Las universidades españolas, como todas las instituciones públicas, tienen un compromiso de eficiencia con el contribuyente que las financia, así como con los valores democráticos que sustentan nuestro marco legal. Con esa finalidad, y con el objetivo de racionalizar la administración del Servicio Público de enseñanza superior y rendir cuentas a los ciudadanos (tal como sucede en otros ámbitos de la Administración española), se comprometen públicamente con la calidad entendida como responsabilidad social . Y promoviendo la transparencia y la participación, se ejercitan en una cultura de evaluación continua para la mejora, así como en la conciencia de su necesaria progresión hacia la convergencia, de acuerdo a unos estándares compartidos en el Espacio Europeo de la Educación Superior, con el resto de universidades europeas.
El nuevo Real Decreto por el que se establece la ordenación de las enseñanzas universitarias en España atribuye plena competencia y autonomía a cada Universidad para el establecimiento de sus títulos de Grado y Postgrado, asegurando a la vez la obligatoriedad de la inspección periódica de los mismos para garantizar el cumplimiento de los compromisos con el ciudadano y con el resto de universidades europeas con las que se realizarán intercambios de estudiantes, profesores, personal de Administración y Servicios y profesionales de alta cualificación. Pero la verificación y posterior seguimiento de los mismos está contemplada en un marco de calidad de toda la institución, en el que la investigación, la docencia, la administración y todos los servicios formen parte eficaz de un único sistema de procesos y competencias racionalmente planificados y públicamente discutidos , que periódicamente han de ser supervisados en su conjunto por evaluadores externos de los que dependerá su continuidad. Se transita así de una cultura de autoevaluación para la mejora a unos objetivos de calidad basados en la certificación externa de las Universidades.
Ello hace obligado que cada Universidad tenga asentada toda su actividad en un Sistema de Garantía Interna de Calidad que persiga como objetivo la eficacia global del conjunto de la misma, desplegado orgánicamente a todos los Centros, Departamentos, Servicios, a todos los usuarios y a todos los responsables y equipos de Dirección. Dicho sistema debe constituirse a la vez en sistema auditor interno (cuya eficiencia ha de venir acreditada externamente por las Agencias autonómicas, estatales y europeas establecidas para ese cometido), y en una herramienta para la innovación y la constante corrección de deficiencias. Pues en una sociedad cambiante como en la que actualmente vivimos, la enseñanza universitaria superior debe poseer mecanismos que le permitan tanto detectar las necesidades de sus grupos de interés – estudiantes, ciudadanos, empleadores y comunidad universitaria- como idear innovadoramente nuevas formas de contribuir al establecimiento de una sociedad más justa y democrática.
La Universidad Pablo de Olavide presenta por ello aquí, públicamente, su compromiso con los ciudadanos , haciéndoles accesible, a través de nuestro portal, nuestro Sistema Integral de Garantía Interna de Calidad:
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