Breve aproximación a la historieta andaluza
Rafael Ruiz Dávila
Universidad de Granada
Los cómics pueden
producir un corpus
digno de estudio, y representar fielmente la vida, época
y perspectivas de su autor.
Scott
McCloud, La Revolución de los Cómics
Fecha de recepción: 18 de septiembre de 2011
Fecha de aceptación: 17 de febrero de 2012
atrio, 18 (2012) ISSN: 0214-8289 p. 95 - 106
Resumen: A diferencia de otros países
con más tradición de viñetas, el cómic, la historieta, se ha ganado
algo más tarde
un lugar en los círculos
académicos y universitarios de nuestro país;
desde la aparición de LaRAÑA como
la primera revista académica de España sobre
este medio hasta
la creación del Master de Cómic en la
Universidad de Granada
como los primeros estudios académicos oficiales reglados sobre ello, el cómic va tomando
el lugar que se merece.
Pero para saber hacia dónde queremos que legue
es necesario saber
de dónde viene,
quiénes son los
que hicieron posible
que esto ocurriese y, aunque
nos sorprenda, Andalucía tiene una parte importante de responsabilidad. El cómic es parte de nuestra cultura,
es parte de nuestro
patrimonio; y es justo que
ahora se le dedique al menos un estudio a lo que
ha significado el cómic en Andalucía. Por lo tanto, quizá
sea necesaria ya, una historia del cómic andaluz.
Palabras clave: cómic, historieta, Andalucía,
patrimonio cultural, estudios sobre cómic, teoría de la historieta,
antología andaluza
Abstract: Not like another countries with an old tradition in cartoonism, comics are gained later a place in the spanish universities; some examples are LaRAÑA, first academic magazine about comics of Spain, and the Master in Comics at the University of Granada. But, if we want to know where the comic-book studies are going to, we need to know their past: works, authors, studies, past, origins... and Andalusia has an important part of this, ans it’s necessary show why. Maybe we need a History of Andalusien Comics.
Keywords: comics, comic books,Andalusia, cultural heritage, comic-book studies, comic theory, andalusien anthology
Aunque pocos dudan ya del valor de la Historieta como un medio artístico / comunicativo tan digno como el que más (lejos,
aunque no tanto como
nos gustaría pensar,
queda aquella aseveración de que “los tebeos son para
niños”), bien es cierto que,
como parte de las disciplinas llamadas “humanas” (no discutiremos aquí
si debe entrar
en la categoría de arte
plástico-gráfico, neogénero literario o proceso comunicativo híbrido),
al cómic le corresponde por derecho su propia ciencia, su acotado y particular ámbito de estudio, su, podríamos denominar, Teoría de la Historieta. Ahora bien, aunque no estamos
carentes de loables
intentos de crear un corpus
teórico (casi todos ellos en Europa o en los Estados Unidos1, no hablemos
de nuestro país2 en el que pocos son los estudiosos y, aún menos si cabe,
los documentos teóricos), la mayoría de éstos se refieren a la forma,
sobre todo externa (sirvan
como ejemplo las obras teóricas
de Will Eisner sobre
lo que él denominó Arte
Secuencial3,
o los diferentes títulos que existen en el
mercado escritos por
Scott McCloud4, autor del
bestseller historietístico Entender el Cómic), sin atender a aspectos imprescindibles de estudiar como
la estructura, el proceso
comunicativo y todo
a lo que éste afecta,
la función (o funciones5), en resumen,
son obras que, aun deseándolo, no pueden ahondar en
los entresijos metahistorietísticos del medio, no ya por intentos
o por falta de empaque, sino
por la casi total inexistencia de un proceso
metodológico6 para el estudio objetivo
y, por qué no, científico del cómic. Nos encontramos pues
con que apenas
hay disciplinas propias que
estudien la historieta, el tebeo, como un ente propio, que
no aislado, que puede entrar,
y entra, en comunión con otros campos
y vías humanísticas tales como el cine,
la literatura o las diferentes artes plásticas (sin limitarnos a las gráficas). Partimos de un punto
en el que, al carecer
de una Teoría del la Historieta, la única manera más o menos objetiva de abordar la crítica del cómic (que
no responde hoy día sino a procesos
puramente personales, individuales y del todo subjetivos7 como las opiniones de Pepo Pérez o Álvaro Pons e, incluso, las desaparecidas
revistas de crítica U el hijo de Urich, Krazy Cómics
o BANG!) es mediante la confección de dos líneas de estudio que irán encontrándose en los distintos momentos de necesidad. Hablamos
de una historia
del cómic (“Historia de la Historieta”, que diría Manuel Barrero8) y la Historieta Comparada (así, en mayúsculas, para otorgarle el caché de disciplina), a saber,
observar la evolución del
cómic a lo largo del
tiempo (estudio diacrónico, área
de conocimiento en la que el cómic español tiene sus grandes
ejemplos en Toni Guiral9, Antonio Martín
o Manuel Barrero, sin
cuya inestimable ayuda10 se habría conseguido un resultado menos
exacto en el presente documento), así como la comparación de los tebeos
de una zona
geográfica, de mayor o menor tamaño, con otra u otras (Historieta Comparada, donde ya han
habido bastantes intentos serios en nuestro país,
como el de la revista Tebeosfera, que dirige el propio Barrero) que sean contemporáneas de la primera
(Fig. 1).
