.

Maria Taboga, restauradora en el palacio del Quirinal, nos detalla cómo se conservan las tapicerías que alberga el otrora palacio real italiano. La asociación entre restaurador e historiador del arte es primordial para respetar la originalidad del tapiz, que se restaura con la misma técnica con la que se realizó, pues esta nunca ha cambiado. De forma muy visual nos muestra los procesos y los resultados de dos décadas de trabajo de restauración en el taller del Quirinal.

Concha Herrero, doctora en Historia del Arte y conservadora de Patrimonio Nacional, nos pone la miel en los labios con la excepcional colección real de tapices que alberga nuestro país. A finales del siglo XIX comenzaron a tomarse las medidas oportunas para la conservación y catalogación de las piezas atesoradas por la monarquía, hasta que en el siglo XX se convirtió el Palacio Real de Madrid en almacén y museo de las más de 2.000 tapicerías conservadas. Asimismo, apunta cómo recientes líneas de investigación han reconfirmado el valor de estas obras de arte.

El gran especialista en tapices flamencos, Guy Delmarcel, profesor de la Katholieke Universiteit Leuven, nos presenta la serie de los siete tapices de la catedral de Badajoz, inspirados en las Metamorfosis de Ovidio. Toda la emblemática, mitología, personajes, arquitecturas y vegetación que se vienen tratando pueden tener un valor más, y es el de ser un entretenimiento didáctico pues, como colofón de su aportación, nos brinda las palabras de la conservadora Adele Coulin: “A tapestry should be brilliant at first sight, and full of amusing details at near view”.

Siguiendo la preocupación por la vegetación de los tapices extremeños, Nello Forti Grazzini, doctor por la Universidad de Milán, nos brinda un hallazgo en torno a la serie de tapices de Vertumno y Pomona de Maarten II Reymbouts. Comprada por los archiduques Alberto e Isabel Clara Eugenia al maestro flamenco, pasó a la familia Borghese y en el siglo XIX se ubica en manos del diplomático Albert Blanc. Ahí se perdió la pista, hasta que Forti la ha identificado y mostrado en este encuentro.

Sobre la valoración del tapiz, Miguel Ángel Zalama, catedrático de Historia del Arte en la Universidad de Valladolid, explica el auge y declive de este arte. Como se viene diciendo, no había corte europea que no abasteciera su tesoro con tapicerías. Sin embargo, a finales del siglo XVIII el triunfo de la pintura sobre todas las artes desplazó a la tapicería de un trono que ostentó durante siglos, a categoría de arte menor. Por suerte, los paños tornan a ser objeto de interés pues, como apunta el profesor: “el arte, cuando realmente lo es y los tapices tienen esa categoría, no es menor ni mayor, es arte”.

Ignacio López Guillamón, doctor en Información y Comunicación por la Universidad de Extremadura, confirma que el estudio de la Historia del Arte, concretamente del tapiz, lo que nos reúne, ha de ser necesariamente multidisciplinar. Gracias a la difusión digital a través de plataformas y redes, el alcance de los estudios se multiplica, favoreciendo alianzas entre entidades afines, trabajo en equipo y una mayor visibilidad, pues es esencial que la sociedad conozca y disfrute de los hallazgos de los investigadores.

Contamos con otra aportación de la doctora García Calvo, sobre la colección de tapices de procedencia flamenca del Ayuntamiento de Ávila. Lo peculiar es, no solo su influencia italiana, sino que son ejemplares aislados que un día formaron parte de diferentes series. Con un lujo de imágenes y detalles, nos muestra magníficos ejemplares que representan sendos episodios mitológicos y religiosos.

De nuevo ahondamos en la historia de Vertumno y Pomona gracias a la doctora Bosqued. Esta ficción mitológica es ideal para la representación de arquitecturas, jardines, estanques, animales y un sinfín de detalles. Para ello, analiza las series de Patrimonio Nacional y del Museo de Historia del Arte de Viena.

“Las Indias” son tres series de tapices que ha estudiado la doctora Ramírez, en la que se nos muestra un amplio número de detalles pertenecientes al Nuevo Mundo. Los cartones no buscan el rigor científico sino el exotismo de lo desconocido. Obras de este tipo ayudaron a difundir entre los europeos una visión más realista del nuevo continente.

En definitiva, gracias a este encuentro internacional en torno a la tapicería extremeña, no solo se ha estudiado el objeto en cuestión, sino que el conocimiento ha ido más allá de la mano de una serie de ponencias internacionales de gran calidad. Esta publicación se postula como imprescindible para aquel investigador o, simplemente, curioso en materia de tapicería flamenca, y contribuye a la revalorización, que cada día crece más, del magnificente y lujoso arte del tapiz.

Ana Martínez-Acitores González

Universidad de Valladolid, España

0000-0002-2775-8917