La influencia del Situacionismo en las manifestaciones urbanas actuales: derivas estético-poéticas en las calles y en la red

Situationism and its Influence on Contemporary Urban Artistic Manifestations: Poetic and Aesthetic Drifts on the Streets and On-line

Sandra Gracia Melero

Conservadora-restauradora e historiadora del arte, Zaragoza, España

sandragraciamelero@gmail.com

0000-0001-9428-0346

Recibido: 01/06/2021 | Aceptado: 14/09/2021

Resumen

Palabras clave

La escena del graffiti y del arte urbano, pese a diferir en muchos de sus pilares fundamentales, comparten una influencia decisiva en su manera de entender y dialogar con el espacio urbano, la de la corriente del situacionismo. La prevalencia de la acción frente a la materia, el activismo y la crítica al urbanismo imperante, la forma de manipulación de los medios y, especialmente, la práctica de las derivas urbanas, hacen de los activistas situacionistas todo un referente para los que intervienen en las calles.

Pese a esto, la hegemonía de los medios digitales, la superioridad cuantitativa y mainstream del muralismo contemporáneo y la tentación de adentrarse demasiado en el establishment artístico, hacen tambalear los cimientos del arte urbano. ¿Se puede afirmar que esta corriente ha muerto de éxito o quedan todavía muchas derivas por recorrer?

Arte urbano

Grafiti

Situacionismo

Deriva

Tercer paisaje

Espacio virtual

Abstract

Keywords

The graffiti and urban art scenes, despite differing in many of their fundamental principles, share a decisive influence in their way of understanding and dialoguing with the urban space: Situationism. The prevalence of action over matter, their activism and critical approach to the dominant trends in urbanism, the way of manipulating mass media and, particularly, the practice of the urban drifts make the situationist activists a referent for those intervening the streets.

Despite this, the current hegemony of digital media, the quantitative and mainstream superiority of contemporary muralism and the temptation of settling into the artistic establishment are shaking the foundations of urban art. Has this movement become a victim of its own success or are there still many drifts to explore?

Urban Art

Graffiti

Situationism

Drift

Third Landscape

Virtual Space

Cómo citar este trabajo / How to cite this paper:

Gracia Melero, Sandra. “La influencia del situacionismo en las manifestaciones urbanas actuales: derivas estético-poéticas en las calles y en la red.” En La Agonía del Arte Urbano. Monográfico Atrio 2, editado por Elena García Gayo y Laura Luque Rodrigo, 20-44. Sevilla: Universidad Pablo de Olavide, Atrio, 2021. https://doi.org/10.46661/atrio.6291

© Sandra Gracia Melero. Esta publicación es de acceso abierto distribuido bajo los términos de la licencia Creative Commons Attribution-NonComercial-ShareAlike 4.0. International License (CC BY-NC-SA 4.0).

Introducción

“¿Quién no ha soñado el milagro de una prosa poética, musical, sin ritmo y sin rima, tan flexible y contrastada que pudiera adaptarse a los movimientos líricos del alma, a las ondulaciones de la ensoñación y a los sobresaltos de la conciencia? Esta obsesión nace de frecuentar las grandes ciudades, del entrecruzamiento de sus incontables relaciones” [1].

El movimiento situacionista, pese a no haber sobrevivido y traspasado explícitamente más allá de la generación que lo vio nacer, ha supuesto una influencia en el arte actual, existiendo paralelismos de su deriva urbana con las escenas del graffiti y del arte urbano. Desde mediados del siglo XX y en especial tras la II Guerra Mundial las ciudades comienzan su profunda desnaturalización en pos de una prometida modernidad, eficiencia y salubridad pero, esto supone a su vez una trasformación pocas veces vista en la historia. El urbanismo estandariza los edificios y las calles, dejando poco espacio para la improvisación y las particularidades y crecimiento orgánico propio de épocas pasadas.

Ivan Chtcheglov, con el seudónimo de Guilles Ivain, escribe en 1953 y bajo la corriente de la Internacional Letrista, el texto Fórmula para un Nuevo Urbanismo. Este documento es una de las primeras reacciones críticas ante la nueva concepción de ciudad y el tremendo cambio que estaba suponiendo la arquitectura moderna. Pese a que Chtchegloy nunca formó parte de la Internacional Situacionista, Guy Debord consideró este documento como especialmente influyente para el movimiento situacionista, incluyéndolo en el número 1 de la revista Internationale situationniste, donde se aprecia como el francés apunta a uno de los ejes vertebradores de lo que luego será la corriente: “esta deriva abandonará en parte el campo de lo vivido por el de la representación” [2].

Guy Debord, que también pertenecía a la Internacional Letrista, pronto se postuló en premisas más radicales y políticas y formó en 1957 un grupo más acorde con estas ideas, la Internacional Situacionista. Los jóvenes situacionistas llevan a cabo la revolución desde lo estético-político y esto se hizo patente en el mayo del 68, cuando se sucedieron las manifestaciones públicas que demostraron la capacidad crítica de una nueva generación de jóvenes que reclamaban un profundo cambio estructural de la sociedad de masas.

Antecedentes y principios de la deriva urbana

Horkheimer y Adorno, en los años 40 del siglo XIX, ya apuntaron que uno de los grandes retos de su época era seguir hablando de arte cuando la sociedad se había convertido en la sociedad de masas. Esta nueva circunstancia es consecuencia del progreso de la razón; razón que produce desarrollo técnico, industrial y que, en definitiva, produce modernidad. Mientras que en épocas anteriores lo bello había prevalecido, ahora con la sociedad de masas será necesaria una lectura de las obras en base a otro tipo de interpretaciones estéticas. Aquí entran en juego, además de lo bello, otros conceptos como lo sublime, lo pintoresco, lo grotesco, lo kitsch o lo irónico.