Fig. 1. Base del proceso comunicativo según Scott McCloud, Understanding Comics, 1993.
Fig. 2. Pirámide de la semiología del rostro
por Scott McCloud, Understanding Comics, 1993.
Para abordar el presente
estudio, y atendiendo al título que lo corona, es fácil deducir
que a nuestra “Historieta Comparada” no le será difícil
acotar el área geográfica en la que nos centraremos. Así mismo, la propia historia de los cómics nos
llevará de la mano
por el cronológico devenir de nuestras
viñetas. Algo
que deberíamos tener
en cuenta es que, siempre
que se comparen elementos que entran
en oposición11 por motivo de diferencias topográficas nos encontraremos con espinosos asuntos
como la identidad de un pueblo o sus nacionalismos / regionalismos. Andalucía no es una excepción y es a nosotros a quienes les
toca discernir si existe, de manera intrínseca o no, un posible
“andalucismo historietístico”, ese “algo” que convierte las dispersas obras repartidas por la geografía
de una región sureña, en un “todo”
que posea el carácter y el empaque propios
de unas señas
de identidad homogéneas y, podríamos llamar, “regionales”, que
las definen por relaciones deoposición con respecto a otras (Fig.
2).
La Historia de la Historieta en Andalucía ha estado sembrada
de altibajos desde
su más tierno
origen12, a poco que indaguemos un poco,
seremos capaces de darnos cuenta
de las peculiaridades que azotan las tierras
del sur.
De
entre las primeras viñetas dibujadas en toda España, encontramos al periodista y dibujante hiperrealista Luis Mariani. Mariani, grabador sevillano de profesión y caricaturista de lo zooantropomorfo surrealista de
afición, publica como pionero del humor gráfico
andaluz (y español), entre 1864 y 1871,
su grafismo satírico
en cabeceras como El Cencerro
(desde 1863, donde crea su personaje más famoso en la serie homónima, Fray Liberto), El Tío Clarín (1860-1873),
La Campana o El
Padre Adam (1868). Así mismo,
Teodoro Aramburu ,conocido caricaturista de la época
que llenaba con sus ilustraciones obras de la tauromaquia tan famosas como los
Anales del Toreo, satirizó también
desde las páginas
del semanario El Loro (1867) y El Alabardero (desde comienzos de 1868) (Fig. 3).
Fig. 3. Detalle de dos páginas realizadas por Luis Mariani, alrededor de la década de 1860:
La vida de Juan Soldado
y El Carnaval.
Es a partir
de los 80 y 90 del siglo
XIX cuando se deja más
de lado la sátira y es el humor de Moreno (El Cometa, 1888-1889) y de Parody
(El Buen Humor, 1890) el que llena
las páginas de las publicaciones que alcanzarán el fin de un siglo que ha visto
nacer al cómic
en el humor y la sátira de las
incisiones y trazos de grabadores e ilustradores decimonónicos que fueron, además de por Andalucía, pioneros en España.
A principios del XX se pierde interés
por la apenas recién nacida
historieta; son dignos
de mención Faber
“Pitorro”, Lafita o Manuel Alonso Moyano (que firmó como “Manolo” en Don Cecilio y como “Roquefor”, junto a Rufino, en Cecilito) hasta la llegada,
en 1920, de la primera
figura grande del tebeo
andaluz (y sevillano): Martínez de León.
