Vista general del Cementerio de Saldungaray. Recuperada de https://www.c5n.com/sociedad/la-brutal-obra-francisco-salamone-el-arquitecto-que-dejo-su-huella-la-pampa-bonaerense-n105823.

Arquitectura y muerte: dinámicas espaciales en el cementerio de Saldungaray, Provincia de Buenos Aires, Argentina

Arquitectura y muerte: dinámicas espaciales en el cementerio de Saldungaray, Provincia de Buenos Aires…

Architecture and Death: Spatial Dynamics in the Cemetery of Saldungaray, Province of Buenos Aires, Argentina

Silvia Carlini Comerci

Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Buenos Aires, Argentina

laurasilvia13@gmail.com

0009-0000-3082-7226

Bárbara Martínez

Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Buenos Aires, Argentina

barbarabmartinez@yahoo.com.ar

0000-0002-6822-9608

Recibido: 14/03/2023 | Aceptado: 07/08/2023

Silvia Carlini Comerci / Bárbara Martínez

Resumen

Palabras clave

En la década de 1930 en la Argentina (especialmente en la Provincia de Buenos Aires) se desarrollaron numerosos trabajos de modernización de la obra pública. En este contexto, Francisco Salamone proyecta y ejecuta diversos edificios, como municipios, portales de cementerios, mataderos y plazas. Entre ellos se encuentra el portal del cementerio de Saldungaray, partido de Tornquist, en que se centra esta indagación. La investigación presenta y explora cómo la trayectoria histórica establece dinámicas distintivas en el cementerio, en las que pobladores y el municipio se ven implicados, y que se plasman en las vinculaciones con la arquitectura, el turismo, el ocio y la sobrepoblación de cuerpos.

Arquitectura

Cementerio

Muerte

Uso cotidiano

Etnografía

Dinámicas espaciales

Abstract

Keywords

During the 1930s in Argentina (especially in the Province of Buenos Aires) numerous modernization projects were developed by the State. In this context, Francisco Salamone designed and constructed several buildings, including municipalities, cemetery gates, slaughterhouses and squares. The Saldungaray cemetery is one of them, located in the district of Tornquist, which is the focus of this inquiry. This study presents and explores the way in which the historical trajectory establishes distinctive dynamics within the cemetery. These trajectories involve both residents and the municipality, which are embodied in the architecture, tourism, leisure, and the overpopulation of bodies.

Architecture

Cemetery

Death

Daily use

Ethnography

Spatial dynamics

Cómo citar este trabajo / How to cite this paper:

Carlini Comerci, Silvia, y Bárbara Martínez. “Arquitectura y muerte: dinámicas espaciales en el cementerio de Saldungaray, Provincia de Buenos Aires, Argentina.” En “Lugares para la muerte. Escenarios, prácticas y objetos urbanos en el siglo XX,” editado por David Dal Castello y Matías Ruiz Diaz, dossier monográfico, Atrio. Revista de Historia del Arte, no. 29 (2023): 472-488. https://doi.org/10.46661/atrio.8129.

© 2023 Silvia Carlini Comerci y Bárbara Martínez. Este es un artículo de acceso abierto distribuido bajo los términos de la licencia Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike 4.0. International License (CC BY-NC-SA 4.0).

Introducción

La inauguración en el año 1938 del portal del cementerio de Saldungaray formó parte de un proyecto productivo a gran escala de una serie de edificios monumentales encargados al ingeniero Francisco Salamone, mediante los que la gobernación de la Provincia de Buenos Aires, República Argentina, procuró implementar la imagen de un estado vigoroso, con fuerte impronta “civilizadora”. Casi un siglo más tarde, el cementerio conforma un ejemplo concreto y representativo sobre la trayectoria histórica de las prácticas sociales vinculadas con la muerte, y las dinámicas emergentes.

A partir del caso presentado, este trabajo examina cómo la trayectoria histórica y el devenir de nuevos usos sociales imprime dinámicas distintivas en el cementerio, impulsando problemáticas en las que pobladores y el municipio se ven implicados.

Los cementerios conforman ejes centrales para investigar los sentidos sociales construidos en torno al deceso. Las necrópolis sustentan la estructura de poder, los símbolos y la continuidad social. Las tumbas y mausoleos colocan a los muertos en un tiempo actual y en un territorio ordenado, ayudando simbólicamente a mantener las identidades individuales y a afirmar su existencia social mediante la memoria*[1]. A su vez, se articulan con los procesos de urbanización, reflejando no sólo las actitudes hacia la muerte, el arte, la arquitectura, la naturaleza y la sociedad, sino también las prácticas conexas (v. gr. comerciales) y la gestión del territorio urbano. Pero estos procesos se hallan condicionados a trayectorias históricas locales. Así, se ha señalado que, en Estados Unidos, la propiedad privada y la actividad comercial impulsaron el rol del cementerio como institución cultural. Sin embargo, en paralelo, fomentaron su declive como lugar sagrado comunitario referente de la historia local e individual, lo que culminó por reforzar la diferenciación social, aunque la retórica democrática de sus fundadores proclamara la igualdad[2]. Los cementerios también son lugares de conmemoración, que exponen los modos en que significamos el status social[3], el luto y el recuerdo[4]. En las últimas décadas se han identificado cambios en su uso, que los sitúan como sitios de esparcimiento[5] y de diversidad social[6]. En esta línea, también pueden considerarse áreas en las cuales se reproducen imaginarios sociales mediante nociones de pertenencia vinculadas con los procesos de construcción social del espacio[7].

