Centro Mediterráneo Andalusí

La UNIA, en colaboración con la Fundación Cajasol, el CMA de la UPO, y otras instituciones, organizan un coloquio internacional sobre una cuestión de primer orden en la actualidad: Mutaciones culturales, conflictos identitarios y convivencia en el Mediterráneo.

Bajo esta dinámica, se darán cita destacadas personalidades nacionales e internacionales que, desde diversas perspectivas, irán desgranando todos aquellos aspectos relevantes para disponer de una mirada fundamentada sobre la diversidad y convivencia en un espacio tan emblemático en lo cultural, económico, político y social como es el Mediterráneo y los países que a é se asoman.

Los temas que, en torno a la cuestión central anunciada, serán tratados en este coloquio esetán relacionados con los desafíos identitarios que plantea un espacio tan rico y complejo como el Mediterráneo; los vínculos entre el auge de las identidades y la crisis política; las relaciones entre pluralismo y reivindicación nacional; las posibilidades de establecer valores comunes en un mundo fragmentado; y, el análisis de los conflictos identitarios y sus consecuencias.

Si bien estas cuestiones no agotan la complejidad de la temática, esperamos que contribuyan a generar una visión profunda sobre la problemática de la cuestión y, sobre todo, a articular respuestas concretas que permitan alcanzar un mayor nivel de convivencia en la cuenca mediterránea.

Programa del coloquio

La reunión del 23 de abril en Bruselas, dedicada en urgencia a la gestión de los flujos migratorios en el Mediterráneo con motivo de la catástrofe humanitaria que ha provocado centenares de muertos, debía tomar decisiones importantes no sólo para socorrer a los desgraciados que se encuentran en los campo de acogida, sino también para que no se repita este tipo de tragedias. Hay que reconocer que no es fácil actuar en esta situación, siendo las variables de las migraciones sur-norte tan complejas y nunca totalmente identificables. Europa se enfrenta a un triple problema. Primero, existe la fuerte demanda migratoria de las poblaciones del sur, que no cambiará mientras persistan las enormes desigualdades entre las dos orillas. Esta consideración en sí misma implicaría, si la Unión Europea quisiera responder a este desafío, la puesta en marcha de una gran política migratoria europea, sobre la cual, hay que confesarlo, no existe un acuerdo entre los Veintiocho.Fundamentalmente, Europa se ha orientado hacia el Este, consagrando sus fondos a la integración europea por razones comerciales y no a una política sabia de vecindad con los países del Sur.

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