El dibujante taurino y populista Andrés Martínez
de León (Coria del Río, Sevilla, 1895 - Barcelona, 1978) comienza a editar sus Historietas Sevillanas (en El Sol,
Madrid, 1925, y en el tomo Álbum de Historietas
Sevillanas, 1926) pincelando al que será
un personaje querido
por todos y que
protagonizará un viaje
a las tierras moscovitas (Oselito en Rusia, 1930) y
una Guerra Civil
del lado del
bando republicano13. Hablamos de Oselito, andaluz, sevillano y trianero típico
donde los hubiese,
amante de los toros y el fútbol, simpatizante de las ideas de
izquierdas*, antifascista, cañí y
un héroe de barrio que
con su tradicionalista verborrea popular
(“lo largo como un escopetaso, así, de pronto, sin preparasión”14) denuncia, con trazo modernista y estilizado y un lenguaje propio del entonces hombre de la calle, el hambre
y, más tarde,
las trágicas y horribles situaciones que se vivieron
durante la posguerra. Publica su humor inteligente y agudo, además, en periódicos y revistas
como ABC (edición de Sevilla),
Blanco y Negro (durante la República), Crisol, Don José (suplemento del diario
España), El Ruedo y La verdad, entre
otros, así como
en libros ilustrados (Los amigos
del toro) (Fig,4).
Fig. 4. Portada de Historietas Sevillanas, de Martínez de León;
edción de 2009.
Fig. 5. Portada de la edición sevillana de la revista de cómics Flechas, 1936.
El comienzo
de la Guerra Civil da el pistoletazo de salida a una época oscura también para nuestra
historieta. Los únicos
retazos de los que se tiene constancia son aquellos panfletos dirigidos a niños
y jóvenes desde las esferas
propagandísticas de La Falange
con títulos como
Flechas15 (Sevilla, 1936- 1937), con tiradas de muy pocos
ejemplares y escasa
calidad, y alguna
que otra publicación aislada,
como la religiosa Calasanz
(Fig. 5).
A partir de los años 40 surgen
en algunas de las provincias andaluzas (Málaga,
Huelva, Sevilla, Córdoba)
periódicos infantiles y suplementos
(como el del Odiel en la provincia onubense) que se valen
de las viñetas
para cautivar a los niños.
En
la década de los 50 y durante
los 60, empiezan
a aparecer cuadernillos de tebeos de aventuras
mimetizando casi por completo el estilo que las
editoriales y sellos como Bruguera
o Toray hacían en tierras levantinas con cómics de aventuras
protagonizados por héroes
que, en cualquier mundo
o subgénero (El Jinete
de la Muerte, Jim Sansom,
El Rayo de Baal,Torg, El Pistolero, Hijo del Rayo e incluso
el futbolístico título
Real Betis Balompié.
Bodas de Oro, del creador
de Oselito), entretenían16 a los jóvenes
de una España (y una Andalucía) cada vez, y poco a poco, más aperturista, dándose
casos de autores que llegan
a trabajar para
editoriales extranjeras; ejemplo
de ello fue Carlos Pino que llegó a publicar,
incluso, con la poderosa
Warren Publishing (Figs. 6 y 7).
Fig. 6. Portada de Torg, Príncipe
de León, de Luis Molina, 1961. Fig. 7. Página
de Torg, Príncipe de León, de Luis Molina, 1961.
El segunda
mitad de los
70 trae consigo
vientos de transición política, de triunfos de
libertades. Todo esto se traduce en un cambio en la mentalidad española y andaluza.
Surge en tierras hispalenses el abanderado del underground
(“historietas que no seguían
los cánones tradicionales, que los contravenían abiertamente y se dedicaban a
minar los sacrosantos principios de la sociedad en que se desarrollaban”,
que diría Salvador Vázquez
de Parga17 o, como otros la han denominado, línea “chunga”18, subterránea y contracultural del
tebeo español, que se miraba en el espejo
de unos lejanos
EE UU que habían estado jugueteando con dicho contramovimiento desde finales de los 60). El sevillano Nazario[*] (Castilleja del Campo, 1944), totalmente
independiente de lo hecho con anterioridad,
preciosista en el trazo a la vez que rompedor, colorista, barroco y simbolista,
epítome de lo que podríamos denominar queer-comic
o movimiento historietístico homosexual19, conjugó
su obra y temática perfectamente con la heterosexualidad imperante en una región aún de mente
muy cerrada en según qué temas. Autor fetiche de la revista
underground Elvíbora desde principios de los 70,
tiene tras de sí una ingente cantidad de títulos como
La Piraña Divina (autoedición, 1975), Anarcoma (publicada en El Víbora
desde el 79), Apartamentos La Nave (1980),
Salomé (1982), Alí Babá & the
40 maricones (en Makoki, desde
1991), Turandot
(1993) o Incunables (1998).