Esta indagación se desarrolla en Saldungaray, partido de Tornquist, provincia de Buenos Aires, Argentina. La perspectiva metodológica contempla una etnografía realizada entre agosto de 2022 y febrero de 2023, en la que la co-residencia y las entrevistas abiertas de encuentros múltiples han ocupado un lugar privilegiado. La elección de nuestros interlocutores se basó en los vínculos que éstos poseen con el cementerio en virtud de su labor cotidiana o de la utilización que hacen de él. Durante los meses de agosto, septiembre y octubre se realizaron sesiones de observación participante dentro del cementerio de Saldungaray en la franja horaria de 9hs a 14hs. En estas instancias grupales de diálogo, pusimos especial interés en lo manifestado por los trabajadores del lugar. Paralelamente, en este lapso de tiempo hemos participado de asambleas desarrolladas en el Concejo Deliberante local[8], conformadas por concejales, miembros de la comunidad y agentes políticos. Posteriormente, durante los meses de noviembre, diciembre y enero mantuvimos entrevistas individuales con el personal administrativo del cementerio y con vecinos de la localidad. Por último, en el mes de febrero complementamos la indagación con el análisis de fuentes documentales, y con la utilización de las herramientas brindadas por la netnografía, es decir, la etnografía efectuada a través de medios digitales[9]. El enfoque antropológico fue escogido a partir de las posibilidades analíticas in situ que brinda, ya que permite no sólo indagar en las formas en que las personas se apropian de los espacios a nivel individual, sino que facilita analizar cómo este proceso se resuelve en dinámicas sociales.

El trabajo se estructura en cinco secciones. En la primera examinamos cómo se organiza la trayectoria histórica del cementerio en el contexto político económico internacional, nacional y local. En la segunda describimos el cementerio y su obra arquitectónica central, es decir, el portal, prestando atención a las taxonomías nativas sobre su sectorización, y a las limitaciones del espacio. En la tercera y la cuarta ahondamos en el horizonte histórico nacional y local, focalizando en dos tipos de entierros que condicionan una posible reutilización: los primeros pobladores y los cuerpos NN. Finalmente, la quinta estudia los nuevos usos sociales vinculados con el turismo y el ocio.

Trayectoria histórica

En el año 1929, la caída de la Bolsa en Nueva York generó en los países industrializados una compleja y duradera disminución de la actividad económica con la falta de empleo como una de sus consecuencias más notorias. En la Argentina esto conllevó a una profundización del régimen liberal conservador que propició una política basada en un proyecto económico autónomo con una escasa vinculación con las economías internacionales[10]. En este contexto, Manuel Fresco, gobernador de la provincia de Buenos Aires entre los años de 1936 y 1940, otorgó un rol central a la intervención estatal en diversas esferas, destacándose la planificación y ejecución de obras públicas. Principalmente, se llevaron a cabo construcciones viales pavimentadas, municipalidades, escuelas, plazas, mataderos e intervenciones en cementerios, lo que en paralelo derivó en una importante generación de empleo[11].

El empuje modernizador tuvo su impacto también en la arquitectura a través de los trabajos de Salamone. Sus obras se vinculan, en líneas generales, con el Art Decó, y se caracterizan por una ornamentación medida, concentrada en las fachadas y en los espacios íntimos, como escaleras y vestíbulos. Como el cementerio de Saldungaray, despliegan su monumentalidad en medio de un paisaje monótono y llano, marcado con anterioridad por una arquitectura plana y simple[12].

Saldungaray se encuentra ubicado al sudoeste de la provincia de Buenos Aires, en el partido de Tornquist, dentro de una zona turística donde se hallan sitios de gran relevancia, como el parque provincial “Ernesto Tornquist”[13], y algunos de importancia histórica como el actualmente denominado “Fortín Pavón”[14]. El pueblo también posee otros atractivos, como una bodega y una antigua iglesia. El portal del cementerio, el edificio municipal y un matadero local son obras de este ingeniero, y forman parte de un circuito nombrado por las agencias turísticas especializadas como “La ruta de Salamone”, que concentra buena parte de sus obras.

El cementerio

El cementerio de Saldungaray se encuentra a un kilómetro y medio del centro administrativo del poblado homónimo (Fig. 1). Posee un perímetro de aproximadamente cuatrocientos cuarenta metros. Por el lado norte limita con el arroyo “Sauce Grande” y por el sur oeste con un aeródromo. El portal, que como mencionamos es obra de Francisco Salamone, representa una rueda de aproximadamente veinte metros de diámetro, que enmarca una cruz en la que se distingue el rostro de Cristo crucificado con un fondo color azul (Fig. 2). Al interior del cementerio pueden identificarse distintos sectores. El primero posee tumbas antiguas, en las que se encuentran inhumados los restos de quienes, en la narrativa nativa y también en la Ordenanza Municipal N° 2255/10[15], han sido denominados los “Primeros habitantes” del poblado, entre los que se encuentran maestros, médicos, comerciantes y la familia Saldungaray (volveremos sobre este punto). El segundo se caracteriza por tener inhumaciones en tierra de carácter contemporáneo, y limita con un sector de napa freática superficial. La tercera sección contiene una serie de nicheras que se ubican rodeando el sector anterior. Estas últimas edificaciones, según trabajadores del lugar, surgieron impulsadas por la falta de sitios para realizar nuevos entierros. En esta área también se encuentra el osario, que tiene como objeto resguardar restos óseos que han sido exhumados de nichos o tumbas cuyo arrendamiento no fue renovado. Finalmente, una serie de nichos antiguos (aunque posteriores a los del sector “Primeros habitantes”), se halla adosada al portal de la entrada.