Precisamente la idea de lo pintoresco es la que desarrollaba el flâneur de Boudelaire, un héroe cotidiano que deambulaba por las calles de París del siglo XIX en busca de lo que para él era lo auténtico, la esencia de la ciudad que poco a poco se iba pervirtiendo en pos de la razón y la estandarización moderna. Lo que le caracterizaba era la curiosidad, el deambular dejándose llevar únicamente por su interés momentáneo y lo que lo diferenciaba de la multitud era la forma de mirarla y disfrutarla. Este personaje entronca con los representantes del primer impresionismo, vanguardia que siempre se ha relacionado con la corriente situacionista.

A su vez, Walter Benjamin destacó de los surrealistas su interés por lo anticuado, por las primeras edificaciones de hierro, las fotografías antiguas o las fábricas abandonadas, aquellos lugares u objetos que habían nacido de la modernidad, pero que rápidamente se habían quedado pasados de moda. El deambular por estos lugares era para los surrealistas un acto revolucionario, siendo conscientes del envejecimiento acelerado de la modernidad y de la necesidad de un cambio de paradigma [3].

Seguramente la acción más relevante del movimiento situacionista fue la de deambular por la ciudad, ellos lo llamaron la deriva [4], concepto que bebe directamente de estas teorías decimonónicas y de vanguardia anteriormente comentadas.

Guy Debord recalcaba la omnipresencia del capital y de lo predecible en las calles de las ciudades, el urbanismo moderno como un acto de separación y de aislamiento de los individuos y de cómo se veía necesaria la ruptura de lo alienante para vivir experiencias y aventuras fortuitas [5]. Mientras que para muchos viandantes las calles suponían un mero lugar de tránsito, eran siempre el medio y no el fin, ellos experimentaban la urbe como un fin en sí mismo.

Un ejercicio a destacar fue el de Constant Nieuwenhuys, que planteó por medio de maquetas y dibujos una ciudad utópica llamada New Babylon, donde el espacio privado queda limitado para dar mucho más margen de desarrollo al espacio público, así podrían crearse infinidad de puntos de encuentro colectivos y dinámicos [6].

Sin embargo, lo que más va a influenciar a los escritores y artistas urbanos serán los denominados mapas psicogeográficos situacionistas, cartografías experimentales creadas a partir de estas derivas (o para futuras), que conectan ambientes urbanos vividos (o por vivir), hitos emocionales urbanos en definitiva [7] (Fig. 1).

Fig. 1. Guy Debord, Guide psychogéographique de Paris: discours sur les passions de l’amour: pentes psychogéographiques de la dérive et localisation d’unités d’ambiance, 1957. Disponible en https://search.creativecommons.org/photos/5cd0c163-b640-49c7-80e0-11cc9fb7c71a.

Desmaterializar la acción

Sin embargo, aquí la materia no era lo importante, es más, la obra ya no era necesaria para que existiera el arte. El colectivo de los situacionistas más puristas no trasladaban sus reflexiones en materia, se limitaban a desarrollar sus ideas político-estéticas sin que estas estuvieran contaminadas por la producción (y por tanto venta) de obras tangibles. Es por ello que esta corriente no puede decirse que existiera o se desarrollara en los ámbitos artísticos de vanguardia, sino que estuvo más cercana a la filosofía, la sociología, el urbanismo o la acción política [8].

Los situacionistas luchaban contra el Capitalismo, ya que este se basa en el materialismo y en lo tangible y deja poco espacio para la reflexión. Todo se acelera, todo se consume rápido y las obras que cuelgan en los museos se ven de un solo vistazo. Para ellos el arte como idea ahora es el arte como acción, transformando las sensaciones en el concepto en sí. En lugar de materia ahora hay energía, tiempo y movimiento.

Esta ruptura con la Academia llevada al extremo supone un necesario cambio en la forma de leer, analizar y estudiar este tipo de corrientes. Sin obra los esquemas de la Historia del Arte se caen y entran en juego otras disciplinas que serán necesarias como la sociología o el urbanismo.

Un ejemplo de acción urbana a este respecto es la llevada a cabo por la iniciativa Reclaim the Streets, que muestra resistencia contra la globalización y la presencia de los automóviles en las ciudades, abogando por espacios públicos comunales y disfrutables. Ya sea por iniciativa de la propia organización del colectivo o por individuos afines al mismo, se organizan por todo el mundo fiestas o actividades sociales ocupando la vía pública, sobre todo carreteras, autopistas, etc., para “liberar” el espacio urbano y abrirlo a los viandantes [9].

Por otro lado, la prevalencia del concepto frente a la materia exige de más atención y reflexión por parte del espectador. Por ejemplo, pese a no prescindir del todo de la materia, el arte urbano en muchas ocasiones utiliza lenguajes más propios de las instalaciones contemporáneas o de la performance, creando más sorpresa y desconcierto que el muralismo contemporáneo, ya que este continúa con la senda de medios y materias más familiares para los viandantes, son lo esperable.

En el caso de la escena del graffiti como manifestación propia de la vida urbana también existe una pérdida de la importancia de la materia, aquí cobra igual protagonismo el juego y la competición entre los escritores por ver quién “se hace ver” más en las calles. El tag o firma del escritor de graffiti es el testimonio de haber llegado allí, una muestra de la prevalencia del ego y del afán por descubrir y conquistar la ciudad.

