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Cristina Medrano, directora de la editorial Cuatro Hojas, asegura que en la actualidad la literatura infantil y juvenil “está muy centrada en su perspectiva pedagógica, algo que no ocurría en el pasado”

“Un cuento es una excelente herramienta de aprendizaje, también de aprendizaje emocional, para el desarrollo de los niños y niñas”

Rosario Heredia Tirado - 09/07/2021

Un rasgo diferencial de la literatura infantil y juvenil es que “está muy centrada en su perspectiva pedagógica”. Según explica Cristina Medrano, directora de la editorial Cuatro Hojas, “hoy en día los libros infantiles tienen un fin, algo que no ocurría en el pasado”. Tradicionalmente, este tipo de literatura se ha basado en la tradición cultural o el entretenimiento, pero “el paradigma ha cambiado y las familias están sensibilizadas con el uso de los libros como herramientas pedagógicas, una demanda que está teniendo respuesta en el mercado”, asegura.

La editora explica que un cuento es una “excelente herramienta de aprendizaje, también emocional, porque los niños empatizan con los personajes y por tanto hay un impacto emocional”. De esta manera, mediante los libros “tenemos la oportunidad de alfabetizar emocionalmente y de desvincular emoción de persona para no estigmatizar”, señala.

Cristina Medrano ha hecho estas declaraciones en el ámbito del curso ‘Cuando la literatura infantil y juvenil se reinventa: un nicho de mercado e investigación al alza para traductores, traductólogos y localizadores (LIJ market)’, que se imparte en la sede de la Universidad Pablo de Olavide en Carmona dentro de la programación de la XIX edición de los cursos de verano de la UPO. El seminario está dirigido por las profesoras de la UPO Nuria Ponce, Inma Mendoza y Julia Isabel Lobato.

En opinión de Medrano, la literatura infantil y juvenil es un sector en auge, siendo los libros que más se venden en mercadillos y ferias “incluso aunque el libro no se conozca”, hasta el punto de que la editorial que dirige, Cuatro Hojas, ha pasado “de no publicar apenas títulos infantiles a que éstos supongan el 50 por ciento de su producción” a la vuelta de unos años. No obstante, aclara que “lo que está de moda también es el formato de álbum ilustrado, incluso en libros destinados a un público adulto”.

Cuestionada sobre los principales autores del sector, cita a Anna Llenas, Olga de Dios o Camino García, mientras que fuera de España destaca a Oliver Jeffers o Ben Clanton. En general, asegura, “se demandan mucho los libros con valores” y “hay temáticas para todos los gustos, para todas las situaciones que pueda vivir un menor, desde la muerte de su perro hasta tomar la teta después de cierta edad”.

Por último, expone que las editoriales tienen el “privilegio y la responsabilidad” de ser el primer filtro de los títulos que llegan a los niños aunque, como empresas privadas, el “rendimiento económico estimado” es lo que se tiene en cuenta a la hora de publicar un título. Sobre los índices de lectura infantil y juvenil, tiene claro que “no soy partidaria de obligar a leer; sí de dejar a su alcance libros atractivos y esperar a que la magia de la literatura infantil y juvenil los atrape”, concluye.

Olavide en Carmona
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