VIII Ciclo de Seminarios del Departamento de Sistemas Físicos, Químicos y Naturales de la UPO
David Gallego Puyol
Area de Física de la Tierra. Departamento de Sistemas Físicos, Químicos y Naturales
Resumen:
Desde hace décadas el mundo está plagado de instrumentos meteorológicos. Se toman medidas rutinariamente de temperatura, presión, viento o precipitación. Si por ejemplo, queremos conocer si la temperatura está cambiando, sólo debemos acudir al centro meteorológico más cercano y solicitar los datos que necesitemos. Con suerte, nos darán una serie de 50 o 70 años. En casos excepcionales a lo mejor llegamos a 100. Con seguridad podremos hacer estudios interesantes, pero con la misma seguridad, deberemos dejar fuera de nuestro estudio cualquier variación con un periodo mayor que nuestra serie de datos. En particular será muy difícil comparar el clima actual con el anterior a la Revolución Industrial. Y luego puede llegar un presidente de EE.UU. cualquiera diciendo que el cambio climático es un embuste. Frustrante ¿no?
No nos desanimamos cuando nos damos cuenta de que aún podemos estudiar el clima pasado usando evidencias indirectas como son los anillos de crecimiento de los árboles o los registros de hielo fósil. Estos registros funcionan bien, pero no son infalibles. Desgraciadamente, es muy común que este tipo de evidencias no sólo contengan una señal climática, sino que incluyan una cantidad de variabilidad no climática difícil de cuantificar. Y siempre sujeta a discusión.
Si queremos registros indiscutibles, necesitamos instrumentos meteorológicos. Afortunadamente, los marineros de los siglos XVIII y XIX –la época gloriosa de la navegación a vela-, están ayudando a cuantificar el clima de estos siglos. Ellos sólo tenían una brújula, pero la usaban muy bien. Eran unos observadores excelentes del viento, ya que en caso contrario su barco se iba a pique con ellos dentro. Y mejor aún: Dado el gusto por el papeleo de la administración, estaban obligados a anotar sus observaciones en diarios de navegación que debían entregar a las autoridades a su regreso. Estos diarios han llegado hasta nosotros conservados en archivos como el de Indias de Sevilla. El resultado: con paciencia, nos haremos con cientos de miles de registros de dirección de viento. Algunos remontándose al siglo XVII.
Este seminario está dedicado a exponer cómo ha sido posible construir índices climáticos tan buenos como los actuales usando estos viejos datos de viento, recogidos pacientemente por nuestros antepasados a lo largo de sus viajes alrededor del mundo.
Tipo: Conferencias, Mesas Redondas
Organiza:Departamento de Sistemas Físicos, Químicos y Naturales
Fecha de Inicio:24/11/2016
Fecha de Finalización:24/11/2016
Lugar:Edificio 24, aula 102