El détournement como subversión de los lenguajes y medios propios del capitalismo globalizado

Otro concepto trasladado de las ideas situacionistas al arte urbano ha sido el de détournement (desvío), que consiste en tergiversar el significado o el mensaje de un objeto creado por el capitalismo, una suerte de reapropiación del significante [10]. Un ejemplo de ello fueron las películas realizadas por el propio Debord, donde por medio del montaje, descontextualizaba imágenes propias de la sociedad del espectáculo [11]. La publicidad que lo empieza a inundar todo, la imagen de músicos o actores que mueven masas e incluso los cortes de los desfiles de tropas mostraban la espectacularización de la sociedad del siglo XX [12]. Este uso está muy ligado a la desmaterialización y a la no existencia de arte situacionista que se comentaba anteriormente, ya que no existen obras situacionistas per se, sino medios como el cine o la publicidad que son manipulados o tergiversados en favor de la crítica mordaz.

Las contradicciones que se generan a raíz de estas intervenciones suelen otorgarles un cierto carácter cómico, además de reflejar frescura e incentivar la diversión del juego con el medio urbano [13]. Un ejemplo de ello fueron las acciones que el artista francés Eltono realizó entre 2002 y 2004 con los títulos de Servicio 24h y Pinto gratis respectivamente. En ellas, simulando la estética habitual de las pegatinas de cerrajeros y los carteles que ofrecen servicios de pintura y que se diseminan por las chapas de los establecimientos y las farolas de las calles, creó pegatinas y carteles propios en los que ofrecía sus servicios 24h referenciando su web o publicitando sus trabajos como pintor gratuito “sin avisar y sin pedir permiso” [14]. Esta es sin duda una forma sutil, elegante y poco invasiva de jugar en el espacio urbano, utilizando canales habituales de comunicación comercial (Fig. 2). Otra de sus intervenciones de 2002 fue la de Contenedores, donde pintó mediante plantilla más de 200 contenedores de escombros con un icono de un camión cargando su firma, haciendo alusión así a como mediante este soporte su firma iba a viajar por toda la ciudad.

Fig. 2. Eltono, Servicio 24h, 2002. Disponible en https://www.eltono.com/es/projects/servicio-24h/.

Además, en el ámbito del arte urbano actual destaca una corriente muy ligada al détournement situacionista, el denominado artivismo. La acción directa sobre las calles, siempre y cuando no sean obras permitidas o comisionadas, no deja de ser un acto político en sí mismo dada la ilegalidad de la acción. Esta connotación política, que puede estar velada o ser explícita, muestra una crítica directa hacía lo establecido del espacio, las políticas urbanísticas y la publicidad que ahoga las ciudades. Un ejemplo de ello es la obra del artista urbano Vermibus que, ataviado con un chaleco reflectante, toma las lonas de los OPIS publicitarios, las transforma plásticamente en su taller y vuelve a colocarlas en su lugar, todo ello documentado mediante material audiovisual. Con este tipo de intervenciones Vermibus consigue hacer una crítica social al mundo de la publicidad, de la moda, de la cosificación de los cuerpos o de la artificialidad de la sociedad en la que vivimos [15]. Además de esto, este mismo artista emprendió un proyecto internacional llamado NO-AD Day, en el que junto con un total de 62 colaboradores se retiraron hasta 300 carteles publicitarios de 20 ciudades de todo el mundo en 2014 [16]. La reivindicación sobre la sobrestimulación publicitaria que se vive en las calles estaba servida, dejando además imágenes potentes e inspiradoras de estas pantallas retroiluminadas libres de promesas sin cumplir que ahora resplandecían en las calles (Fig. 3).

Fig. 3. Vermibus, Unveiling beauty y NO-AD Project. Disponible en https://vermibus.com/.

Otro de los artistas urbanos que más desarrollo ha tenido en relación a esta práctica ha sido el conocido como DosJotas, realizando críticas políticas y sociales muy enraizadas en los barrios y ciudades, destacando especialmente su acción en la capital madrileña. Ejemplos de ello son sus obras Garbage (2020) (Fig. 4), Zona Vigilada (2020), Área de juegos turísticos (2017) o Madrid stresse (2015), por citar una pequeñísima parte de su producción urbana [17].

Fig. 4. DosJotas, Garbage, 2020.

Del activismo político situacionista a las nuevas poéticas urbanas

Los situacionistas buscaban el combatir contra el sistema capitalista y la ideología contemporánea, siendo la ciudad su espacio y medio de expresión y acción política. Luchaban contra el París de Haussmann, que había impuesto un urbanismo que priorizaba la facilidad de desplazamientos de tropas y vehículos [18].

Sin embargo, pese a la vitalidad del carácter revolucionario y de la juventud de sus adeptos, relacionado también con la filosofía marxista [19], estas ideas llevan inmerso un cierto carácter pesimista, recordando a la reflexión que Walter Benjamin realizó en su Tesis sobre la filosofía de la historia sobre la obra de Paul Klee Angelus Novus:

En ese cuadro se representa a un ángel que parece a punto de alejarse de algo a lo que está mirando fijamente. (…) Este aspecto tendrá el Ángel de la Historia. Él ha vuelto el rostro hacia el pasado. (…) Pero, soplando desde el Paraíso, la tempestad se enreda entre sus alas, y es tan fuerte que el ángel no puede cerrarlas. La tempestad lo empuja, inconteniblemente, hacia el futuro, al cual vuelve la espalda, mientras el cúmulo de ruinas ante él va creciendo hasta el cielo. Lo que llamamos progreso es justamente esta tempestad [20].

Es posible que, debido a esta misma tempestad que llevaba al Ángel de la Historia al progreso, las evidentes connotaciones políticas con las que nació la corriente situacionista fueran perdiendo protagonismo y haciéndose más débiles. No todo eran proclamas políticas y contundentes pancartas reivindicativas, los situacionistas también empleaban la poesía urbana (como en una poesía sin poema), otorgándole al activismo un carácter más amable y lírico [21].

