Buenos Aires y la creación de un corredor cultural.
Museos y espacios artísticos.
Mª LUISA BELLIDO GANT
Universidad de Granada
Fecha de recepción: 28 de septiembre de 2010
Fecha de aceptación: 17 de febrero de 2011
atrio, 17 (2011) ISSN: 0214-8289 p. 47 - 58
Resumen: El presente ensayo pretende
acercarnos a la realidad cultural
y museística de la ciudad de Buenos Aires
incidiendo en las relaciones entre
dichas instituciones y la
creación de barrios artísticos dentro de la ciudad.
Para ello analizamos distintos barrios artísticos de la ciudad contextualizándolos con otros ejemplos
similares de Europa.Entre las instituciones analizadas destacamos el Museo
Nacional de Bellas
Artes, el Centro Cultural Recoleta,
el Palais de Glace, el Barrio de La Boca, el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires
(MALBA) y el Museo Fortabat en Puerto Madero.
Palabras claves: Museo. Desarrollo urbano. Planificación urbana. Arquitectura de museos.
Abstract: The present test tries to approach us the cultural and museum’s reality of the
city of Buenos
Aires affecting the relations between
these institutions and
the urban and social regeneration of the city. For it we analyzed
different artistic districts from
the city contextualising them with other
similar examples of Europe. Between the analyzed institutions we emphasized the Museo Nacional
de Bellas Artes,
Centro Cultural
Recoleta, Palais de Glace, el La Boca’s district, Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires
(MALBA) and the Museo Fortabat
in Puerto Madero.
Keywords: Museums.Urban development. Urban planning. Museum architecture.
El papel
de los museos ha ido variando a lo largo
del siglo XX y los cambios ocurridos se están consolidando a lo largo
de la presente centuria.
De “templo del arte”, “casa de las musas”
o “lugar de sacralización del
poder” hemos pasado a instituciones abiertas, dinámicas, democratizadoras y vinculadas a las transformaciones sociales. Este camino
no ha sido fácil y ha estado marcado por importantes cambios
sociales, políticos y económicos que han
influido en el museo, como institución permeable
que es.
En este cambio
de paradigma del museo es imprescindible referirnos a la década de los sesenta. En esa década
surge la nueva museología como resultado de las discusiones sobre
la función social
del museo. En 1971 se
celebra en Grenoble (Francia) la IX Conferencia del ICOM y en 1972,
en Santiago de Chile, una mesa redonda
sobre “La función
del museo en América Latina”, ambos acontecimientos dan a conocer
nuevos conceptos como ecomuseo y museo integral. En dichos encuentros se establece que
en lugar de hablar
de edificio-colección-público se debía hablar
de territorio-patrimonio-comunidad.
En Europa la Revolución del Mayo del 68 francés
vino a modificar los
cauces tradicionales del
arte, y por ende de los museos,
y a plantearse una renovación total de estas instituciones ancladas
en el tiempo. A la premisa de “Bajemos la Gioconda al Metro”
se crea una nueva forma de entender la institución museo
mucho más cercana
a la sociedad civil y más
abierta a la sociedad poliédrica que se estaba
formando. Será en este contexto socio-político cuando
se inaugure en 1977 –el mismo año que se crea el ICOFOM o Comité de Museología–, el
Centro Georges Pompidou en París,
obra de Renzo
Piano y Richard
Rogers, que supuso una
nueva forma de entender
el museo siguiendo los planteamientos de la
nueva museología. Para su ubicación se eligió un emplazamiento ciertamente
problemático dentro del entramado urbanístico de la ciudad
de París, alejado de los circuitos artísticos habituales y en una
zona con problemas de degradación social, falta
de infraestructuras y dificultades en el acceso.
Para paliar dicha
situación se decidió
construir un museo
que fuera capaz de convertirse en el catalizador del cambio. Sin duda una apuesta
arriesgada que sin embargo, con el tiempo, se vió que fue capaz de modificar el aspecto
urbano y social del barrio.
La llegada de turistas provocó el adecentamiento
de las calles, la aparición de otras instituciones culturales y comerciales como galerías de arte,
tiendas de diseño,
restaurantes, cafeterías… que alteró y mejoró el aspecto
de la ciudad.
Lo iniciado por el Centro
Georges Pompidou ha servido de base para otras operaciones
similares en distintos lugares del mundo. Citaremos
sólo por
su importancia la Tate Modern de Londres1 y de Liverpool que han permitido reutilizar edificios de carácter industrial y a la vez han regenerado
zonas degradadas de ambas ciudades.