Fig. 1. Vista general del Cementerio de Saldungaray. Recuperada de https://www.c5n.com/sociedad/la-brutal-obra-francisco-salamone-el-arquitecto-que-dejo-su-huella-la-pampa-bonaerense-n105823.

Fig. 2. Francisco Salamone, portal del cementerio de Saldungaray, 1938. Saldungaray, Argentina. © Fotografía: Silvia Carlini Comerci y Bárbara Martínez.

De modo similar a otros camposantos de larga data, el cementerio de Saldungaray enfrenta la problemática del crecimiento poblacional, impulsada por la superpoblación de cuerpos y la escasez de lugares de entierro[16]. Para complejizar las cosas, muchas personas que habitan en otros sitios (como por ejemplo Buenos Aires o la ciudad cercana de Bahía Blanca), en virtud del carácter patrimonial del cementerio, por el bajo costo de las inhumaciones o bien porque han sido oriundos de Saldungaray y luego han migrado, entierran aquí los cuerpos de sus muertos. En junio de 2022, mientras desarrollamos nuestra etnografía, RB, uno de los funcionarios municipales, mencionó que: existen solo dos cementerios para inhumar personas fallecidas en toda la comarca (de Tornquist): el de Saldungaray y el de Tornquist. Lo que sucede es una desproporción entre localidades, número de habitantes y cementerios” (7 de junio 2022).

Hace aproximadamente diez años trabajadores del cementerio plantearon a los representantes del Concejo Deliberante local, como solución para enfrentar el problema, la realización de exhumaciones de los cuerpos cuyas parcelas poseen deudas sobre sus derechos de uso, y su posterior traslado al osario. En agosto de 2022, NM, una empleada administrativa encargada de la organización del cementerio, sugirió algunas acciones que, desde su perspectiva, podrían colaborar para que los deudos se enteren de que por falta de pago sus seres queridos o familiares podrían ser exhumados: “Yo propongo que, en cada tumba de alguna manera, con un papelito o lo que sea, se muestre la fecha de vencimiento de la tumba, de esta manera no solo el familiar sino algún conocido puede avisar” (30 de agosto 2022). También el escaso monto de dinero que se solicita a los familiares en concepto de entierro y mantenimiento de las tumbas actúa para incrementar el número de inhumaciones. Atendiendo a la lógica nativa que tanto los funcionarios como trabajadores parecieran compartir, la falta de espacio resulta una problemática actual que aqueja al funcionamiento del cementerio en su función de sitio de inhumación.

En una asamblea desarrollada en el poblado hace unos años se planteó la posibilidad de ampliar el perímetro del cementerio. Sin embargo, un estudio hidrológico de la corriente de agua mostró que el arroyo “Sauce Grande” (que, recordemos, conforma también el límite norte del lugar), posee alto riesgo hídrico, es decir, tiene altas probabilidades de sobrepasar su caudal natural. Por ello, el área del cementerio más cercana a él no puede ser utilizada. En este sentido, en 2022 CP, un trabajador del cementerio mencionó que: “hemos tratado de hacer pozos acá, (señala la zona inundable) pero metíamos la pala y en seguida brotaba agua” (22 de septiembre 2022). Adicionalmente, el sector sur- este también presenta dificultades para realizar una ampliación, pues linda con el aeroclub de Saldungaray, cuya propiedad se encuentra en disputa entre sus usuarios actuales y una familia del lugar. En la narrativa local, esta última se postula como propietaria de la tierra en donde se encuentra la pista de aterrizaje. Como contraparte, los representantes del aeroclub sostienen la existencia de un boleto de compraventa donde figura su adquisición. El territorio continúa en litigio, y las posibilidades de que el municipio pueda adquirir esa área para ser utilizada como ampliación del cementerio son escasas.

Los primeros habitantes y la construcción del horizonte histórico local

Si bien existe cierto consenso local entre habitantes, trabajadores del cementerio y funcionarios del gobierno sobre la importancia de optimizar los lugares de entierro removiendo algunos restos esqueletarios, no todos los cuerpos pueden tratarse de la misma manera, puesto que el horizonte histórico local (y el nacional, como veremos en el apartado siguiente) opera para limitar estas acciones. Un ejemplo de ello es el sector “Primeros habitantes” (Fig. 3), que se señaló anteriormente. En efecto, en virtud de las demandas de M, una vecina que manifestó reiteradamente la necesidad de proteger las tumbas de las primeras personas que llegaron al poblado y decidieron quedarse allí, el Concejo Deliberante en el año 2010 elaboró una ordenanza municipal al respecto[17]. Sin embargo, el área protegida posee algunas tumbas contemporáneas (v.gr., del año 2013), que podrían reutilizarse si no estuvieran alcanzadas por la normativa. Es decir, se trata de un sector diverso que contiene tanto inhumaciones antiguas como relativamente actuales. Además, en él se encuentran inhumados tanto párvulos como adultos. En 2022 C, trabajador administrativo del cementerio, mencionó que: “existía en el sector un espacio para bebés, pero yo creo que ya no hay huesos ni nada” (10 de junio 2022). Desde la perspectiva del trabajador, este sitio también demanda una reestructuración con el objetivo de optimizar la cantidad de tumbas disponibles, pero no puede ser intervenido en razón de la protección impuesta por el municipio. Esta demarcación también interpela al poder legislativo. Mientras entrevistábamos a uno de los concejales en junio de 2022, éste señaló: “Tenemos que poner criterios claros de quienes son los primeros habitantes, sino estamos cuidando gente que capaz murió hace 10 años y se enterró ahí porque no había lugar en otro lado” (1 de junio 2022). En 2022, CC, una concejala perteneciente al Concejo Deliberante manifestó: “Queremos cuidarlo, es patrimonio, pero también tenemos que seguir enterrando a nuestros fallecidos. Veremos cómo podemos ajustar esta ordenanza” (15 de octubre 2022). La complejidad de la dinámica social puso en escena una posible modificación de la legislación local, con la que por el momento parecen acordar trabajadores del cementerio y funcionarios.