Esta proyección y reflexión desde la estética, antes que desde la reivindicación política, ha sido la que más influenciará en las derivas urbanas del siglo XXI. La más evidente tras comentar estas poesías urbanas situacionistas será la de la continuación de pintadas callejeras en forma de versos, que invitan a la reflexión del viandante. Ejemplos de ello son la conocida Acción Poética, iniciada por el poeta Armando Alanis Pulido en México pero extendida gracias a participantes y colaboradores por todo el mundo o el vizcaino Batania (Alberto Basterretxea Martínez) con su alter ego callejero Neorrabioso [22], este último centrándose sobre todo en escribir frases y poemas reflexivos que no tienen por qué tener crítica política, sobre contenedores de basura móviles.

Por otro lado, otros escritores y artistas en la calle han seguido dando un mayor protagonismo a la acción y la reflexión y no tanto al activismo político. Un ejemplo de ello es Francis Alÿs, que, tras abandonar su profesión de arquitecto, crea obras performativas o audiovisuales que hablan de las tensiones que se dan en la ciudad, en este caso a mitad de camino, combinando crítica política con poética espacial urbana [23]. Tal y como apunta Alberto Santamaría sobre su obra, “frente a las parcelas políticas y emancipatorias —que en ocasiones son el punto de partida de su obra— opta por la poetización de un espacio, a la espera de que sea el propio espacio el que haga visible «lo que sea»” [24]. Esto mismo queda patente en su obra The Green Line (2004), para la que Alÿs caminó por las calles de Jerusalén creando una línea de pintura verde por la denominada Línea Verde que dibujó sobre un mapa el Ministro de Defensa de Israel para delimitar las posiciones de sus fuerzas armadas durante el alto al fuego de 1948 [25].

Algo parecido, pero esta vez con un pequeño carro lleno de pintura blanca que era arrastrado por las calles de Montrouge (Francia), fue lo que realizaron David Renault y Mathieu Tremblin, conocidos como Les Frères Ripoulain en 2011 y bajo el título Camion. En este caso no parece existir una reivindicación política explícita, sino una forma de dejar testimonio de un recorrido urbano [26].

Pues bien, esta misma lectura se puede trasladar a muchas de las manifestaciones urbanas actuales, de las que no puede decirse que se trate tanto de activismo político como de medios para la reflexión libre del individuo. Pese a esto, y como ya se mencionaba con anterioridad, el simple hecho de intervenir en las calles de manera ilegal o adentrarse en propiedades privadas sin permiso seguirá llevando consigo una connotación política de la que resulta difícil desprenderse.

La deriva en la actualidad y la exploración del tercer paisaje

Mención aparte merece la influencia de la deriva situacionista en las manifestaciones urbanas presentes, ya que es la que más importancia ha obtenido con el transcurso del tiempo y de la que más ejemplos se encuentran en las calles. Pero, para que estas intervenciones y obras resulten especialmente valiosas y muevan a la reflexión de los ciudadanos, deben estar enraizadas en la propia urbe, en aquellas calles en las que los viandantes transitan día a día y sienten sus pulsiones, bondades, contrariedades y hastíos. Partir de lo particular (lo que se conoce de primera mano), a lo general (la reflexión que alcanzará), es la forma más eficaz de llegar al ciudadano, la mejor manera de captar su atención.

Las derivas situacionistas poseen paralelismos con la escena del graffiti, ambas son corrientes puramente de juventud, que no parten de referentes artísticos previos y donde su principal leit motiv es la diversión, el juego y la exploración urbana. Es fácil intuir que los pioneros del graffiti, aquellos niños de los suburbios de Nueva York, poco sabrían de los escritos de Guy Debord, pero la historia parece repetirse y la necesidad de explorar la bulliciosa ciudad con los ojos de la juventud siempre será una constante evasión.

Especialmente interesantes y prolíficos son los ejemplos de derivas en el arte urbano actual, pudiendo considerarse incluso una corriente dentro del mismo. Al más puro estilo situacionista, aunque alejada de las connotaciones políticas más estridentes de estos, se encuentra la artista barcelonesa Clara Nubiola. Su trabajo de La guía de las rutas inciertas, que recoge en un libro con el mismo título y también desarrolla en una aplicación móvil, crea rutas sin destino ni planificación y alejadas de los tópicos turísticos para redescubrir la ciudad, sus periferias y “reivindicar la sorpresa desde lo cotidiano. […] Viajar no significa irse lejos. Viajar es simplemente mirar” [27]. Los hitos que se va encontrando en el camino, el urbanismo, el mobiliario urbano o los letreros de los establecimientos por los que pasa, los recoge en forma de ilustraciones y anotaciones en libretas, creando una suerte de mapa sinóptico del viaje (Fig. 5).

Fig. 5. Clara Nubio, De llegir una plaça, 2020. Disponible en https://claranubiola.com/LEER-UNA-PLAZA

Eltono ha sido otro de los artistas especialmente abundantes en este tipo de experiencias, ya sea desde la propia observación individual o desde la colectividad, llegando a trasladar estas ideas mediante obras que han saltado al circuito de las galerías de arte. Su pasado en la escena del graffiti madrileño le precede y evidencia su interés y buen gusto a la hora de escoger las localizaciones de sus conocidos iconos. La búsqueda de lugares visibles pero que resulten sorpresivos, delicados y poco invasivos hace que el deambular por las calles haya sido una necesidad sine qua non a lo largo de toda su carrera [28].

