RESEÑA

Revista de Historia del Arte, nº 29 (2023): 503-505 eISSN: 2659-5230. https://doi.org/10.46661/atrio.8504

Ágreda Pino, Ana María

Vivir entre bastidores: bordado, mujer y domesticidad en la España de la Edad Moderna

Santander: Editorial de la Universidad de Cantabria, 2022, 422 págs.

ISBN 978-84-17888-19024-08-4

La lectura de Vivir entre bastidores: bordado, mujer y domesticidad en la España de la Edad Moderna comienza con una perspicaz dedicatoria con la que su autora, Ana María Ágreda Pino, hace un interesante guiño a su contenido. La dedicatoria en cuestión dice: “A las mujeres anónimas que bordaron la Historia con puntos subversivos”. Y es que, es de destacar en esta investigación, la confluencia de fuentes muy diversas con las que se va hilando una historia o, quizás debería decir, una nueva Historia. En efecto, lo que busca y consigue este generoso estudio es demostrar que, frente a la actividad pública y “productiva” de los hombres, ha habido todo un trabajo desarrollado en el espacio doméstico por las mujeres cuyas labores, denominadas “reproductivas”, no solo fueron depreciadas, sino que, con el tiempo, se fue desarrollando una vigorosa idea según la cual las mujeres no habían contribuido, en absoluto, al progreso de la sociedad. Los cimientos de este pensamiento son antiguos y extremadamente robustos y en su construcción han colaborado obras y autores archiconocidos. Muchos de ellos son revisitados por la autora de este trabajo en una amplia introducción cuyo título resulta de por sí muy significativo: “Virtuosas aplicadas: de espacios y jerarquías artísticas. Una introducción” (pp. 11-42).

A partir de esta introducción, el contenido de la obra se divide en dos partes perfectamente diferenciadas. La primera de ellas corresponde, como bien se señala en su título “El bordado doméstico y la construcción de la feminidad en la Edad Moderna” (pp. 43-200), a la fabricación teórica de lo que debe y no debe ser una mujer. En este sentido, se sirve de la teoría desarrollada por la filósofa Silvia Federici en su Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación originaria, quien defiende la idea de que se produjo un paulatino proceso de domesticación durante la Edad Moderna coincidiendo con el desarrollo del capitalismo y la urgencia de ejercer el control sobre las mujeres y su capacidad reproductiva, poniéndolas así al servicio de la acumulación de capital. “Un proceso que privó a las mujeres de autonomía respecto a los hombres y que no hubiera sido posible sin el armazón teórico procedente de textos filosóficos y morales, de tratados y libros de conducta, dirigidos a las mujeres urbanas de clases acomodadas” (p. 43).

De manera que, bajo estos principios teóricos, se desarrolla el estudio de las labores textiles (como actividad puramente femenina) en esta primera parte, a su vez fragmentada en sólidos capítulos cuyos títulos reflejan fielmente su contenido: “Trabajos textiles y virtud femenina” (pp. 44-63); “Hilado o bordado. La jerarquización social de las labores textiles” (pp. 64-86); “Cual femenino apeles. Principios y contradicciones del bordado doméstico femenino de la Edad Moderna” (pp. 87-109); “La rueca y la aguja, la pluma y la espada. Hilado, bordado y educación femenina” (pp. 110-129); “Guardar la casa y bordar en ella. De jóvenes ventaneras y viejas celestinas” (pp. 130-159) y “Dime con quién bordas y te diré quién eres. De enhebrar relatos y controlar palabras” (pp. 160-198)

En cuanto a la segunda parte de este libro, titulada “Los trabajos y los días. Las obras del bordado doméstico de la Edad Moderna” (pp. 201-396), estudia más en profundidad las labores de bordado, y divide dicho análisis en los siguientes capítulos: “Materiales y soportes” (pp. 205-226); “Entre mujeres. Espacios e instrumentos compartidos” (pp. 227-257); “De modelos y dechados” (pp. 258-288); “De técnicas y puntos” (pp. 289-330); “De las obras” (pp. 331-380) y “Funciones y decoraciones del bordado doméstico: emblemas y cifras” (pp. 381-396). Hay que decir que, en esta división del estudio del bordado que la autora va entretejiendo con la historia de las mujeres, se advierte un impecable escrúpulo analítico. Así es que, por ejemplo, en el capítulo “De técnicas y puntos” se profundiza en los dibujos y diseños, los puntos de oro y sedas, el bordado de aljófar y otros materiales preciosos, así como el deshilado, mallas y encajes, pero es que, además, en un apartado denominado “Otras labores y adornos” (pp. 322-331) se hace referencia a ciertas labores ampliamente citadas en la documentación de la Edad Moderna, como las randas, el encaje de bolillos, el cairel, los rapacejos y los pezuelos, además de citar las tiras, listas, franjas o gayas que con tanta frecuencia adornaban ropas y ajuares. De la misma manera, el capítulo “De las obras” trata de la ropa, así como los diferentes textiles con los que se amueblan y decoran las casas.

El trabajo de Ana María Ágreda Pino concluye con un muy personal “Epílogo” (pp. 397-400) en el que remarca el hecho de que se pueda avanzar en la historia de las mujeres a través del estudio del bordado, dado el estrecho vínculo que entre ambos se ha producido. En este contexto, la creatividad femenina podía expresarse a través de sus labores de aguja ya que “crearon diseños, idearon técnicas y procedimientos de gran dificultad y realizaron obras numerosas y extraordinarias” (p. 400).

Bien es cierto que el material textil tiene difícil resistencia al paso del tiempo y de ahí que muchas de estas obras no se hayan conservado; sin embargo, la autora de este trabajo ha sabido manejar exquisitamente las fuentes, tanto publicadas como manuscritas, de muy distinta naturaleza y se ha servido de un buen número de referencias bibliográficas que dan como resultado un aparato crítico de gran calidad, concentrado en el apartado “Bibliografía” (pp. 401-422). En este sentido, quisiera destacar la manera en que la autora lleva a cabo un relato cerrado en el que se engarzan tanto los libros de moral y conducta, como, por ejemplo, Juan Luis Vives y fray Luis de León. Asimismo, recupera textos literarios coetáneos a la línea cronológica que enmarca su análisis a la vez que realiza una labor de archivo con la que contextualiza dichas fuentes. Además, sus resultados van siendo ilustrados con imágenes oportunamente seleccionadas. De manera que todo ello, en conjunto, genera una importante aportación científica que enriquece, sin duda alguna, la Historia y la Historia del Arte, pero, especialmente, es bienvenida en los estudios de género.

En definitiva, esta apuesta por indagar, durante la Edad Moderna española, en esa conjunción existente entre labores textiles, virtud de las mujeres, espacios domésticos y relatos femeninos, así como la aportación creativa que las mujeres llevaron a cabo silenciosa y subversivamente, da como resultado un trabajo de gran calidad y llevado a cabo con sumo esmero.

Dolores Serrano-Niza

Universidad de La Laguna, Santa Cruz de Tenerife, España

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