En Sudamérica destacamos el Centro de
Arte Lía Bermúdez
de Maracaibo (Venezuela) ubicado
en un antiguo mercado de estructuras metálicas que se trasladó
desde Londres en 19282.
Fig. 1.
Fachada principal de CaixaForum-Madrid
Estas operaciones de regeneración urbana
a partir de instituciones museísticas han tenido una variante muy interesante con la creación
de barrios artísticos. Para
Jesús-Pedro Lorente
un barrio artístico “es aquel
en el que hay una alta concentración de presencia
artística, en la cual yo distinguiría, para explicarlo mejor, tres factores: la afluencia de artistas —en la calle, en
talleres o residencias, en cafés y
locales de ocio—, la abundancia de arte en el espacio público —murales, esculturas y monumentos,
arquitecturas de mérito, mobiliario urbano de diseño,
instalaciones multimedia, performances, etc.—, y la profusión en dicho
sector de establecimientos artísticos —academias o escuelas de arte, museos, galerías de marchantes o
fundaciones—. Podemos hablar de barrio artístico aunque sólo aparezca uno de
estos tres factores, con tal de que
se dé en altas proporciones, cosa para la que no existe una medida clara, pues
todo depende de la percepción del visitante; pero sin duda los ejemplos mejores
y más atractivos son aquellos en los que se combinan dos factores o los tres. Además,estoy convencido de que
existe una interrelación creciente entre este
trío de elementos, de manera que hoy en día una alta densidad de artistas acaba en
seguida produciendo una
importante presencia de arte público y de establecimientos de arte, o viceversa” (Lorente, 2009, p. 15)
Ejemplos de barrios artísticos los encontramos en Viena con el Barrio de los Museos
junto al Palacio Imperial, formado por los museos Leopold, Museo de
Arte Moderno/Fundación Ludwig Wien, el Kunsthalle, pabellones para
festivales Hallen E y G,Centro de Arquitectura de Viena,el
Museo infantil, el Designforum MQ, Teatro para
niños, la isla
de los museos en Berlín integrado por el Altes Museum, Neues
Museum, Alte Nationalgalerie, Museo Bode, Museo de Pérgamo y Galería James
Simon. En España destacamos la milla de oro en Madrid
formada por el Museo del Prado recientemente ampliado por Rafael
Moneo, el Museo Reina Sofía
ampliado por Jean Nouvel,
el Museo Thyssen-Bornemisza, en edificio adaptado
por el ya citado Rafael
Moneo, al que se ha dotado de una sala de exhibiciones temporales realizada por
el equipo de arquitectos Manuel
Baquero, Robert Brufau y el estudio BOPBAA (Josep Bohigas,
Francesc Pla e Iñaki
Baquero), y CaixaForum-Madrid, obra de los arquitectos suizos Herzog y De Meuron,que han rehabilitado una antigua central
eléctrica para convertirla en una espacio
de muestras de primer nivel.
Dentro
del contexto especificado en los apartados precedentes,
debemos señalar que Buenos
Aires no se ha sustraído
a los importantes cambios que la
museología ha ido experimentando en estos últimos
cincuenta años y ha ido dotando a la ciudad
de una notable infraestructura cultural
a un punto que alcanzan pocas
urbes sudamericanas, con la excepción quizá de São Paulo. En
la capital argentina se han venido
creando y consolidando verdaderos “barrios
artísticos” a partir
de la concentración de museos
e instituciones culturales, conformando una nueva imagen urbana
a la que acompañaron importantes operaciones de regeneración social.
Esta concentración de emplazamientos culturales en las
ciudades hay que entenderlas también dentro del importante papel
que el turismo
cultural ha experimentado en las últimas décadas.
Los términos museo y turismo se
han ido entrelazando y hoy en día es normal
encontrar ambos aspectos relacionados. En Buenos Aires encontramos pues varios “barrios artísticos”, en los que el componente de regeneración urbana y social
está teniendo distinta importancia
según los casos.