Sin embargo, esta deriva se hace más patente en proyectos como el realizado para su exposición individual Anomalías en Valencia (galería SET Espai d’Art, 15 de septiembre  – 11 de noviembre de 2017). Para ella, dibujó sobre el mapa de Valencia seis recorridos lo más circulares posibles que le permitían las calles, tras esto, creó esculturas con estas formas y recorrió sus caminos (que variaban de 1 hasta 6 km) haciéndolas rodar por la vía urbana. Estas piezas fueron parte de la exposición junto a pequeñas piedras que se encontraba en los alrededores de la galería y que pintaba y hacía llegar hasta ella empujándolas por la calle con el pie y a dibujos que realizó durante doce trayectos de autobús de los que desconocía su destino [29]. Otras de sus obras basadas en derivas fue el Proyecto RUFO (2014), en el que arrastró un total de once pinturas por las calles de Moscow [30] y que fueron sus testimonios objetuales de estas derivas urbanas.

Por otro lado, este paso del activismo a la poética y al discurso estético seguramente ha sido el germen de la inclusión de los creadores urbanos en el establishment artístico. Lo que en un inicio resultaba más llamativo y disfrutable, la deriva y la experiencia individual que nunca ha desaparecido de la escena del graffiti, para los artistas urbanos se ha transmutado en materializar esas sensaciones en algo tangible. Al principio el foco estaba en dialogar con el espacio, crear sinergias y compartir la experiencia con los viandantes, pero esta inclinación hacia el materialismo puede desequilibrar ­demasiado la balanza, a riesgo de darle al producto más importancia que a la reflexión y llega a un límite en el que “el arte contemporáneo, cuando está fuera de sí, lo está para el círculo del arte, pero no para la sociedad” [31].

Sin embargo, mientras que para el flâneur y el situacionista el medio urbano era su único escenario, en el caso de los escritores de graffiti y los artistas urbanos, los resquicios y la naturaleza que convive y sobrevive en la gran ciudad suelen estar constituidos, también, por espacios interesantes preparados para descubrir y conquistar. El término de Tercer paisaje fue acuñado por el agrónomo francés Giles Clément en su Manifiesto del Tercer paisaje publicado en 2004 [32]. En él bautiza de esta forma a estos espacios donde se desarrolla la diversidad biológica que lucha por sobrevivir a las imposiciones urbanísticas. Suelen ser lugares aislados y denostados que, bien por imposibilidad o bien por abandono, no han sido explotados y conquistados por la urbe y donde la vida vegetal y animal ocupa su lugar.

Antes del manifiesto de Clément otros estudiosos habían disertado sobre estos lugares abandonados o transitorios, Rem Koolhaas con su junkspace (espacio basura) o Denis Wood denominándolos como shadowed spaces (espacios en sombra) incluyendo en éstos su carácter oculto y alejado de los “ojos normativos” [33]. Entre ellos cabe destacar al antropólogo Marc Augé, que reflexiona sobre aquellos espacios de tránsito estereotipados e impotentes a la hora de invitar a las relaciones interpersonales; los sujetos son anónimos y uniformes. Los denominados por Augé como no lugares pueden ser aeropuertos o centros comerciales (y cada vez más las calles de las urbes o incluso la red [34]), espacios destinados a fines concretos en los que la relación que los individuos tienen con los mismos y con otras personas son predecibles y no se suelen salir de los estándares o las normas fijadas, estas se imponen silenciosas pero contundentes [35].

En el caso de la escena del graffiti, estos lugares alejados de las bulliciosas y concurridas calles, edificios abandonados, cunetas de autopistas o zonas inferiores de puentes y pasos de nivel, permiten la acción sin el miedo a ser vistos, dando lugar a piezas más elaboradas y en estilo. También resulta especialmente estimulante descubrir túneles o lugares de difícil acceso y documentar fotográficamente o mediante video el proceso hasta llegar a ellos. Esto es más propio de movimientos como el buildering, los cataphines o la urban exploration, un ejemplo de ello es el caso del colectivo Les Forces du Desorde, que suben el material de su proceso a la web en su perfil de Instagram [36]. En la escena del graffiti es también muy habitual encontrar estos testimonios documentales, en un inicio fueron los fanzines de corta tirada y poco accesibles, pero en la actualidad se almacenan y exhiben en cuentas de Instagram, webs y videos en Youtube, tal y como también hace el conocidísimo grupo 1Up (OneUnitedPower) [37] (Fig. 6).

Fig. 6. 1UP. Disponible en https://www.flickr.com/photos/kami68k/20597850166

En el ámbito del arte urbano se pueden destacar muchos ejemplos en los que la exploración del Tercer paisaje cobra un cáliz más reflexivo y poético. En el caso de Mathieu Tremblin (Les Frères Ripoulain) reflexiona sobre los conocidos como desire paths [38], caminos alternativos que se salen de los trazados impuestos, visibles por ejemplo en los parques, donde deja de crecer la hierba por ser pisada con asiduidad por los viandantes. En su intervención junto a Cynthia Montier Pavilion “Rue Champollion” (2020) coloca faroles que alumbran por la noche estos atajos entre las casas de una zona residencial de Sélestat (Francia) [39] (Fig. 7).