Fig. 3. Sector del cementerio denominado: “Primeros habitantes”. © Fotografía: Silvia Carlini Comerci y Bárbara Martínez.

Mientras las interpretaciones locales difieren acerca de cuáles son las tumbas que albergan a estos primeros habitantes, y si es posible exhumar algunos cuerpos para reutilizar los lugares, la normativa protege la totalidad del sector. Esta situación presiona aún más la escasez de territorio para los fallecidos actuales. Aquí es la función del cementerio como sitio de inhumación la que se encuentra en juego.

Las tumbas NN y la desaparición de personas

Ilustrando nuevamente el modo en que la historia configura el espacio vivido y practicado[18], estableciendo usos posibles y vedando otros[19], existen entierros que, en virtud de su posible ligazón con causas judiciales de lesa humanidad, hasta la fecha no han sido removidos. En efecto, en la Argentina el 24 de marzo de 1976 se desarrolló un golpe de estado que instaló una dictadura denominada “Proceso de Reorganización Nacional”. Ese gobierno de facto desplegó un plan sistemático mediante el cual secuestró y desapareció cerca de treinta mil personas. En ocasiones, los cadáveres de estos individuos eran descartados en la vía pública, y posteriormente inhumados como NN[20] en necrópolis municipales de todo el país. En diciembre de 1983, con el advenimiento de la democracia, el nuevo gobierno desplegó una serie de acciones direccionadas a la búsqueda de los desaparecidos y al enjuiciamiento de los perpetradores[21]. La Municipalidad de Tornquist adhirió a las normativas provinciales sobre la recuperación de la identidad[22], incorporando a su Código Tributario un inciso tendiente a salvaguardar los cuerpos NN del período dictatorial, con fines identificatorios[23]. En efecto, que el cuerpo no pueda ser exhumado es uno de los requisitos fundamentales para lograr una exitosa identificación, ya que si son trasladados al osario pierden su unidad anatómica, lo que dificulta la realización de las tareas periciales.

En el cementerio existen dos cuerpos con estas características, ubicados en el sector que posee inhumaciones contemporáneas en la tierra. Según comenta NM: “Los NN no se pueden tocar, ya que podría realizarse (un análisis de) ADN por solicitud de algún juez” (29 de agosto 2022). Este accionar, que impide la exhumación de los restos sin identidad, no es homogéneo en todo el país. En los trabajos de campo que hemos realizado en cementerios pertenecientes no sólo a la provincia de Buenos Aires, sino a otras regiones de la Argentina, los restos sin identidad provenientes tanto de posibles inhumaciones clandestinas (1974 y 1983) como posteriores a este lapso temporal, pasado el tiempo estipulado de entierro[24], son transportados a un osario, o cremados. Al contrario de lo que ocurre en Saldungaray, donde existe una legislación de protección, en otros sitios el traslado sólo se impide ante una solicitud judicial. En esta línea, NM agrega: “aquí se intentó colaborar con las desapariciones que hubo en la dictadura. Con esta normativa creemos ayudar, así que la respetamos, como son sólo dos NN de la dictadura, nos parece importante. Después, todos los restos tienen identidad. Es un pueblo chico, es raro que enterremos a alguien sin saber quién es” (20 de septiembre 2022).

En este sentido, la trayectoria histórica participa de forma directa en el cementerio mediante los procesos políticos nacionales, mientras las normativas locales salvaguardan la potencial recuperación de la identidad individual.

Arte, turismo y ocio

Como se mencionó previamente, en el cementerio de Saldungaray confluyen diversas actividades y usos cotidianos que lo tornan un espacio amalgamado a una vida urbana actual[25], debido a su cercanía con el poblado. Considerando que los sitios públicos no son estancos sino que se encuentran atravesados por dinámicas temporales[26], debe señalarse que a lo largo de los años este área se fue conformando como un atractivo cultural, arquitectónico y de ocio. Desde hace dos décadas, la declaración de las obras de Salamone como “Patrimonio cultural de la Provincia de Buenos Aires”[27], y como “Bien de Interés Histórico y Artístico Nacional”[28] promovieron el desarrollo turístico. Sus obras locales, como mencionamos con anterioridad, se encuentran dentro de la “Ruta de Salamone”. En el caso del cementerio, el portal conjuga la obra imponente de Salamone con la generación de un patrimonio funerario que destaca la importancia de los cementerios como lugares turísticos[29].