En primer lugar
podemos citar el llamado “triángulo del arte”, formado por el Museo
Nacional de Bellas
Artes, el Centro
Cultural Recoleta y el
Palais de Glace.El
primero de ellos es sin duda la pinacoteca más importante
del país, con una colección
que se estima actualmente en unas 11.000
obras. Como afirma
Rodrigo Gutiérrez “El MNBA tiene detrás
una historia significativa, caracterizada por
claroscuros según las épocas que le tocó vivir,
con cambios de sedes en las primeras
décadas de su existencia hasta 1933 en que quedó fijado en su lugar actual, con
gestiones muchas veces inoperantes que le significaron largos períodos de
transición, con otros momentos en que llevaron la batuta directores
de marcados rasgos personalistas
sobre los que pesaron conceptos como el de “dictador” como fueron Jorge Romero
Brest o Jorge Glusberg, cuyas gestiones no fueron (ni son, en el caso del último de
los citados) para nada indiferentes” (Gutiérrez Viñuales, 2003, p. 157). Aun con los vaivenes propios
de las economías en vías de fortalecimiento, el Museo goza de buena salud, renovada en fechas recientes la puesta en escena
de su colección permanente con un discurso más pluralizado (no se limita
a pinturas y esculturas, sino que se incluyen
fotografía,estampa,dibujo e inclusive vitrinas con documentación pertinente).A ello se suma un continuado programa de exposiciones temporales que vivifica las propuestas y permite
mantener un elevado
ritmo de visitantes.
Fig. 2. Localización de sectores culturales referidos en el ensayo
Muy cerca de este museo
encontramos el Centro
Cultural Recoleta ubicado en un antiguo
edificio conventual3, que fue
reabierto en 1981
con el nombre de Centro Cultural
de Buenos Aires
y en 1990 recibió la denominación actual
de Centro Cultural
Recoleta. Dentro de su trayectoria hay que destacar
el periodo dirigido
por Teresa Anchorena, quien consiguió atraer capitales, muy por encima del propio presupuesto asignado por el Gobierno. Durante su gestión, el
Recoleta potenció la integración de las
artes de las provincias y propició el conocimiento y la difusión
de lo que se producía en el interior del país. En tal sentido,
una de las mayores
realizaciones, con continuidad en el tiempo,
es la serie de exposiciones que fueron comisariadas por
el arquitecto Alberto
Petrina, Arte del NOA.Noroeste argentino (1998) y Arte de Cuyo (1999), y que fueron
seguidas por Arte del NEA. Nordeste argentino (2000), dividida entre el Teatro Argentino (La Plata) y el
Museo Sívori
(Buenos Aires), entre
otras.
Fig. 3 . Fachada
principal del Museo
Nacional de Bellas
Artes
Tras cumplir su veinte aniversario, la institución se ha consolidado como un
importante centro cultural
con una media
de 100.000 visitantes al mes, y una amplia agenda de actividades que comprende exposiciones de arte, conciertos,
representaciones teatrales, danza, presentación de libros, recitales poéticos y dramáticos perfomances, música electroacústica informática y expresiones videográficas4.
En este triángulo hay que destacar el antiguo Palais
de Glace (Salas
Nacionales de Exposición) que funciona como
una gran espacio
de muestras temporales todo el año aunque destacamos las megaexposiciones de artistas
argentinos que anualmente, desde 1990,se realizaban durante
la segunda mitad
de año con un número
de visitantes que solía superar
en muchos casos, el
medio millón de espectadores5 (Gutiérrez Viñuales, 1997).
Estas tres instituciones forman un “triangulo artístico” que ha convertido al barrio de la Recoleta
en uno de los circuitos más importantes de la ciudad, sobre
todo los fines
de semana, en donde a la oferta de las
tres instituciones se suma la posible visita
al Cementerio de la Recoleta,
el atractivo de los artistas callejeros, la feria de artesanos, la oferta gastronómica, y la agradable visita
a Buenos Aires
Design, un shopping
center de alta categoría.
Fig. 4.Vista general
del Barrio de La Boca
3.a. El barrio de La Boca
En otra zona de la ciudad encontramos otro entramado cultural que se
encuentra en fase de consolidación: nos referimos a La Boca, de inevitable interés turístico y donde encontramos de forma más clara aspectos
de regeneración urbana vinculada con el desarrollo cultural. Este barrio,
uno de los más marginales y deteriorados de la ciudad, ha experimentado desde el último lustro labores de rehabilitación de la zona conocida como Riachuelo,
limpieza del puerto, mejora
de infraestructuras sanitarias, adecentamiento de fachadas,
inclusión de servicios de ocio. Empezamos
por destacar el Museo de Bellas Artes de la Boca,
organizado por el pintor Benito Quinquela Martín (1890-1977), el máximo exponente de la llamada “Escuela de la Boca” que se reinauguró en 2000, tras ingentes trabajos de remodelación. En este proceso se restauraron muchas obras que estaban
en alto estado
de deterioro,y se reordenaron
las salas, que exhibían obras en un marcado
desconcierto discursivo. Además se habilitó una sala de exposiciones temporales para complementar la visión de las obras que conforman la muestra
permanente.