Fig. 7. Cynthia Montier y Mathieu Tremblin, Pavilion “Rue Champollion”, 2020. Disponible en http://www.demodetouslesjours.eu/

En la obra de LUCE se pueden hallar intervenciones que juegan con el descubrimiento del Tercer paisaje y la vinculación y las historias vividas en ellos en su infancia. El apego y la intención de guardarlos para siempre, hace que intervenga de manera sutil y poética, ensalzando lugares olvidados y dotándolos de guiños y sorpresas que el curioso caminante encontrará. Un ejemplo de ello es su intervención en Torre Naranja, donde perfora la chapa de esta estructura dejando pasar la luz y formando palabras y frases como “cobijo del temporero” o “naranja mancha mis dedos”. En Hasta donde llego yo, LUCE escoge un edificio abandonado cercano a la autovía a la llegada a Valencia (las torres del Marjal de El Puig), concretamente la fachada que da a un bosque y descartando la que se dirige a los apartamentos que se encuentra repleta de grafitis por ser la más visible. En la fachada de tres de sus plantas realiza un agujero por el que introduce su brazo y, a ciegas, pinta con un rodillo una forma circular hasta lo que le alcanza el brazo (Fig. 8). Tal y como expresa Chema Segovia esta obra cuenta con una especial “agudeza a la hora de hacerse presente en un lugar de una manera tan rotunda como sensible, que no distorsiona el contexto, sino que dialoga con él, añadiendo sobre las anteriores una historia que contar” [40].

Fig. 8. LUCE, Hasta donde llego yo, 2019. Disponible en https://luceabc.tumblr.com/

El espacio urbano imaginario y virtual en la primavera del 2020

Con motivo de la pandemia mundial del COVID-19 y tras ser decretado el estado de alarma en España el 14 de marzo de 2.020, durante la primavera de ese mismo año la población española se vio obligada a confinarse en sus casas para paliar la profunda crisis sanitaria del país. Las calles de las ciudades se vaciaban, el silencio imperaba y los contactos sociales y afectivos se limitaban a las posibilidades virtuales.

Si bien las calles ya eran meros lugares de paso, poco abiertos a los encuentros y reuniones, con cada vez menos parques y bancos donde conversar y pararse a mirar, ahora se convertían en espacios vetados y grises. El desarrollo de los medios digitales y las redes sociales ha acompañado siempre a la forma de acceder al graffiti y al arte urbano, trasladando cada vez más su contemplación de la calle a las pantallas.

No hay que olvidar que esta prevalencia de lo virtual frente a lo físico y tangible ha desvirtuado en ocasiones los discursos y pilares sobre los que se sustenta el arte urbano, olvidando su vinculación con el entorno y el medio. Sin embargo, lo que a priori parecía un hándicap, en época de confinamiento estos medios han sido la única forma de acceso a las obras. Durante aquellos meses los límites del Tercer paisaje se expandieron, precisando de nuevo de intérpretes y exploradores que nos acercaran las calles que hasta hace poco transitábamos.

En este contexto, en el que únicamente se permitían los desplazamientos más esenciales, el artista urbano E1000, conocido por dejar su impronta en forma de color en las rejas y mobiliario urbano aprovechando y jugando con sus formas, realizó una serie de directos en Instagram donde deambulaba y exploraba las calles guiado por lo que le sugerían los propios espectadores. La propia ilegalidad que suponía esto en aquel momento deja patente la reflexión y la crítica política, además de continuar con el discurso y la experimentación de las derivas, ahora más que nunca prohibidas.

Otro ejemplo lo volvemos a encontrar en la obra de Eltono que, durante la relajación de las medidas frente a la crisis del COVID-19 en Francia, llevó a cabo el proyecto titulado 1KM. En el país estaban permitidos en aquel momento los desplazamientos de máximo una hora y en un radio de 1 km en torno al domicilio, por lo que el artista proyectó un círculo con estas características en un mapa y recorrió todas las rutas posibles marcando con una línea de tiza blanca el suelo al llegar al límite que no podía sobrepasar. Todo ello lo fue documentando gráfica y fotográficamente, ofreciendo dicho material en su web [41] (Fig. 9).

Fig. 9. Eltono, 1KM, 2020. Disponible en https://www.eltono.com/es/1km/

Finalmente, cabe destacar la interesante obra del artista urbano malagueño Dreucol que durante el confinamiento sorprendió a los lectores del periódico local La Opinión de Málaga. El 19 de abril Roberto Dávila publicó en el suplemento Cultura y Sociedad un artículo titulado “Dreucol se ‘salta’ la cuarentena”, donde relataba la realización de una obra/instalación del artista en las calles de Málaga describiéndola de la siguiente forma: “Por el momento no se conoce su ubicación exacta […] no solo se habla de unas dimensiones superiores a las habituales […] Nos han llegado testimonios muy dispares, incluso, de personas que han tenido que huir despavoridas; algunas hablan hasta de desmayos”. El periodista continúa el artículo entrevistando al artista, que señala su pretensión de hacer lo opuesto a lo esperado, emplear un amplio espacio público para crear un lugar antisocial. Describe la instalación y afirma que ha incluido “afiladas hojas de cuchillos antiguos apuntando al cielo, un huerto de plantas carnívoras y venenosas, y varias serpientes hambrientas”. El desenlace y la reflexión llegan en las últimas líneas donde Dreucol afirma que “el mensaje es el propio proyecto. Cuando todos podamos salir a la calle ya no existirá, de hecho el proyecto existe mientras los lectores estén leyendo estas palabras, o mientras la gente hable o sepa de él” (Fig. 10). Con esto, Dreucol juega en los primeros párrafos del artículo con la imposibilidad de los lectores de comprobar si realmente sus palabras son ciertas, les hace imaginarse en ese espacio imposible para, posteriormente, revelar la verdad y llevar a la reflexión.

Fig. 10. DREUCOL, Dreucol se “salta” la cuarentena, 2020. Disponible en https://www.laopiniondemalaga.es/cultura-espectaculos/2020/04/19/dreucol-salta-cuarentena-27574432.html

Estos ejemplos dejan patente que circunstancias como las vividas en la primavera del 2.020 han podido despertar la creatividad de los artistas y que, pese al reto que esto suponía para ellos, todavía se pudo seguir disfrutando de obras urbanas desde el espacio virtual.