En efecto, visitar el área, aún si allí no existen tumbas de seres queridos, es en sí misma una experiencia sensorial[30] (Fig. 4). El devenir temporal no trajo consigo un crecimiento edilicio en los alrededores del sitio. Por tanto, la monumentalidad del portal continúa destacándose en un entorno llano. Una vez traspasado, y visto desde atrás, éste aparece enmarcado por un imponente paisaje serrano, y con un cielo abierto con amaneceres y atardeceres que imprimen una destacada luz al entorno. Los animales que los visitantes pueden encontrarse vagando entre las tumbas, los sonidos que éstos emiten, el murmullo del agua del cercano arroyo “Sauce Grande” y los espacios verdes que contiene resultan centrales aquí. Por supuesto, esto se complementa con un marco silente, en virtud de la escasez de tránsito en la zona. Así, en enero de 2023, CP, un trabajador municipal, señaló: “aquí vienen muchos turistas que miran y sacan fotos de la puerta, y luego entran a tomar unos mates[31] en la parte del césped. Los muros bajos hacen que se vean las sierras de una manera clara” (26 de enero 2023).

Fig. 4. Sector del cementerio donde se generan momentos de ocio y esparcimiento. © Fotografía: Silvia Carlini Comerci y Bárbara Martínez.

En el interior, algunas bóvedas de valor artístico también atraen a los visitantes ocasionales. Sobre este punto, NM mencionó que: “Aparte de la obra de Salamone, les llama la atención las tumbas viejas, las de los primeros habitantes, y el panteón de la familia Saldungaray que también está en ese sector” (25 de enero 2023). Ese panteón fue erigido en el año 1911, y posee características arquitectónicas internas y externas que posiblemente influyeron a Salamone en su diseño del portal[32]. A su vez, es una de las construcciones más destacadas y conservadas del cementerio, convirtiéndose en uno de los atractivos más buscados por los visitantes. En conjunto, estas cuestiones ilustran la relevancia del cementerio como atracción turística en base a su patrimonio arquitectónico, y su importancia como sitio de ocio y esparcimiento.

Consideraciones finales

Si bien muchos cementerios han sido concebidos como lugar de enterramiento, en ocasiones el devenir temporal, la trayectoria histórica y los nuevos usos sociales les imprimen dinámicas distintivas. A lo largo de este artículo hemos analizado el cementerio de Saldungaray como un caso concreto y representativo de un área que no sólo resulta un sitio de visita a los seres queridos fallecidos, sino también un contexto que expresa problemáticas ligadas a las valoraciones sobre la arquitectura, la historia local, las relaciones socioculturales al interior del poblado, las limitaciones espaciales y el advenimiento del turismo y el ocio.

En esta línea, como se señaló, en cuanto a la historia nacional, la construcción del portal del cementerio de Saldungaray conformó un modo de representar el modelo de país a través de la obra pública. A nivel local, puesto que el espacio social posee una dinámica que lo transforma en “lugar” socialmente significativo, vivido y transitado[33], el devenir temporal trajo consigo transformaciones derivadas de legislaciones protectoras (como las referidas a los “Primeros habitantes” y a los cuerpos NN), de población creciente, de barreras geográficas (v. gr. el arroyo “Sauce Grande”), y de los dilemas al interior de Saldungaray (como el conflicto por los terrenos lindantes del aeródromo).

Estas instancias de la vida social que intervienen en el devenir del cementerio se articulan con nuevos usos relacionados con la relevancia de la arquitectura, el turismo y el ocio. Ellos se observan, por ejemplo, en el creciente número de visitantes que arriban ya no sólo con el propósito de visitar difuntos, sino porque su fachada contiene una notable obra arquitectónica, que además se encuentra dentro de circuitos turísticos. En este contexto, además, el espacio verde que contiene el cementerio es también utilizado para el ocio recreativo, como sitio donde sentarse a compartir una infusión.

En efecto, las construcciones conflictivas aquí esbozadas conectan el pasado, el presente y lo que vendrá, a medida que los dilemas al interior de la sociedad local se encaucen. Así, para mejorar la comprensión de los modos en que se intrincan la arquitectura, los usos sociales y la muerte, podemos concebirlos como lugares de gran dinamismo donde se manifiestan los sentidos sociales en torno al deceso.

Referencias

Fuentes documentales

Decreto 5421/1958, del 23 de abril, del Gobierno de la provincia de Buenos Aires, Interventor Federal de la provincia de Buenos Aires, de 23 de abril de 1958. Consultado el 20 de diciembre de 2022. https://normas.gba.gob.ar/ar-b/decreto/1958/5421/180219.

Ley Provincial N°12854, de 23 de enero, del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, no. 125, de 23 de enero de 2002. Consultado el 25 de febrero de 2023. https://normas.gba.gob.ar/ar-b/ley/2002/12854/4014.

Ordenanza Municipal, 2255/10, de 18 de agosto, del Honorable Concejo Deliberante, Honorable Concejo Deliberante de Tornquist, de 18 de agosto de 2010.

Decreto N°1.138, de 29 de julio, del Poder Ejecutivo Nacional de Monumentos, Lugares y Bienes Histórico, de 29 de julio de 2014. Consultado el 27 de febrero de 2023. https://www.argentina.gob.ar/normativa/nacional/decreto-1138-2014-232796/texto.