Junto a este museo encontramos la Fundación Proa,
uno de los centros de arte contemporáneo más importantes en la oferta
cultural de la ciudad.
Está ubicada en una típica
casa italiana de finales del
XIX que fue
reciclada en 1996 para
ser destinada a su actual
función. El espacio,
de tres plantas,
alberga exposiciones, videoteca y lugar para conciertos. El edificio ha experimentado
una importante ampliación en 2008 a cargo del estudio de Giuseppe Caruso y Agata Torricella que anexó dos
lotes laterales al edificio
original de la Fundación, triplicando su superficie hasta los 2.300
m2. La Fundación destaca
por su vertiente internacionalista y por la calidad
de las muestras que presenta.
Podemos mencionar una serie de exposiciones “mexicanas”, que
fueron desde la inaugural, con obras de Rufino
Tamayo,hasta la retrospectiva de Julio
Galán (septiembre de 1997), la de Diego
Rivera con obras pertenecientes al Estado de Veracruz
(septiembre de 2001)
y, sobre todo,
la titulada “Pintores
mexicanos” (mayo-junio de 1999) con 41 obras pertenecientes a la colección de Jacques y Natasha Gelman, destacando 10 obras de Frida Kahlo y 9 del mismo
Rivera.Tras su ampliación se reinauguró el espacio con la exposición “Marcel Duchamp: una obra que no es una obra
de arte”, la primera exposición antológica del creador
francés en la ciudad.
Estas dos instituciones, junto con el atractivo turístico de Caminito, están sirviendo de aliciente
para la regeneración urbana de la zona, a lo
que ayudarían sin duda otros dos proyectos en marcha, el Museo de Arte
Construido, promovido por el empresario Lipa Burd y sustentado en su colección vinculada a la abstracción geométrica, y la recuperación total
del emblemático puente transbordador. La llegada masiva de turistas los fines de semana
ha potenciado la apertura de espacios de ocio, galerías de arte, tiendas y restaurantes que contribuyen a la mejora
tanto de la estética como de
la calidad de vida de sus habitantes. Muchos de ellos
siguen viviendo en casas
de principios de siglo realizadas con planchas de hojalata y destinadas
en su origen a los inmigrantes, sobre todo italianos, que llegaban a la ciudad en
busca de mejores
condiciones de vida.
3.b.
El Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA)
Otro sector
artístico que destacamos en la ciudad
tiene como eje al
Museo
de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA) considerado por sus
propulsores como el “primer museo
argentino del siglo
XXI” debido a su intencionada modernidad. El MALBA
tiene su origen,
desarrollo y concreción, en la colección que en 1971
comenzó a formar
el empresario Eduardo F. Costantini, y que tuvo sus puntos culminantes en los noventa, a partir de una serie
de adquisiciones por él realizadas, que provocaron un gran
efecto
mediático. Pero Costantini no sólo
alcanzó entonces pública fama como coleccionista, sino también por la creación, en 1995, de la Fundación que lleva su nombre, dedicada
a promover el arte y la cultura argentinas6, mostrando una
actitud de apertura respecto de su colección, exhibiéndola y propiciando en forma gradual
la posibilidad de que creciera para dar lugar
a un gran museo.
Justamente, un museo
que, para decidir
el edificio que
lo albergaría, originó la convocatoria de un concurso
internacional, organizado por la UIA (Unión Internacional de Arquitectos) y que fue presentado durante la VII Bienal
de Arquitectura de Buenos Aires
(1997);los miembros del jurado, entre los que se encontraban nombres como Norman
Foster,Enric Miralles, César
Pelli o el propio
Costantini, otorgaron el Primer Premio
a tres jóvenes arquitectos cordobeses: Gastón Atelman,
Martín Fourcade y Alfredo Tapia. Habían
sido estudiados un total de 430 trabajos
provenientes de 45 países del mundo.