Conclusiones

Resulta innegable que la corriente situacionista posee una gran cantidad de paralelismos con las acciones y obras que se han realizado y realizan en las calles. Ya sea consciente o inconscientemente, algunas de sus teorías y reflexiones han calado en la sociedad y han impregnado la forma en la que los escritores de grafiti y los artistas urbanos dialogan atemporalmente con la ciudad.

La acción de caminar en sí misma, en un tiempo en el que los trayectos diarios sirven a la monotonía y a la obligación, resulta cada vez más un acto de rebeldía y de disfrute del que en ocasiones, ya sea por el diseño de las ciudades o por circunstancias catastróficas, se nos dificulta o priva.

La forma en la que se accede al arte urbano ha cambiado, sumando una mayor prevalencia de las pantallas, visitas virtuales, frente a las vistas de obras en las calles, perdiéndose de esta forma parte de la frescura y la sorpresa que este tipo de ­intervenciones producen. También su incursión en los circuitos del arte, la asimilación de la subcultura, la expansión de los incorrectamente llamados museos de arte urbano y la abrumadora omnipresencia de los festivales o los numerosos murales contemporáneos comisionados, ha hecho que la sensación imperante sea la de un declive o una agonía del arte urbano. El Ángel de la Historia de Klee ha sido arrastrado por la tormenta.

Parecía, por tanto, que esta corriente podría morir de éxito en aras de una nueva generación de artistas que habían comenzado en las calles y que de un momento a otro se había refugiado indoor, prefiriendo la autopromoción y la viralización de sus obras en la red. Sin embargo, esto quizás es solo la superficie, y la realidad es que asistimos a una criba natural de la escena, que ha resultado estar magnificada, especialmente saturada y explotada en su tránsito al reconocimiento.

Las obras e intervenciones que han servido como ejemplo en estas líneas perfilan un panorama urbano que sigue siendo interesante, que es consciente y continúa la estela de sus referentes histórico-estéticos y que, en ocasiones, llega a ser profundamente reflexivo y poético. Pese a estar en minoría, todavía quedan artistas resistentes.

Referencias

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[1] Charles Baudelaire, “A Arsène Houssaye,” en El spleen de París (Madrid: Ediciones elaleph, 1999), 4.

[2] Gilles Ivain, “Formulario para el nuevo urbanismo,” en Internacional situacionista, vol. 1 (Madrid: Literatura Gris, 1999), 19-21.

[3] Michael Löwy, “Walter Benjamin y el surrealismo: historia de un encantamiento revolucionario,” Acta Poética, Vol. 28, Nº 1-2 (2007), 73-92; Marisa García Vergara, “Paris n’existe pas,” La cultura y la ciudad, eds. Juan Calatrava, Francisco A. García Pérez y David Arredondo Garrido (Granada: Editorial Universidad de Granada, 2015). 345-351.

[4] Paula Fleisner y Guadalupe Lucero, El situacionismo y sus derivas actuales (Buenos Aires: Prometeo, 2014), 33-34.

[5] Gud Debord. La sociedad del espectáculo (Madrid: Pre-textos, 2005), 110-115.

[6] Nieuwenhuys, “Another City for Another Life (1959),” en Constant. New Babylon, (Madrid:Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, 2017), 162-193.

[7] Javier Abarca, investigador especializado en graffiti y arte urbano, ha estudiado la relación e influencia de los situacionistas sobre estas corrientes y ha transmitido dichos conocimientos en diferentes cursos y seminarios (más información en: https://urbanario.es/).

[8] Fleisner y Lucero, El situacionismo y sus derivas actuales, 33-34.

[9] Para ampliar información consultar: Julia Ramírez Blanco, “Reclaim the Streets! From local to global party protest,” Revista de Estudios Globales y Arte Contemporáneo, Vol. 1, Núm. 1, (2013),171-180 y André Carmo, “Reclaim the streets, the protestival and the creative transformation of the city,” Finisterra, XLVII, 94, (2012), 103-118.

[10] VV.AA., “Definiciones,” Inernacional Situacionista vol. 1: La realización del arte (Madrid: Literatura Gris, Madrid, 1999), 17-18.

[11] Natalia Taccetta, “Guy Debord y Walter Benjamin: del anti-espectáculo a la deriva de la historia,” El situacionismo y sus derivas actuales: Acerca de las relaciones entre arte y política en la estética contemporánea (Buenos Aires: Prometeo Libros, 2015), 109-114.

[12] Guy Debord, La sociedad del espectáculo, 110-115; Walter Benjamin, “La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica,” en Discursos Interrumpidos I (Buenos Aires: Taurus, 1989), consultado el 23 de mayo de 2021, https://www.ucm.es/data/cont/docs/241-2015-06-06-Textos%20Pardo_Benjamin_La%20obra%20de%20arte.pdf.

[13] Guy Debord, G. J. Wolman, “Métodos de tergiversación,” Les Levres Nues, #8 (1956): consultado el 23 de mayo de 2021, http://serbal.pntic.mec.es/~cmunoz11/debord.html.

[14] Javier Abarca, “Eltono,” consultado el 23 de mayo de 2021, https://urbanario.es/articulo/eltono/; Eltono, “Servicio 24h,” consultado el 23 de mayo de 2021, https://www.eltono.com/es/projects/servicio-24h/; Eltono, “Pinto Gratis,” consultado el 23 de mayo de 2021, https://www.eltono.com/es/projects/pinto-gratis/.

[15] Elena García Gayo, “Conservación de Arte Urbano. Vermibus, de la calle al estudio y a la galería,” 19 Jornada de Conservación de Arte Contemporáneo (Madrid: Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía 2018), 277-286.