Código Tributario Municipal artículo 177°, de 2020, Municipalidad de Tornquist, no. 1. Consultado el 21 de junio de 2022. https://tornquist.gob.ar/ordenanzas-municipales.php.

Código Tributario Municipal artículo 184°, de 2020, Municipalidad de Tornquist, no. 1. Consultado el 21 de junio de 2022. https://tornquist.gob.ar/ordenanzas-municipales.php.

Ley Provincial 12.498 Art. 1º, de 24 de agosto, Gobierno de la provincia de Buenos Aires, Boletín Provincial, de 12 de diciembre de 2000. Consultado el 27 de enero de 2022. https://www.argentina.gob.ar/normativa/provincial/ley-12498-123456789-0abc-defg-894-2100bvorpyel.

Fuentes bibliográficas

Arffmann, Leif. “Whose cemetery?” Mortality 5, no. 2 (2000): 125-126. https://doi.org/10.1080/713686005.

Bonanno, Flavio. “Activación turística del patrimonio para el desarrollo local: el caso Saldungaray, en el programa pueblos turísticos.” Tesis de maestría, Universidad de Buenos Aires, 2020.

Davies, Douglas, y Alastair Shaw. Reusing old graves. Crayford: Shaw and Sons, 1995.

de Certeau, Michel. The practice of everyday life. Berkeley: University of California Press, 1984.

Dutrénit Bielous, Sílvia. “Los equipos de antropología forense en América Latina. Coadyuvantes en el camino de la verdad y la justicia,” Red Universitaria sobre Derechos Humanos y Democratización para América Latina, no. 3 (2012): 25-53. https://dokumen.tips/documents/02-silvia-dutrenit-bielous-los-equipos-de-antropologia-forense-en-america.html?page=1.

Francis, Doris, Leonie Kellaher, y Georgina Neophytou. “Sustaining cemeteries: The user perspective.” Mortality 5, no. 1 (2000): 34-52. https://doi.org/10.1080/713685994.

Franck, Karen, y Quentin Stevens. Loose Space: Possibility and Diversity in Urban Life. New York: Routledge Taylor & Francis, 2007.

Gehl, Jan. “Public spaces for a changing public life.” En Open Space: People Space, editado por Catharine Ward Thompson y Penny Travlou, 1-8. London: Taylor & Francis, 2007.

Gandulfo, Juan. “El caso de las tumbas NN en Grand Bourg. La justicia y los organismos de Derechos Humanos en la transición a la democracia.” Tesis de maestría, Universidad Nacional de General Sarmiento, 2014.

Grabalov, Pavel, y Helena Nordh. “The Future of Urban Cemeteries as Public Spaces: Insights from Oslo and Copenhagen.” Planning Theory & Practice 23, no. 1 (2022): 81-98. https://doi.org/10.1080/14649357.2021.1993973.

Hall, Edward. The Dance of Life. The other dimension of time. Nueva York: Anchor, 1983.

Korol, Juan Carlos. La economía. 7 vols. Buenos Aires: Sudamericana, 2001.

Kozinets, Rob. Netnography: Doing Ethnographic Research Online. Londres: Sage Publications, 2010.

Martinez, Bárbara. “La muerte como proceso: una perspectiva antropológica.” Ciência & Saúde Coletiva 18, no. 9 (2013): 2681-2689. http://dx.doi.org/10.1590/S1413-81232013000900023.

–––. “Cartografías en tránsito: mapas orales y memoria social en El Cajón (Catamarca, Argentina).” Runa 35, no. 1 (2014): 77-91.

–––. “Materialidad, creatividad cultural y práctica social: una etnografía de las cosas del pasado entre los habitantes de San Antonio del Cajón (Catamarca, Argentina).” Corpus 10, no. 2 (2020): 1-23. https://doi.org/10.4000/corpusarchivos.3866.

Meethan, Kevin. “Tourism In Global Society: place, culture, consumption.” Relaciones: Estudios de historia y sociedad 26, no. 103 (2005): 270-277. https://doi.org/10.1016/S0160-7383(01)00097-4.

Miller, Daniel, y Heather Horst. The Digital and the Human: A Prospectus for Digital Anthropology. Londres: Bedford Square, 2012.

Mudimbe, Valentin-Yves. Parables and fables. Madison: University of Wisconsin Press, 1992.

PROTEX (Procuraduría de trata y explotación) y ACCT (Acciones Coordinadas Contra la Trata). Búsqueda de personas en democracia. Actualización de registros, relevamiento de datos, cruces de información e identificaciones de NN. Ciudad de Buenos Aires: Ministerio Publico Fiscal, 2016.

Pérez Leloutre, Santiago. “Marchar al ritmo del tiempo nuevo. Obra pública y edificios municipales de la provincia de Buenos Aires, 1936-1940.” Tesis de maestría, Universidad Torcuato Di Tella, 2018.

Ramos, Jorge. “Salomone en la pampa: una estética del Justísmo”. Ponencia presentada en el Seminario del Instituto de arte latinoamericano e investigaciones estéticas: “Seminario de crítica,” Universidad de Buenos Aires, Ciudad de Buenos Aires, 27 de julio de 2001. http://www.iaa.fadu.uba.ar/publicaciones/critica/0118.pdf.

Rigby, Peter. Cattle, capitalism and class. Ilparakuyo maasai transformations. Philadelphia: Temple University Press, 1992.