Tras una serie de decepciones (y un intento
fracasado en el mundo de la
ópera), Nazario
Luque Vera se dedicó
(y continúa hoy en día) a la pintura
a la acuarela y a la escritura (Fig.
8).
Fig. 8. Portada de Alí Babá & the 40 maricones, de Nazario, 1991.
El talento incomprendido de Nazario, que no llegó a encontrar editor en tierras
andaluzas20, se unió a nuevos talentos del tebeo
que surgieron ya a principios de los 80 (casi diez
años más tarde que en la “movida” de Madrid o Barcelona) para intentar una mítica (y
mitificada) “renovación de la
historieta andaluza”. A los encomiables intentos
en Alcalá (Orbius Tertius), Cádiz
(Tuboescape, donde
comienza a publicar el gran Carlos
Pacheco) o Granada (con la revista
La Granada de Papel), se les unen los
fanzines (pequeñas revistas hechas por aficionados y de manera arcaicamente tradicional), la
autoedición y las publicaciones subvencionadas por la administración pública. De esta
época son algunas
de las mejores revistas de historietas de toda España
y donde se reunió
lo más destacado de los nuevos creadores. Fue un momento,
ese boom del cómic
underground (o comix21, como algunos
lo denominaron entonces) y sucesores, en el que se creía
de veras en la creación de un movimiento, de una anti-escuela que renovaría el panorama tebeístico; desde Sevilla como
centro neurálgico de esta “renovación” se sucedieron 27 puñaladas
(1982), la revista fundada por Tabernero Rumbo Sur (1984)
y la posterior Kambi Bolongo (1985) hasta la llegada
de I.M.AJ.EN. d.e Sevilla (1986), publicación auspiciada por el Instituto Municipal de Juventud y Deportes
del Ayuntamiento de Sevilla (y en vistas al laureado
año de la EXPO’92), y que
reunió a la casi totalidad de nuevos autores andaluces, sevillanos (y residentes) que se habían
formado y fogueado en las anteriores (Fig. 9).
Fig. 9. Portada
del nº 0 de
I.M.AJ.EN. d.e Sevilla, 1986.
Pertenecen a esta
época de intentos de renovación y reinvención nombres y apellidos como Manolo Ortiz
(diseñador gráfico y dibujante que se
hizo cargo de la dirección de la revista),Vicky Gallardo, Bella Moreno
(en ocasiones con Kiko
Veneno de partenaire), Keko, Michamurt, Pedro Castro,
De la Rosa, Garmendia, Kirby, los premios nacionales MAX y Miguel
Ángel Gallardo, Enrique Carlos,
Ágreda, el expresionista argentino del blanco /
rojo / negro Santiago Sequeiros o el sevillano de adopción y barakaldar de nacimiento Rafa Iglesias que, con las cabeceras Grito de Rabia y
Sureño, da los últimos
coletazos de una renovación de la historieta andaluza; una forma de hacer cómic
que, con historias negras y subversivas cargadas
de freudianos personajes antipoéticos y de sexualidad violenta y bizarra
(todos ellos narrados con estilos dispares, investigación en los materiales, el color, el claroscuro, la línea y la realidad, el subjetivismo casi abstracto de unos trazos que
arraigan en un moderno y urbano hermetismo gráfico-plástico), nunca
llegó
a materializarse.
Los años
90, con su fastuosa Exposición Universal de Sevilla, supusieron una oscura
época para el cómic andaluz;
grandes autores que se habían formado en las tierras
del sur como
Santiago Sequeiros (que
migra
hacia la Ciudad Condal a completar su preparación), José Luis Ágreda y Pablo Velarde o el hiperrealista Escalante (que se dio a conocer
junto al guionista Fede González en el “Extraordinario Concurso” que convocó
Josep Toutain
en la revista 1984)
se mudan buscando
nuevas y mejores perspectivas en el mejor
de los casos, o abandonan el cómic como
medio de expresión para siempre (Fig. 10).