Fig. 5. Fachada
principal del MALBA
Los
arquitectos ganadores comenzaron a construir el Museo en una
de las mejores zonas de Buenos Aires,
levemente alejada de los principales circuitos artísticos de la ciudad,
pero muy fácilmente accesible a través
del transporte urbano,
y con la atracción añadida
de encontrarse a escasos
metros del shopping Paseo Alcorta,
lugar muy frecuentado por el habitante porteño. El edificio del MALBA está
compuesto por 6.000
m2 cubiertos, que albergan hall de entrada, sala de
exposiciones permanentes, sala de exposiciones temporales, auditorio para 270 personas, confitería, librería, áreas de despacho
y oficinas, talleres de conservadores y de mantenimiento, almacén de obras
de arte, depósito general, sala de máquinas, central de inteligencia y estacionamiento cubierto.
La discusión acerca
del posible impacto ambiental que habría de producir la apertura del museo,
entablada entre los promotores del mismo y
personas abiertamente contrarias a su instalación,
entre ellos
varios vecinos del lugar, postergó
la fecha de inauguración hasta septiembre de 2001.
3.c.Puerto Madero
En forma
paralela al MALBA,
surgió otra iniciativa privada cuya apertura
se concretó en 2008,relacionada con una de las fortunas
más importantes del
continente americano: la empresaria, coleccionista y embajadora itinerante Amalia Lacroze de Fortabat. El proyecto,
obra del arquitecto Rafael Vignoly, tuvo que enfrentar inconvenientes durante su construcción, sobre todo en cuanto a la cimentación del mismo debido a su localización en el propio
Río de la Plata. La existencia de estos problemas requirió una importante
inversión para hacer
trabajos de cimentación más efectivos, paliando así la
situación. En cuanto
a la colección, la Fundación
Fortabat presume de ser
bastante “ecléctica” y desde luego es amplísima desde hace tiempo,
pues ya a principios de los años noventa
la señora Fortabat
figuraba entre los doscientos coleccionistas más importantes del mundo,
lista en la que sólo figuraban
seis latinoamericanos, según la revista
norteamericana Artnews. Desafortunadamente una excelente colección, sita en un
espléndido edificio, presenta una pésima
museografía que no se pone
al servicio de la exposición sino que le resta calidad a la muestra.
Este museo se ha ubicado
en Puerto Madero, uno de los emprendimientos de regeneración urbana
más importantes y polémicos desarrollado en Buenos Aires, cuya ubicación estratégica ha permitido conformar una
suerte de corredor
cultural que enlaza
de sur a norte, y sucesivamente,
al Barrio de la Boca,
Puerto Madero, Recoleta y al MALBA.
El proyecto consistía en la recuperación de los galpones
que conformaban el decimonónico puerto, aprobado por el
Presidente de la Nación Julio Argentino Roca
en 1882 y finalizado en 1897.
El mismo quedó obsoleto diez años después de su inauguración debido al aumento
del tamaño de los buques lo que provocó la construcción de otro con dársenas dentiformes. Una vez abandonado se entró en un periodo
de decadencia hasta
1989 cuando el Ministerio
de Obras y Servicios Públicos, el Ministerio del Interior
y la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires
firmaron el acta
de constitución de una sociedad
anónima denominada “Corporación Antiguo Puerto Madero”
para la urbanización y recuperación de las antiguas
infraestructuras.
Pero este proyecto
no sólo se ha encargado de rehabilitar los antiguos
galpones ahora utilizados para restaurantes, cafeterías, sede de la Universidad Católica de Argentina (que cuenta también
con sala propia
de exposición,
dedicada fundamentalmente a muestras retrospectivas de arte argentino) y tiendas,
sino que ha conllevado la creación de numerosas torres
de viviendas, muchas
de ellas sin habitar, que está alterando la fisonomía y el carácter de ese sector
de la ciudad. Se trata de un proyecto de regeneración urbana pero
con importantes aspectos de
especulación urbanística y problemas medio ambientales pues afecta también
a la Reserva Ecológica
Costanera Sur ubicada
en el lado este del
distrito de Puerto Madero y que
presenta un muestrario de los distintos ecosistemas nativos de la llanura chacopampeana.