Rugg, Julie. “Turismo del Patrimonio funerario: definiciones y principios.” Revista Murciana de Antropología, no. 28 (2021): 31-58. https://doi.org/10.6018/rmu.435441.

Skår, Margrete, Helena Nordh, y Grete Swensen. “Green urban cemeteries: more than just parks.” Journal of Urbanism: International Research on Placemaking and Urban Sustainability 11, no. 3 (2018): 1-22. https://doi.org/10.1080/17549175.2018.1470104.

Sloane, David Charles. The last great necessity: cemeteries in American history. Baltimore: John Hopkins University Press, 1991.

Traversa, Luis Pascual, Ángel Antonio di Maio, Vilma Rosato, y Fabien Iloro. “Arquitectura moderna en la pampa argentina: diagnóstico y restauración de portales de cementerio construidos en la década de 1930.” Apuntes: Revista De Estudios Sobre Patrimonio Cultural 21, no. 2 (2008): 194-205.

Warner, William Lloyd. The living and the dead: a study of the symbolic life of Americans. New Haven: Yale University Press Yankee City, 1959.


* La investigación ha sido financiada por el proyecto Proyecto UBACyT 20020170100498BA otorgado por la Universidad de Buenos Aires.

[1] Lloyd W. Warner, The living and the dead: a study of the symbolic life of Americans (New Haven: Yale University Press Yankee City, 1959).

[2] David Charles Sloane, The last great necessity: cemeteries in American history (Baltimore: John Hopkins University Press, 1991).

[3] Leif Arffmann, “Whose cemetery?” Mortality 5, no. 2 (2000): 125-126, https://doi.org/10.1080/713686005.

[4] Margrete Skår, Helena Nordh, y Grete Swensen, “Green urban cemeteries: more than just parks,” Journal of Urbanism: International Research on Placemaking and Urban Sustainability 11, no. 3 (2018): 1-22, https://doi.org/10.1080/17549175.2018.1470104.

[5] Doris Francis, Leonie Kellaher, Georgina Neophytou, “Sustaining cemeteries: The user perspective,” Mortality 5, no. 1, (2000): 34-52, https://doi.org/10.1080/713685994; Bárbara Martínez, “La muerte como proceso: una perspectiva antropológica,” Ciência & Saúde Coletiva 18, no. 9 (2013): 2681-2689, http://dx.doi.org/10.1590/S1413-81232013000900023; Jan Gehl, “Public spaces for a changing public life,” en Open Space: People Space, eds. Catharine Ward Thompson y Penny Travlou (London: Taylor & Francis, 2007), 1-8.

[6] Karen A. Franck y Stevens Quentin, Loose Space: Possibility and Diversity in Urban Life (New York: Routledge Taylor & Francis, 2007).

[7] Edward Hall, The Dance of Life. The other dimension of time (Nueva York: Anchor, 1983); Michel de Certeau, The practice of everyday life (Berkeley: University of California Press, 1984).

[8] Se denomina Consejo Deliberante al Poder Legislativo de los municipios de la República Argentina. Se encuentra conformado por concejales.

[9] Rob Kozinets, Netnography: Doing Ethnographic Research Online (Londres: Sage Publications, 2010); Daniel Miller y Heather Horst, The Digital and the Human: A Prospectus for Digital Anthropology (Londres: Bedford Square, 2012).

[10] Juan Carlos Korol, La economía, 7 vols. (Buenos Aires: Sudamericana, 2001).

[11] Santiago Pérez Leloutre, “Marchar al ritmo del tiempo nuevo. Obra pública y edificios municipales de la provincia de Buenos Aires, 1936-1940” (tesis de maestría, Universidad Torcuato Di Tella, 2018), 119.

[12] Jorge Ramos, “Salomone en la pampa: una estética del Justísmo” (ponencia, Seminario del Instituto de arte latinoamericano e investigaciones estéticas: “Seminario de crítica”, Instituto de arte latinoamericano e investigaciones estéticas, Universidad de Buenos Aires, Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo, Ciudad de Buenos Aires, 27 de julio de 2001).

[13] El parque provincial “Ernesto Tornquist” fue fundado en el año 1937 bajo la gobernación de Manuel Fresco. Decreto 5421/1958, del 23 de abril, del Gobierno de la provincia de Buenos Aires, Interventor Federal de la provincia de Buenos Aires, de 23 de abril de 1958, consultado el 20 de diciembre de 2022, https://normas.gba.gob.ar/ar-b/decreto/1958/5421/180219.

[14] Este emplazamiento se erige en 1833 como “Posta del Sauce”, hasta reinaugurarse en 1863 como “Fortín Pavón”. El 4 de agosto de 1980 fue declarado Lugar Histórico Nacional. Flavio Bonanno, “Activación turística del patrimonio para el desarrollo local: el caso Saldungaray, en el programa pueblos turísticos” (tesis de maestría, Universidad de Buenos Aires, 2020), 86.

[15] Ordenanza Municipal, 2255/10 de 18 de agosto del Concejo Deliberante de Tornquist.

[16] Douglas Davies y Alastair Shaw, Reusing old graves (Crayford: Shaw and Sons, 1995).

[17] Ordenanza 2255/10 de 18 de agosto del Consejo Deliberante de la Municipalidad de Tornquist.