[16] Redacción ReasonWhy, “NO-AD Day, la iniciativa que va en contra del exceso de publicidad,” ReasonWhy, 11 de marzo de 2013, consultado el 25 de mayo de 2021, https://www.reasonwhy.es/actualidad/diseno/un-diseno-para-dos-identidades-2015-03-11; Vermibus, “Proyecto NO-AD”, consultado el 23 de mayo de 2021, https://vermibus.com/no-ad-project/.

[17] DosJotas, “Home”, consultado el 23 de mayo de 2021, http://www.dosjotas.org/.

[18] Guy Debord, “Introducción a una crítica de la geografía urbana,” Les lévres nues, #6 (1955), traducido por Lurdes Martínez en A Parte Rei: revista de filosofía, nº 11 (2000), consultado el 23 de mayo de 2021, https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3887677.

[19] Pablo Pachilla, “Guy Debord y la ciudad: deriva y psicogeografía,” en El situacionismo y sus derivas actuales: Acerca de las relaciones entre arte y política en la estética contemporánea, (Buenos Aires: Prometeo Libros 2015), 33-50.

[20] Walter Benjamin, Obra completa. Libro I/ Vol. 2 Sobre el concepto de Historia, (Madrid: Abada, 2008), 310

[21] Fernando Figueroa Saavedra, “Lirismo callejero para paladares de asfalto: Neorrabioso entre las fieras,” Tropelías. Revista de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada, no. 26 (2016), 83.

[22] Fernando Figueroa Saavedra, “Lirismo callejero para paladares de asfalto: Neorrabioso entre las fieras”. Documentación gráfica disponible en: @neorrabioso, consultado el 23 de mayo de 2021, https://www.instagram.com/neorrabioso/.

[23] TATE, “Francis Alÿs,” consultado el 23 de mayo de 2021, https://www.tate.org.uk/art/artists/francis-alys-4427.

[24] Alberto Santamaría, Alta cultura descafeinada: Situacionismo low cost y otras escenas del arte en el cambio de siglo (Madrid: Siglo XXI editores, 2019), 142.

[25] Edward Platt, “Telling stories with a life of their own: Francis Alÿs,” consultado el 24 de mayo de 2021, https://www.tate.org.uk/tate-etc/issue-19-summer-2010/telling-stories-life-their-own; Francisco Javier Méndez Landa, “Atacar la frontera: la poesía como política en la obra de Francis Alÿs,” en IV Congreso Internacional Estética y Política: Poéticas del desacuerdo para una democracia plural, 16 y 17 de octubre, (Valencia: Editorial Universitat Politècnica de València, 2019), 105-110, consultado el 24 de mayo de mayo de 2021, https://riunet.upv.es/handle/10251/131880.

[26] David Renault y Mathieu Tremblin, “Home,” consultado el 30 de mayo de 2021, http://www.lesfreresripoulain.eu/.

[27] Clara Nubiola, “La guía de las rutas inciertas,” consultado el 30 de mayo de 2021, https://www.claranubiola.com/LA-GUIA-DE-LAS-RUTAS-INCIERTAS.

[28] VdeVictoria, “Conversaciones con #37…, Eltono,” Podcast Conversaciones con … VdeVictoria, consultado el 15 de mayo de 2021, https://open.spotify.com/show/1GlidndfSrZ0Gks9p7f3WR.

[29] Eltono, “Anomalías,” consultado el 28 de mayo de 2021, https://www.eltono.com/es/exhibitions/solo/anomalias/.

[30] Eltono, “Proyecto RUFO,” consultado el 28 de mayo de 2021, https://www.eltono.com/es/projects/rufo-project-moscow/.

[31] Silvia Schwarzböck, “Prólogo: La no vanguardia,” en El situacionismo y sus derivas actuales: Acerca de las relaciones entre arte y política en la estética contemporánea (Buenos Aires: Prometeo Libros, 2015), 17.

[32] Gilles Clément, Manifiesto del Tercer paisaje, (Barcelona: Editorial Gustavo Gili, SL, 2007).

[33] Para ampliar información consultar el siguiente artículo: Javier Pérez Igualada, “Los nombres de los lugares sin nombre,” A: “ACE: Architecture, City and Environment”, octubre de 2018, vol. 13, núm. 38, 129-150.

[34] Carles Geli, “Marc Augé: “Con la tecnología llevamos ya el ‘no lugar’ encima, con nosotros”,” El País, 31 de enero de 2019, consultado el 28 de mayo de 2021, https://elpais.com/cultura/2019/01/31/actualidad/1548961654_584973.html.

[35] Marc Augé, Los no lugares. Espacios del anonimato. Una antropología de la modernidad, (Barcelona: Editorial Gedisa, 2008).

[36] @les_forces_du_desordre, consultado el 29 de mayo de 2021, https://www.instagram.com/les_forces_du_desordre_/?hl=es.

[37] @1UP_crew_official, consultado el 28 de mayo de 2021, https://www.instagram.com/1up_crew_official/?hl=es.

[38] Para ampliar información consultar el artículo: Ellie Violet Bramley, “Desire paths: the illicit trails that defy the urban planners,” The Guardian, 5 de octubre de 2018, consultado el 28 de mayo de 2021, https://www.theguardian.com/cities/2018/oct/05/desire-paths-the-illicit-trails-that-defy-the-urban-planners.

[39] Mathieu Tremblin, “Selection”, consultado el 29 de mayo de 2021, http://www.demodetouslesjours.eu/.

[40] Lucas Oliete, Sean Hussey y Chema Segovia, Hasta donde llego yo, (Valencia: Handshake, 2019).

[41] Eltono, “1KM”, consultado el 31 de mayo de 2021, https://www.eltono.com/es/1km/.