A comienzos del nuevo siglo XXI, se da paso a un nuevo boom tebeístico en el que surgen los autores de la llamada
por Manuel Barrero “Generación Forum”. Es en esta época (y la que
seguirá) donde se encuentran nuevos talentos
que mimetizan la estética imperante de los manga o
cómics japoneses (Kenny
Ruiz, Ken Niimura), donde los andaluces (como antaño, en la
Posguerra)
emigran a los mercados franco-belgas buscando nuevos horizontes por los
que aquí se les cierran
(casos de Munuera
o Guarnido), y donde
observamos un reducido grupúsculo22 de autores que, si bien no pertenecieron a una escuela
formativa común, sí que muchos de ellos confluyeron en distintos fanzines, publicaciones subvencionadas, círculos
universitarios y escuelas, que además
se conformaron en una especie
de localización topográfica más o menos
precisa y acotada
en la provincia de Cádiz dónde
destacaron por méritos
propios en el difícil mercado yankee de los superhéroes el algecireño Juan José RYP,
que acabó prestando su estilo
barroco y detallista al máximo a los
guionistas
bestsellers Frank Miller (Robocop), Alan Moore (Magic Words) y Warren Ellis (Black Summer, No Hero), o el gran Carlos
Pacheco (curtido como portadista en Fórum, así como dibujante en la filial británica Marvel UK, hasta
llegar a jugar
en primera división con los grandes
del mainstream) desde su San Roque natal y acompañado a los guiones
algunas veces por el escritor
y guionista gaditano Rafael Marín Trechera, y las más de ellas por
el soberbio entintador Jesús Merino. Pacheco se ha hecho un hueco
entre los
miembros de un olimpo habitado
por los dibujantes de superhéroes más demandados (y respetados), tanto por su
dibujo efectista y de esencia cinematográfica, como de su narración gráfica,
cargada de un atractivo (y atrayente) “movimiento estático”. Podemos admirar estas
características en las series que son punta de
lanza de Marvel
y DC, las mayores editoriales de cómics del mundo: Superman, Spiderman, X-Men,Vengadores, Batman, Justice League of América o 4
Fantásticos (Fig. 11).
Fig. 10. Ilustración con motivo de Semana Santa para el diario El
Mundo, por Santiago Sequeiros.
Fig. 11. Portada del Ultimate Avengers nº 2, por Carlos Pacheco para
Marvel Comics, 2009.
Lo
que pueden derivarse de este breve acercamiento
diacrónico a la llamada historieta andaluza (cómics hechos por andaluces o en Andalucía) es que, la mayoría
de las veces
y a lo largo de más de siglo y medio, en las
tierras andaluzas siempre ha primado,
por encima de todo, el individualismo. Si bien
es cierto que casi siempre
se han obviado
la existencia de presuntas
escuelas o generaciones que agruparan estilos y/o movimientos estéticos comunes, lo cierto
y verdad es que
Andalucía, ya con el individualismo propio
de cada autor,
ya con el común
objetivo antisistema de una renovación
ochentera, ya con la mimesis adecuadora a los mercados
imperantes del medio
en los últimos tiempos (Japón,
Europa, EE UU),
ha sido, y es, una tierra que ha generado, aunque
suene a tópico,
grandes artistas; autores
que han destacado tanto a nivel nacional
como internacional, desde
la calidad de sus
trabajos o desde la originalidad de sus planteamientos.
Para terminar, aunque diacrónicamente podamos hacer una enumeración
de dibujantes y guionistas, historietistas todos al fin y al cabo,
a lo largo del tiempo
y de las provincias, esta ciencia de la Historieta Comparada no puede
completarse sin “eso”
que necesitamos y que nombrábamos al principio de esta retórica: un corpus científico conformado por una Historia de la Historieta, junto a una Historieta Comparada, así como una Teoría de
la Historieta, una suerte de “tríada tebeoteórica” que conjugue los objetos
de estudio en una crítica
historietística lo más alejada posible
de los conceptos de arbitrariedad y subjetividad23, pues sólo así se llegará a un estudio verdadera y exhaustivamente científico de la historieta andaluza, española y universal.
