La profesora Martina Carrete reclama en 'Science' que urge planificar las energías renovables para salvaguardar la biodiversidad

En una carta publicada en la revista Science la profesora de la Facultad de Ciencias Experimentales, Martina Carrete, junto a otros expertos, asegura que "la actual expansión de energías renovables del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) supone la ocupación de centenares de miles de hectáreas con plantas solares y eólicas" y que "muchas localizaciones afectan a áreas esteparias de alto valor ecológico y amenazan a poblaciones de especies de aves y murciélagos protegidos".

La carta pone el acento en que "los nuevos proyectos afectarán a suelos baratos, mayormente áreas agrícolas marginales ocupadas por cereal extensivo de secano o áreas de media montaña, ambas con alto valor ecológico". En particular, "los proyectos fotovoltaicos, que ocupan zonas llanas, pueden comprometer la viabilidad de poblaciones de aves esteparias que se encuentran ya gravemente amenazadas en España, su último refugio europeo o incluso mundial. Estas poblaciones se encuentran mayoritariamente en áreas no amparadas por la Red Natura 2000, por lo que no existen herramientas legales que permitan blindarlas ante el avance de macroproyectos energéticos" comenta David Serrano, de la Estación Biológica de Doñana (EBD/CSIC).

 

Según la investigadora Martina Carrete "la mayor parte de los efectos negativos asociados a la generación de energías alternativas nacen de una mala planificación respecto a estos emplazamientos, a menudo basada en información sin actualizar y no contrastada científicamente, que normalmente es generada por las mismas empresas que son beneficiarias de los proyectos". "Lo mismo ocurre con los protocolos de seguimiento, que son habitualmente llevados a cabo por las propias empresas, a menudo con muy escasa supervisión de las administraciones. Por otro lado, los sistemas que se están empleando como disuasorios de aves y murciélagos se han demostrado de dudosa efectividad", continúa la carta. Los investigadores destacan que hoy por hoy lo más efectivo es evitar ubicaciones en áreas de alta biodiversidad y realizar paradas de turbinas cuando se detecten altas mortalidades.

 

Los firmantes de esta carta destacan su apoyo firme a las energías renovables, pero abogan por un proceso más planificado y racional, sin malas prácticas habituales como el fraccionamiento de proyectos, y basado en el conocimiento técnico y científico generado y contrastado con independencia de empresas y promotores. 

 

Más información: https://www.upo.es/diario/docencia-formacion/2020/12/planificar-energias-renovables-salvaguardar-biodiversidad/