Fig. 6.Vista general
del Museo Fortabat
Finalmente,
creemos necesario reseñar dos experiencias más, cuya feliz concreción ha potenciado aun más el interés por las manifestaciones artísticas en la ciudad, y
que cuentan con manifestaciones similares
en otras ciudades del mundo:
en primer lugar,
la celebración de la noche
de los museos, que se realiza
en Buenos Aires desde 2004.No se trata de un proyecto de regeneración urbana aunque
indirectamente se dan a conocer zonas menos “habituales” de la ciudad que se ven favorecidas por la ampliación del horario de los
museos para facilitar el acceso de los visitantes. En la edición de 2009 participaron 120 museos y espacios de arte –estatales y privados– que abrieron sus puertas
gratuitamente desde las 20 h. hasta las 2 h. de la madrugada recibiendo la visita de 500 mil asistentes.
Junto con la noche de los museos,
debemos mencionar la celebración, todos los últimos viernes
de cada mes,
de Gallery Nights
un circuito organizado por la editorial Arte al Día
junto a AdnCultura, revista perteneciente
al prestigioso diario La Nación,
y el Ministerio de Cultura, que convoca un
recorrido por galerías de arte, anticuarios, museos y centros
culturales de diversas zonas
de la ciudad, entre ellas
Retiro, Barrio Norte
y Palermo. Sumado ello a las iniciativas privadas, desde galerías de arte hasta
ferias como ArteBA y Expotrastiendas, además
de la tarea de otros muchos museos
e instituciones situados en sectores urbanos
fuera de los circuitos sobre
los que hemos centrado
nuestra atención, muestran a Buenos Aires como una ciudad de vitalidad cultural
y artística, no solamente limitada a la repercusión puntual de dichas actividades, sino determinante en cuanto a su implicación social.
1.
La
Tate Modern de Londres
se ubica en una antigua
central eléctrica diseñada
por Sir Giles Gilbert
Scout y readaptado a uso museístico por los arquitectos suizos Herzog y De Meuron.
La adaptación del edificio se completó con una pasarela
peatonal realizada por Norman Foster
que une la Catedral de San Paul con el museo.
Se crea así un eje simbólico
entre la catedral
religiosa y la nueva catedral del siglo XXI.
2.
Este
edificio llegó desde
Londres en 1928
para ubicarlo en el terreno
que ocupaba desde 1816 el anterior Mercado
de los Ventorrillos que había sido desvastado por un incendio en 1927.Tras
una licitación pública,
se cerró la negociación con la empresa
inglesa Richter & Pickis
quienes desarrollarían el proyecto,
una estructura audaz
para la época, que contribuiría a demostrar el desarrollo económico
y cultural que esta importante ciudad comenzaba a adquirir. Con este nuevo edificio, también vino un ingeniero belga,
León Gerónimo Höet, quien
no se limitó a la construcción de éste edificio, sino que decidió
quedarse a vivir en esta ciudad construyendo otros nuevos proyectos, que hoy en día también
son símbolos de la ciudad:
el Teatro Baralt, el Pasaje Colón,
la Plaza del Buen Maestro, entre otros muchos.
3.
El
Centro Cultural Recoleta
está ubicado en las edificaciones que conformaron el convento de los Franciscanos Recoletos (concluídas en 1732) e integrado al grupo de la
Iglesia del Pilar. La comunidad religiosa dio origen
al nombre de “Recoleta” para el barrio, y para el cementerio contiguo a la iglesia, creado
por Rivadavia tras la desamortización de los bienes de la iglesia
(1822), notable muestrario de arquitectura y escultura funeraria. El Convento pasó entonces
al poder público,
siendo uno de los primeros
usos que se le dio el
de sede del Asilo de Mendigos (1859),
añadiéndose durante esta
etapa nuevas
construcciones,
hoy también ocupadas por el Centro
Cultural Recoleta.
4.
Las
dieciséis salas de exposiciones de la planta
baja y las once del primer piso albergan permanentemente distintas muestras (Véase la web del “Centro
Cultural Recoleta”, http://www.artesur.com/links/recoleta.htm).
5.
504.000 visitantes, la dedicada
al pintor Benito Quinquela Martín
en el Palais de Glace en el año 2000
6.
6.
En forma paralela
instituyó el certamen
anual “Premios Colección Costantini”, con cinco ediciones a sus espaldas,realizadas hasta
ahora en el MNBA.A partir
de la inauguración del MALBA
las obras pasarán
a exponerse allí,
dejando de lado el carácter
anual para convertirse en
Bienal.
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