1.
Nombres, aparte
de los consabidos Will Eisner y Scott McCloud (más creativos que teóricos), entre los que encontramos a la profesora Viviane Alary de la Universidad de Clermont (coordinadora y editora de la obra
colectiva Historietas, Tebeos y Cómics españoles, 2002), al norteamericano Bart Beatty (profesor asociado en la Universidad de Calgary, traductor de la obra de Groensteen al inglés y autor, entre otras, de Unpopular Culture:
Transforming the European
Comic Book in the 1990s), al londinense Paul
Gravett (director editorial de la publicación teórica pssst! magazine y editor de Escape Books,
de la revista homónima), al francobelga doblemente nacionalizado T. Groensteen (historiador y teórico del cómic, director de Les cahiers
de la bande dessinée, 1971-1990), al belga Pascal
Lefevre (que colabora, al alimón, con Jan Baertens,
en Pour une lecture
moderne de la bande dessinée, 1993) o el londinense Roger
Sabin (lector del St. Martins
de Londres y autor de los textos teóricos Comics, Comix & Graphic Novels:
A History of Comic Art,
1996; y Adult Comics:
An Introduction, 1993 y 2005).
2.
Son de obligada cita
Francisco Javier Alcázar
(estudioso y articulista con una muy amplia producción teórica), Antonio
Altarriba (autor de La España del tebeo, 2001),
Manuel Barrero (director de la revista
TEBEOSFERA y uno de los mayores estudiosos de los orígene del cómic), Javier Coma
(autor de la temprana Historia de los cómics, 1983), Jesús Jiménez Varea (profesor en la Facultad
de Comunicación de la Universidad de Sevilla), Antonio Martín (editor y especialista en cómics de la Guerra
Civil Española y Posguerra), Javier Mora Bordel (articulista, divulgador y profesor,
así como redactor
de TEBEOSFERA), Álvaro Pons (crítico
que vierte opiniones desde hace años
en su blog La cárcel de papel y, más recientemente, en el diario
El País) o Rubén
Varilla (que con La arquitectura de las viñetas. Texto y discurso
en el cómic, 2009,
aborda el estudio
historietístico desde un punto eminentemente narratológico).
3.
“[...] en los cómics,
la práctica del arte secuencial es una habilidad estudiada que se basa
en un empleo imaginativo de conocimientos científicos y del lenguaje
[...]” (EISNER, Will. El Cómic y el Arte Secuencial).
4.
Ver BIBLIOGRAFÍA
5.
Recordemos que el cómic,
como cualquier otro
medio en el que se transmita un mensaje mediante un código, es un sistema
comunicativo y, por lo tanto, susceptible de estudiarse desde las
funciones del lenguaje, tal y como
describía Roman Jakobson.
6.
Método que integre otras maneras de acometer los estudios de la historieta aunándolos con los actuales accercamientos que se plantean
desde la Narratología y desde la Semiología. El autor del presente documento
cree firmemente que un método que tan sólo
se base en una de estas disciplinas teórico-críticas (o incluso
en ambas), estaría
incompleta, pues serían necesarios otras escuelas metodológicas que, unidas a la Narratología y la Semiología, sean capaces
de analizar la totalidad de las caras
de ese poliedro híbrido que es
el cómic.
Ver otros artículos del autor.
7.
Pues, en la gradación de los textos
críticos, no se pasa de la mera
crítica comercial. Nada que ver con la crítica
académica, formal o científica.
8.
Ver BIBLIOGRAFÍA.
9.
Cuyos estudios
diacrónicos pueden verse
en la obra que coordina Enciclopedia del cómic (6 volúmenes).
10. Manuel Barrero es, quizá, el teórico del cómic que en mayor profundidad ha estudiado los entresijos de los orígenes
del cómic y el humor
gráfico en nuestro
país. Ver BIBLIOGRAFÍA.
11. Definición de Sistema,
según Ferdinand de Saussure.
12. Grabadores, litógrafos e ilustradores fueron
los primeros “caricaturistas”.
13. No en vano, Andrés Martínez
de León, realizó
labores de diseño y maquetación de cartelería y propaganda republicana durante la Guerra civil
(lo que motivó su encarcelamiento hasta 1955).