[18] Michel de Certeau, The practice of everyday life (Berkeley: University of California Press, 1984); Bárbara Martínez, “Cartografías en tránsito: mapas orales y memoria social en El Cajón (Catamarca, Argentina),” Runa 35, no. 1 (2014): 77-92.

[19] Bárbara Martínez, “Materialidad, creatividad cultural y práctica social: una etnografía de las cosas del pasado entre los habitantes de San Antonio del Cajón (Catamarca, Argentina),” Corpus 10, no. 2 (2020): 1-23, https://doi.org/10.4000/corpusarchivos.3866.

[20] Sin nombre o NN (por sus iniciales en latín “Nomen Nescio”), se refiere a alguien indeterminado, es decir, sin una identidad específica. Ello se debe a que se desconoce su nombre real. También puede tratarse de fetos fallecidos durante la gestación o nacidos muertos PROTEX (Procuraduría de trata y explotación) y ACCT (Acciones Coordinadas Contra la Trata); Búsqueda de personas en democracia. Actualización de registros, relevamiento de datos, cruces de información e identificaciones de NN (Ciudad de Buenos Aires: Ministerio Público Fiscal, 2016),17; Juan Gandulfo, “El caso de las tumbas NN el caso de las tumbas NN en Grand Bourg. La justicia y los organismos de Derechos Humanos en la transición a la democracia” (tesis de maestría, Universidad Nacional de General Sarmiento, 2014), 126.

[21] Así, por ejemplo, se crearon la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP) y posteriormente, el (EAAF) Equipo Argentina de Antropología Forense. Sílvia Dutrénit Bielous, “Los equipos de antropología forense en América Latina. Coadyuvantes en el camino de la verdad y la justicia,” Red Universitaria sobre Derechos Humanos y Democratización para América Latina, no. 3 (2012), https://dokumen.tips/documents/02-silvia-dutrenit-bielous-los-equipos-de-antropologia-forense-en-america.html?page=1.

[22] Así, la ley provincial menciona “el derecho de todo integrante de la comunidad a conocer la Verdad acerca de la desaparición forzada de personas, muerte, sustracción de menores y demás violaciones de Derechos Humanos ocurridos en relación con los hechos de la represión ilegal desarrollada entre el 24 de marzo de 1976 y el 10 de diciembre de 1983”. Ley Provincial 12.498 Art. 1º, de 24 de agosto, Gobierno de la provincia de Buenos Aires, Boletín Provincial, de 12 de diciembre de 2000, consultado el 27 de enero de 2022, https://www.argentina.gob.ar/normativa/provincial/ley-12498-123456789-0abc-defg-894-2100bvorpyel.

[23] En efecto, el texto menciona: “Queda terminantemente prohibido la exhumación de restos NN comprendidos entre los períodos de 1974 y 1983 (...)”. Artículo 184° Inciso 1#, del Código Tributario Municipal, de 2020, Municipalidad de Tornquist, no. 1, consultado el 25 de junio de 2022, https://tornquist.gob.ar/ordenanzas-municipales.php.

[24] La etnografía realizada en distintos sitios de la Argentina muestra que estos lapsos temporales están sujetos a la decisión de cada municipio al que pertenece el cementerio. En líneas generales, observamos que el cadáver se mantiene entre cinco a diez años inhumado, aunque se adeuden las tasas impositivas. Pasado ese período, es exhumado y trasladado a un osario.

[25] Skår, Nordh, y Swensen, “Green urban cemeteries: more than just parks,” 18.

[26] Pavel Grabalov y Helena Nordh, “The Future of Urban Cemeteries as Public Spaces: Insights from Oslo and Copenhagen,” Planning Theory & Practice 23, no. 1 (2022): 81-98, https://doi.org/10.1080/14649357.2021.1993973.

[27] Ley Provincial N°12854, de 23 de enero, del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, no. 125, de 23 de enero de 2002, consultado el 25 de febrero de 2023, https://normas.gba.gob.ar/ar-b/ley/2002/12854/4014.

[28] Decreto N°1.138, de 29 de julio, del Poder Ejecutivo Nacional de Monumentos, Lugares y Bienes Histórico, de 29 de julio de 2014, consultado el 27 de febrero de 2023, https://www.argentina.gob.ar/normativa/nacional/decreto-1138-2014-232796/texto.

[29] Julie Rugg, “Turismo del Patrimonio funerario: definiciones y principios,” Revista Murciana de Antropología, no. 28 (2021): 31-58, https://doi.org/10.6018/rmu.435441.

[30] Kevin Meethan, “Tourism In Global Society: place, culture, consumption,” Relaciones: Estudios de historia y sociedad 26, no. 103 (2005), https://doi.org/10.1016/S0160-7383(01)00097-4.

[31] En la Argentina se denomina “mate” a una infusión que se prepara con las hojas de la planta llamada yerba mate que se bebe frecuentemente en un cuenco de calabaza.

[32] Luis Pascual Traversa, et al., “Arquitectura moderna en la pampa argentina: diagnóstico y restauración de portales de cementerio construidos en la década de 1930,” Apuntes: Revista De Estudios Sobre Patrimonio Cultural 21, no. 2 (2008): 194-205.

[33] De Certeau, The practice of everyday life; Valentin-Yves Mudimbe, Parables and fables (Madison: University of Wisconsin Press, 1992); Peter Rigby, Cattle, capitalism and class. Ilparakuyo maasai transformations (Philadelphia: Temple University Press, 1992).