14. MARTÍNEZ DE LEÓN, Andrés. Oselito en Rusia.
15. En cuyas páginas
se encuentran las
viñetas, consideradas por
algunos, más crueles
y crudas de cuantas se
hicieron durante la Posguerra.
16. Con más ganas que calidad
pues ésta última
era, la mayoría
de las veces, ínfima (acaso en el mejor de los casos).
17. Ver BIBLIOGRAFÍA.
18. Se llama “línea
chunga” del underground a aquellos cómics
que se publicaron bajo la cabecera
de El Víbora, en clara
oposición a un underground considerado como “línea blanda”, y que era representada, principalmente, por la revista Cairo.
19. Cuya obra puede
ser estudiada desde
la escuela crítica
de la Teoría Queer.
*.
Nazario LuqueVera recibió
el pasado 27 de octubre
de 2009, por parte de la Junta
de Andalucía, el premio
Pablo Ruiz Picasso
por su trayectoria y aportación a las Artes
Plásticas.
20. Emigra, finalmente, a Francia, donde se establece.
21. Ver ONLIYU en la BIBLIOGRAFÍA.
22. Grupúsculo en cuanto
a la oposición que, como
creadores no estadounidenses (y, además, no angloparlantes), hubieron de enfrentar
ante los grandes
grupos historietísticos del momento: los hermanos
Andy y Adam Kubert, Nicieza,
Jim Lee y la “Generación IMAGE”, así como las estrellas de los pasados
90, entre otros.
23. Ver Nota 7 para la dicotomía crítica comercial / crítica académica.
Libros,
revistas y artículos
AGUIAR E SILVA,Vítor Manuel
de. Teoría de la Literatura (Gredos; Madrid, 1972).
BARRERO, Manuel.“La historieta sevillana contemporánea”, en Círculo Andaluz de Tebeos, 18 (CAT/Ayto. de Sevilla, pp. 13-24; Sevilla, 1996).
BARRERO, Manuel. “Viñetas sevillanas finiseculares”,
en Aluzine de fanzine, 3. (Aluzine Comix, pp. 39-42; Sevilla, 2001).
BARRERO, Manuel.“Los cuadernos
de aventuras sevillanos”, en Círculo Andaluz
de Tebeos, 25. (CAT/Ayto. de Sevilla, pp. 17-31;
Sevilla, 2005).
BARRERO, Manuel. “Cómic” (asiento genérico, más otras entradas
referidas a autores), en Enciclopedia General
de Andalucía,Vols. 1 a 15 (C&T Ed.
ISBN: 84- 96337-24-3; Málaga,
2007).
BARRERO, Manuel.“Viñetas sevillanas durante
la república y el franquismo”, en Círculo Andaluz de
Tebeos, 26. (CAT/Ayto. de Sevilla, pp. 9-23; Sevilla, 2007).
CUADRADO, Jesús. De la historieta y su uso 1873-2000
(forma parte del Atlas español de la cultura popular. Coedición de Fundación Germán Sánchez
Ruipérez y Ed. Sins Entido. ISBN:
84-89384-23-1; 2000).
DOPICO, Pablo. El cómic underground español (Ed. Cátedra; 2005). EISNER,Will. El Cómic
y el Arte Secuencial (Norma Editorial; Barcelona, 2002).
MARTÍNEZ DE LEÓN, Andrés. Historietas Sevillanas (Viaje a Bizancio; Sevilla, 2008).
McCLOUD, Scott. Entender el
Cómic: El arte invisible (Astiberri; Bilbao, 2005).
McCLOUD, Scott. La Revolución de los Cómics
(Norma Editorial; Barcelona, 2001).
LLADÓ POL, Francesca. “Los cómics de la Transición”, colección viñetas (Ed. Glénat; Barcelona, 2001).
ONLIYU.“Introducción” a la Antología
española del comix underground: 1970-1980 (Ed. La Cúpula; 1981).
RUIZ DÁVILA, Rafael. Antología del Cómic Andaluz
(Caja San Fernando
- Obra social. ISBN:
84-95952-75-0; Sevilla, 2006).
RUIZ DÁVILA, Rafael. “El ‘tebeo chico’.
Acercamiento teórico al subgénero
historietístico del cómic
breve”, en Art Notes, 29 (Anotarte S.L.,
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